33. LUNES.

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El sol entraba por los cristales de mi ventana, anunciándome así que otro largo día facultativo se asomaba. Comenzó a sonar la alarma haciendo que me despertara algo sobre exaltada, el día estaba algo gris, pero las nubes no cubrían por completo el cielo, permitiendo que unos pequeños rayos de sol penetraran la ciudad de New York.

Me levanté de mi cama y tomé una toalla para luego dirigirme hacia la ducha. La noche de ayer había estado hasta tarde haciendo unos trabajos que tenía pendientes, luego caí rendida en mi cama sin siquiera darme un baño previo. Me observe en el espejo, mis ojeras estaban más que visibles y mi cansancio corporal se notaba a kilómetros de distancia. Me quité mi ropa para luego meterme a la ducha.

(...)

Observé el reloj mientras intentaba esparcir el corrector por mis ojeras, el mismo marcaba las 7:00hs., tenía tan solo treinta minutos para llegar a clase y ya estaba algo atrasada. Corrí hacia el armario para buscar un outfit abrigado, ya que el día estaba frío.

 Corrí hacia el armario para buscar un outfit abrigado, ya que el día estaba frío

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Terminé de maquillarme rápidamente, luego tomé mis cosas y salí por la puerta. Bajé las escaleras y comencé a caminar en dirección hacia la universidad mientras guardaba mis llaves en mi bolso, pero en eso choqué contra alguien.

- Buenos días para mí. – Dijo con una hermosa sonrisa de oreja a oreja. - Hola hermosa. – Saludó tomando de mi cintura para dejar un corto beso en mi mequilla.

- Hola Al. – Saludé sonriendo tímidamente.

- Mi día ya comenzó de la mejor manera. – Exclamó acercándome más a su cuerpo

- ¿A sí? – Puse mis manos en su cabello con el objetivo de peinarlo ligeramente. - ¿Y por qué? – Pregunté.

- Mmm... -Se quedó pensativo. – Quizás sea porque la primera persona que logran divisar mis ojos eres tú, y eso hace que mi día sea mejor. – Sonrió.

Una torpe sonrisa se dibujó en mis labios mientras comenzaba a sentir el calor en mis mejillas.

- Eres muy cursi. – Espeté para luego largar una carcajada.

- Admite que te gusta. – Dijo sonriendo.

Bajé mi mirada y largué una risita nerviosa.

- ¿Vas a la universidad? – Preguntó él cambiando de tema.

- Sí... Ya debería irme, estoy llegando tarde.

- Te llevo. – Espetó él.

- ¿Seguro? No quiero molestar.

- No es molestia. – Depositó un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. – Además voy de pasada, tengo que ir al estudio. – Besó mi frente. – Vamos. – Pasó su brazo por encima de mis hombros.

Caminamos hacia el auto de Alex, el abrió la puerta del lado del acompañante para que yo me subiera y luego de sonreírme cerró la misma.

- ¿A qué hora entras a la universidad? – Preguntó mientras se subía al auto.

TENÍAS QUE SER TÚ. (Él y yo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora