46. SE ACABÓ.

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Tres días habían pasado desde aquel encuentro fogoso que tuve con Alex. Él parecía haberse olvidado por completo del tema del representante, pero, sin embargo, yo no dejaba de pensar en ello.

Era lunes por la tarde y yo me encontraba realizando unos trabajos de la universidad. Mi celular comenzó a vibrar informándome que tenía una llamada entrante, era Alex.

- ¿Hola? – Dije sin dejar de observar la pantalla de mi laptop, ya que, si no terminaba ese trabajo, se me haría tarde para entregarlo.

- Hola hermosa ¿Cómo estás?

- Estresada. – Contesté secamente.

- ¿Necesitas algo?

Respiré hondo y luego de quitar mi vista del computador, procedí a contestar ahora más calmada.

- Descansar. – Dije en un suspiro.

- Ay linda. – Espetó él. - ¿Quieres que luego de salir del estudio vaya a tu apartamento?

- Por favor. – Dije para luego exhalar frustrada.

- Está bien. – Dijo haciendo una corta risita. – Te llevaré algo rico para comer...

(...)

Eran las 14:35 hs. Y por fin había finalizado mi trabajo. Me levanté y procedí a estirarme en lo que daba una onda inhalación, había estado desde las 10:30 hs. Sentada en una silla, lo cual no era para nada sano, ni para mi vista, ni para mi espalda. La puerta sonó sacándome de lo que estaba haciendo. Caminé hacía ésta para proceder a abrirla, detrás de la misma se encontraba Alex con una caja llena de donas. Sonreí casi de manera involuntaria y procedí a abrazarlo.

- ¿Cómo estás?

- Bien. – Musité para luego cortar con el abrazo.

- ¿Pudiste terminar? – Cuestionó mientras cerraba la puerta tras su espalda.

- Sí. Al fin. – Espeté en lo que me desplomaba sobre el sofá.

- ¿Qué quieres tomar?

- Necesito café. - Dije frotando mis ojos con mis dedos.

- Bien... Café será.

(...)

Alex dejó ambos cafés sobre la mesita que se encontraba frente al sofá y luego abrió la caja con donas.

- Necesito dormir. - Admití en lo que apoyaba mi cabeza sobre sus piernas.

Alex comenzó a acariciar mi cabello y exhaló cansado. Lo miré algo extrañada y luego recordé que el había pasado casi toda la noche en el estudio.

- Oh... Lo siento. - Dije levantándome de sus piernas. - ¿A ti como te ha ido? ¿Cómo van las canciones? Siento no haberte preguntado antes, los trabajos y la universidad me secan las neuronas. - Bromeé.

El sonrió de lado para luego darme una dulce caricia en mi mejilla.

- Bien. Todo va bien. - Tomó su taza de café y le dio un sorbo a ésta.

- Bueno... Eso me alegra. - Dije copiando su gesto de tomar la taza de café y beber de ella.

- ¡Hey! - Dijo llamando mi atención, yo volteé a verlo. - ¿Has hablado con Emma? Hace tiempo no se nada de ella.

- ¿No que eran mejores amigos? - Cuestioné levantando una ceja.

- Sí, pero ahora que tiene una nueva mejor amiga se olvido de mi. - Dijo dando un suave apretón a la punta de mi nariz.

Yo reí ante sus palabras.

- Sí. - Exclamé. - Está bien... Hace poco habló con Matt. - Le informé.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora