Capítulo 28 - Amor...-

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Ibrahim Lang

Sé que estuve rudo con Zirel...pero fue la única forma que tenía en ese momento para poner freno a nuestra pasión descontrolada, era terminar así...o terminar teniendo sexo...pecar... cayendo en fornicación...realmente es casi insoportable este sentimiento de cuanto deseo poseerla, pero no así...no de esa forma, la amo con locura como podría deshonrarla tan solo por unos minutos de pasión desenfrenada, pudiéndola amarla como nuestro Dios manda...Ella es tan decidida y tan frontal con sus sentimientos y emociones que por algunos segundos me avasalla por completo!!! Oh bonita si supieras que yo deseo tanto como tú hacerte el amor y vivir esta vida siempre juntos...pero todo tiene su tiempo y sus correctas formas. El asunto ya está decidido por mi lado; pretendo desposarla lo antes posible, nuestros progenitores están de acuerdo siempre y cuando ella acceda, se fue tan enojada el domingo...y con razón, pero bueno no hay victoria sin sufrimiento. Esta semana estuve a su lado todos los días, la fría lluvia del domingo traspasó su cuerpo de tal forma que se pescó una terrible gripe. Miguel permitió que fuera a cuidarla mientras él estuviera de guardia, también arreglamos que yo me encargaría de Iba, lo llevé al jardín los días que suele hacerlo su mamá y también de cuidarlo hasta la llegada de su abuelo del trabajo. A pesar de verla recostada en esa cama sufriendo los síntomas de su enfermedad que no le daba tregua, me sentí feliz de poder cuidarla y atender a mi hijo del corazón, porque a Iba lo siento como si fuera mi hijo, aunque todavía no nos hemos casado. Por momentos Zirel abría sus ojos, (el color negro tal cual el ónix brillaba aún más por la fiebre alta y lo circundaban hilachas rojas que deseaban acaparar todo lo blanco de sus ojos) y al cruzarlos con los míos dibujaba una sonrisa austera.

Entro al departamento después de hacer mi oración matutina, la mañana está ligeramente fresca, vaticina que hoy será un día caluroso, tomo el móvil para ver la hora 5: 20 a.m. estoy por apoyarlo en la mesa de luz para ir a tomar un baño, pero antes entro al WhatsApp de Zirel, está en línea...estoy por escribirle y al ver que se desconecta la llamo. Pero como es de esperar ella no solo tardó en responder, sino que se niega a hablar y a estar conmigo...por el momento. Me corta abruptamente la llamada y cuando vuelvo a intentar hablar con ella no responde, decido por el momento dejarlo así, ya estaríamos cara a cara y sé que no podrá resistirse a dejarme que por lo menos me disculpe y tratar de corregir las cosas.

Gracias a la complicidad de Miguel, que me avisó que irían al cine con su nieto, fui a la casa para hablar con mi novia... una conversación un poco tensa al principio para luego tornarse totalmente amable y animosamente reconciliatoria. Le hice la gran pregunta; si quería casarse conmigo dentro de una semana. La respuesta fue dada por la noche en una cena familiar organizada con la ayuda de Miguel y el apoyo de mis padres. Que feliz nos hizo a todos, la decisión de Zirel, el sábado siguiente habría boda, y dos familias se unirían formando una nueva; la de Zirel, Iba y yo.

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Parado al pie del altar giro para ver a mi novia, mi corazón se ensancha dentro de mí, que hermosa y dulce es, sus labios delicadamente pintados me atrapan por ese tono que los hacen más deseables, nos miramos...con esa mirada que ella y yo interpretamos bien...el mensaje; pronto estaremos disfrutándonos bonita. Los anillos ya han sido colocados en sus respectivos dedos, el beso de unión ya fue realizado y tomando de la mano a Iba marchamos al festín que nos espera junto a los seres más importantes en nuestras vidas.

¡Comemos, brindamos, bailamos el vals, le pido a la banda que cante el tema "ella" de la Mississippi blues band, tomo a mi esposa de la mano y la llevó a la pista y muy pegados bailamos al son de la música y mientras lo hacemos le susurro al oído las cosas que muy pronto le haría...-bonita no te imaginas como te haré sentir en tan solo unas pocas horas!!

-estoy esperando deseosamente a que cumplas con tu promesa...- responde ella mientras sigo llenando su oído de mis deseos más profundos que pronto se harían realidad, mirándome a los ojos y sin avergonzarse emite con pasión las cosas que espera de nuestra primera noche juntos, que me descoloca por completo...este juego de palabras cargado de tanta sensualidad nos llena de grandes expectativas...y con paciencia mantenemos nuestra presencia en la fiesta, pero por momentos realmente deseamos marcharnos para tener esa intimidad que tanto anhelamos.

Los invitados se marcharon, solo queda la familia y los amigos más íntimos, beso a Iba en la frente luego de acostarlo cuidadosamente en su cama, le pido a mamá que cuidara bien de él, que ante cualquier inconveniente no dude de venir a buscarnos, ya que los celulares estarían apagados.

Tomando a mi mujer de la mano la llevo lo más ligeramente posible sin ser grosero hacia el carrito que nos transportará al chalet, en el transcurso saludo a los invitados; tomo a Zirel de la cintura y la subo al vehículo y una vez arriba arranco para marcharnos hacia nuestro destino. Llegamos, la bajo con cuidado, ella se adelanta y entra al chalet, yo voy por detrás. Zirel se encuentra a unos metros delante de mí y estando de espalda a mí le expreso mis sentimientos para luego cerrar la puerta de entrada. Después que ella me responde la beso con locura, sin freno...ahora sí podría poseerla como siempre quise. Luego de besarla la tomo entre mis brazos y la llevo a la habitación. Llegamos, la bajo y estando de frente ella me dice;

-Yo quiero ser la que te quite la ropa...y luego podrás hacer tú lo mismo conmigo.-

-como tú quieras bonita...-

Zirel comienza a desabrochar los botones de mi casa, quiero besarla...tocarla.

-oh no...debes tener paciencia...-

La miro fijo, mis ojos la devoran...le hago una sonrisa y la dejo seguir...

Una vez que me saca la camisa, sigue con el pantalón, se arrodilla y comienza desenganchar el cinturón, sigue con el cierre para luego bajar el pantalón. Respiro profundo y trato de no tener por el momento una erección. Una vez que retira los zapatos y las medias le siguen el pantalón, estando aún arrodillada baja de a poco el bóxer, al finalizar gira alrededor de mí, y poniéndose por detrás lleva sus manos a mi ingle para luego terminar en mis glúteos...levanto la cabeza ligeramente y respiro profundo...luego de circuncidar con sus manos esa parte de mi cuerpo, se pone en frente de mí y dice;

-tu turno-

Lamo mis labios, voy por detrás y comienzo a desabrochar los botones del vestido. Cuando termino, ella tomándose de mi cintura hace un movimiento con las piernas para salirse de él. Quedamos de frente, todavía me falta retirar el corsé, la ropa íntima y los zapatos...que los dejaría para lo último, acercándome a ella, pero ahora estamos enfrentados, nuestros labios se rozan ligeramente, puedo sentir su respiración y aliento, recogiendo su cabello lo traigo hacia adelante, lo huelo profundamente, como el corsé tiene cremallera puedo con un movimiento hábil de manos retirarlo desde esta posición. Hago un paso hacia atrás para poder ver como luce su precioso cuerpo. Verla así me hace arder... sus pechos son tan profundos...generosos y turgentes que quiero perderme en ellos, su mirada profunda cargada de deseo me moviliza a seguir, voy por detrás, sus glúteos son tan firmes...la tomo por la cintura y mientras nos besamos jugosamente, la recuesto sobre la cama, acaricio con mis manos el contorno de su cuerpo, llego a los pies retiro los zapatos y lo que queda de su ropa y digo;

-Qué quieres de mí Zirel...-

-tú sabes bien lo que quiero...-

-pídemelo bonita...-

-te quiero dentro de mí...-

Sus ojos negros brillan de lo excitada que se encuentra, amándonos profundamente nos deleitamos el uno del otro y no paramos hasta apagar el mar ardiente que hasta hace poco nos envolvía completamente. (muchas cosas he omitido mientras la iba desvistiendo y la hacía mía, bastante atrevido y suelto he sido por contar parte de nuestra intimidad, olvidándome de ser reservado) luego nos besamos y abrazamos y tomando con mi mano izquierda su mentón, le digo:

-soy el hombre más feliz del mundo, me siento tan completo, Iba y tú son el regalo más sublime que Dios pudo darme, aparte de la salvación. -

-Disfrutemos de todo esto Ibrahim y cuidemoslo como lo que es; ¡¡un gran tesoro!!!-

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora