16. SOLO TÚ Y YO. (parte 4)

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Alex salió del departamento y cerró la puerta con suavidad tras su espalda. Yo, por mi parte, opté por ordenar el lugar antes de destinarme al baño para hacer algo de tiempo. Frente al espejo, acomodé mi cabello y luego me retoqué el maquillaje, ya que se me había arruinado por la lluvia. Salí después de unos minutos, percatándome de que Alex aun no regresaba; me dirigí hacia donde se encontraba la cama para sentarme a esperar. Mi vista sondeó cada centímetro de la habitación, prestando atención a cada detalle; mi recorrido visual terminó en un librero que tenía cientos de discos de diferentes bandas. Uno de ellos llamó a mi curiosidad más que todos los demás, se llamaba 'Humbug' y pertenecía a la banda Arctic Monkeys, para mi sorpresa.

Me puse de pie, asegurándome de cerrar la puerta del cuarto, y fui directo al tocadiscos ubicado a un costado del librero, decidida a reproducir el álbum. Sin embargo, al momento de sacar el disco de su caja, escuché las llaves en la puerta; desafortunadamente, Alex acababa de llegar, interrumpiendo por completo lo que estaba haciendo. Él nunca me había dejado escucharlo cantar, lo cual me parecía totalmente ilógico, ya que se presenta frente a miles de personas. Supongo que le daba pena o algo por el estilo.

Resignada, dejé el disco rápidamente en el librero y me senté en la cama justo cuando Al abrió la puerta.

- ¿Qué haces aquí encerrada? - Cuestionó.

- Nada... - Dije algo nerviosa.

- Mmm... Luces sospechosa.

- ¿Yo? – Pregunté con una voz más aguda de lo normal.

- Megan... ¿Qué estabas haciendo?

- Estaba esperándote. - Dije mirando hacia el piso.

En un momento desvié mi mirada hacia el librero que se encontraba de espaldas a Alex, miré para controlar que estuviera todo en orden, pero mis ojos se abrieron cual búho cuando me percaté de que el disco estaba mucho más afuera que los demás. Él se dio cuenta de hacia dónde estaba mirando y volteo, por obvias razones rápidamente se dio cuenta de que había algo fuera de su lugar.

- ¿Megan? - Preguntó.

- ¿Si? - Dije.

- ¿Estuviste tocando mis discos?

- No... ¿Y mi ropa? - Pregunté tratando de cambiar de tema.

- Megan... Tú tocaste mis discos. - Dijo afirmando lo dicho.

Él volteó nuevamente hacía el librero y procedió a dirigirse hacia el mismo. Saco el disco que estaba sobresalido para poder ver cuál era y preguntó:

- ¿No lo escuchaste verdad?

- No. - Respondí.

- Y entonces ¿Por qué el disco está fuera de su lugar?

- Si... Lo saqué... Pero no lo escuche. Estaba a punto de hacerlo, pero llegaste tú. A demás no entiendo por qué te molestas, cantas frente a miles de personas todo el tiempo y ¿Te da pena que yo te escuche? ¿Qué sentido tiene eso?

- Tienes razón... Pero quiero que me escuches cantar a mi no ha un disco.

- Entonces... Cántame algo. 

Alex rio para luego acercarse a mi. Tomó de mi rostros y besó mi nariz.

- Te prometo que el día en el que escriba una canción que sea para ti, serás la primera en escucharla.

- ¿Dónde dejaste mi ropa? - Pregunté sin darle ninguna respuesta a lo que me acaba de decir.

- En la cocina. – Exclamó serio.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora