Capítulo 2 -Zirel Smith-

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Luego que mi despertador sonara más de veinte minutos con mucho desgano y torpeza lo desconecto haciéndolo caer al suelo. La almohada cubriendo mi cabeza me camufla de la luz que se cuela por la ventana, mi deseo es seguir durmiendo, pero me levanto de golpe al recordar entre sueños que había arreglado con mi mejor amigo Juan, encontrarnos a desayunar en el shopping que se encuentra cerca de casa. Me levanto de un salto, chequeo el móvil para ver si tenía algún cambio de planes, al confirmar que todo sigue su curso me apresuro a tomar una ducha y alistarme para llegar a horario. La mañana está, sumamente calurosa y eso que estamos en primavera. Busco en el closet algo que ponerme y retiro un solero floreado que me llega hasta los tobillos, me pongo las zapatillas de lona, unos colgantes y pulseras y por último luego de cepillar mi larga cabellera, la recojo en una especie de rodete sostenido por una lapicera Bic. Chequeo mi rostro en el espejo moviéndolo de lado a lado, como no luzco ojerosa, mi rostro luce lozano decido salir con la cara lavada. Mientras voy bajando las escaleras le envío un whatsapp a mi amigo que en cinco minutos salgo para nuestro destino, refunfuño al darme cuento que mi móvil me advierte que debo cargarlo.

Llego a la cocina, Miguel, que es mi papá, está terminando su desayuno me saluda y mientras lo abrazo, el me guía en una oración para entregar nuestro día a Dios, al finalizar mientras él ordena su maletín yo chequeo mi mini mochila; si tiene la botella chica de agua, el monedero, guardo el móvil junto al cargador para luego conectarlo en el lugar donde fuéramos a desayunar y tomo de la alacena dos paquetes de Rocleck, confites de chocolates uno para mí y otro para mi amigo. Salgo corriendo al escuchar la bocina del auto de papá, cierro la puerta de casa, guardo las llaves en la mochila y subo al auto lo más rápido posible. Durante el viaje que consta de diez cuadras, mi padre me da todas las recomendaciones para mi cuidado. llegamos a mi destino y antes de bajar Miguel me dice;

-te amo hija, en cuanto regreses a casa, mándame un mensaje por el móvil, y no hagas planes para la noche, recuerda que hoy festejaremos que ayer diez de diciembre de 2015 mi única hija se recibió de traductora a la edad de tan solo veintidós años. -

-sí Miguel, si... te haré saber de cuando llegue a casa. -

Le respondo para luego darle un beso y bajar del auto. Antes de marchar Miguel se acerca a la ventanilla y me recrimina;

-hija cuando será el día que me digas papá y no Miguel, no sabes lo frustrado que es para un padre que su hija desde que aprendió a hablar lo llame por su nombre y no papá, aunque sea podrías hacerlo de vez en cuando. -

-okey, okey... chau pa, te amo mucho, nos vemos por la noche-

-chau hija y gracias... por ser tan dulce. -

Luego que Miguel se marchara me encamino a entrar al shopping, el móvil suena...atiendo es mi amigo;

-hola Juan, en dónde estás...te encuentras dentro del Shopping?. -

-hola Zirel, estoy en el segundo piso en el local de Nike, te espero aquí-

-okey amigo, ya estoy en el segundo piso, pero estoy yendo al baño. No me llames porque cuando corte la llamada mi móvil se apagará, me olvidé de cargarlo. Nos vemos en unos minutos. -

-okey, te espero. -

al cortar la comunicación me encuentro dentro del baño, pero cuando levanto la vista me doy cuenta que había entrado al baño de hombres, ante el error salgo a toda velocidad dando tres pasos hacia atrás y cuando giro sobre mis pies y estoy por salir lo más ligero posible choco mi cuerpo de lleno con un joven, tirando su móvil al suelo. Le pido disculpa y salgo rápido para el baño de Damas. Pero antes de entrar el joven me recrimina mi acción de no darle la atención que según él merecía, me disculpo y luego de asegurarle que al salir le daría mis datos para comunicarnos más tarde y así abonar el arreglo de su móvil. Me apresuro para pasar al servicio, me urgía descargar mi vejiga.

Luego de lavarme las manos y mirarme al espejo me aliento diciéndome en voz alta;

-vamos Zirel, que debemos calmar a la vinagreta de afuera y encontrar una solución para este incidente. - y tomando aire para luego poner cara de amabilidad me encamino hacia la puerta que me lleva al corredor donde se encuentra el ogro. Cuando estoy pasando por debajo del marco de la puerta se escucha un ruido ensordecedor seguido de un fuerte movimiento del edificio, el ambiente de torna oscuro, el aire pesado, se escucha como las paredes se van desplomando. Yo solo atino a arrodillarme y colocar mis brazos sobre mi cabeza y me quedo debajo del marco para mi protección, mientras en una oración corta pido la protección de Dios.

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora