El taxi se detuvo frente a el apartamento y me despedí de Thomas.
- Esperaré aquí hasta que entres.
- No es necesario. – Dije haciendo un ademan con la mano.
- Esperaré. – Sentenció.
Sonreí de lado para luego bajar del vehículo. Emprendí camino hacia la puerta bajo la mirada de Tom. Subí las escaleras y me posicioné frente a la entrada, pero en cuanto toqué los bolsillos de mi chaqueta me percaté de que no tenía mis llaves, recordando así que horas antes le había pedido a Emma si podía dejar éstas dentro de su bolso.
- Mierda. – Espeté.
Miré hacia la calle agradeciendo que el taxi aún se encontrara allí. Caminé nuevamente hacia éste y Thomas abrió la ventanilla.
- ¿Qué pasa? – Cuestionó.
- Olvidé mis llaves en el bolso de Emma. – Dije.
- ¿Qué harás?
- No lo sé. La casa de sus padres queda lejos de aquí, además ya debe estar dormida; es tarde.
- Ven conmigo. – Espetó.
- ¿Seguro? – Pregunté.
- Sí. Mi apartamento está aquí cerca, envíale un mensaje a Emma y dile que cuando venga a trabajar traiga tus llaves.
- Tienes razón. – Dije pensativa. – Pero... ¿Seguro que no hay problema?
- Seguro, sube...
Nuevamente emprendimos viaje, pero esta vez hacia el apartamento de Thomas. El vehículo no tardó mucho en llegar ya que él y yo vivíamos relativamente cerca. Nos bajamos del taxi, Thomas pagó y comenzamos a caminar hacia la puerta. Él abrió ésta y entramos a su apartamento, el mismo era bastante lindo y acogedor.
- Pasa. – Dijo.
Entré y él cerró la puerta tras su espalda.
- Siéntate donde quieras, estás en tu casa. – Sonrió.
- Gracias. – Espeté.
(...)
Luego de pasar una media hora charlando de cómo había estado la noche y de reírnos de un par de cosas sucedidas en la misma, decidimos hacer algo para matar el tiempo.
- ¿Qué te apetece hacer? Aún no tengo sueño. – Admitió él.
- Amm... No lo sé, ¿Qué tienes en mente?
- ¿Qué te parece si tomamos algún trago?
- Me parece bien. – Dije con una sonrisa dibujada en mis labios.
Thomas se levantó del sofá y emprendió camino hacia la cocina. Allí enchufó la licuadora y de inmediato esto llamó a mi atención, seguidamente me levanté de igual manera que él lo había hecho momento antes y me acerqué algo intrigada hacia la cocina; percatándome de que se encontraba cortando unas frutas.
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TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).
RomanceMegan, una chica que debe abandonar su país para irse a vivir a New York, con el objetivo de empezar sus estudios universitarios. Allí descubre un mundo totalmente nuevo al que conocía. Personas nuevas, un idioma que deberá perfeccionar y varios pr...