Prólogo

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Jamás pensé que en tan solo setenta y dos horas mi vida cambiaría para siempre, en tan solo ese tiempo la conocí, me enamoré como nunca lo había hecho antes y también la perdí. Pero la vida tiene sus momentos de milagros en donde cuando menos lo esperas te sorprende nuevamente; ella también abrió el camino hacia EL..., yo que era un ateo hasta la médula sucumbí ante Aquel que siempre me juré que no me poseería.

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora