Capítulo extra 58 -perdiendo el control-

114 19 4
                                    

Zirel

Luego de hacer mi oración matinal me levanto de la cama para ir al baño y comenzar con la rutina diaria, Miguel viene todas las mañanas a desayunar conmigo. Hoy será un día clave, luego de evaluar una vez más la situación con mi doctor tomaría una decisión si irme o quedarme. Aunque sé cuál será la decisión, tendré que irme...porque siento que estoy perdiendo el control...y si antes me sentía terriblemente atraída por él ahora con lo que me contó Clara siento que esto podría tener cabida a formar una historia real...pero eso no sería bueno para una chica como yo.

#

Estoy yendo al consultorio externo de neurología, hoy Ibrahim me atenderá allí, mientras voy por los servicios del sanatorio todos los empleados me saludan con mucha amabilidad, yo era la princesa durmiente del lugar...ellos me habían apodado de esa forma en esta familia grande muy particular.

Llego y una vez que me anuncio entro al lugar al recibir la orden desde adentro que puedo ingresar. sentado en su sillón luego de ojear unos papeles él levanta su vista para saludarme y es ahí en donde mi vista se queda enganchada en esos ojos profundos y mi cuerpo se paraliza y mi corazón late como loco, él provoca eso y mucho más con solo estar tan cerca de mí.

-Buen día doctor!!!- digo con una voz suave

-Buen día Zirel, por favor pasa a la camilla y siéntate que comenzaremos con la rutina de siempre...!-

-okey!!- respondo y me siento en la camilla, con las piernas colgando y mi espalda apoyada contra la pared-

Ibrahim trae una silla la coloca enfrente de mí y luego de sentarse me pide que siga su dedo...y comienza con el interrogatorio...

-dormiste bien anoche...tuviste pesadillas...-

-creo que no hace falta que responda, anoche estuvo conmigo en mi cuarto y como es su costumbre fue el guardián de mis sueños...-

Él no responde nada solo me mira fijo y luego de respirar hondo sigue,

-algún mareo...dolor de cabeza...hormigueo...-

-no, nada de eso he tenido desde que he despertado...por qué tenemos que hacer todos los días lo mismo...-

Él no responde nada a mi queja y acaricia mis manos para preguntarme;

-sientes esto?-

-Sí, lo siento...Ibrahim...qué sientes por mí...-

-por favor Zirel concéntrate...en mis preguntas...- responde para luego tocar mis rodillas y preguntar;

-y esto lo sientes...-

-Sí, ya te dije que sí que siento todo lo que me haces...estoy más que bien...por favor bésame...-

Ibrahim tomándome desde las rodillas por la parte de atrás me jala más hacia el borde de la camilla y acercando su rostro al mío me responde con una mirada bastante molesta;

-por favor Zirel...no lo hagas más difícil de lo que es...-

Acercando mis labios bien a los suyos y una vez más digo;

-bésame o déjame ir...-

-Zirel... (su voz suena pesada, sus manos sobre mis rodillas se sienten cada vez más calientes)-

-te lo voy a pedir una vez más, bésame o déjame ir...-

-Zirel...por qué eres tan caprichosa...tú sabes bien y yo sé muy bien que es imposible que la luz cohabite con las tinieblas...lo santo con lo impuro...-

-entonces quieres decir que sientes algo por mí...digo;  yo te gusto...como mujer...-

-Zirel...por favor...no sigamos...tienes la capacidad de hacer que pierda mi equilibrio...me estás volviendo loco...- su voz ahora suena pesada y muy sensual

Y sin importarme nada pego mis labios a los suyos...trato de besarlo profundamente, pero él hace fuerza para no abrir sus labios y dejar que mi lengua se adentre en su boca apetitosa. Insisto una vez más...se resiste y en el preciso momento que estoy por desistir de mi deseo apartando mis labios apenas a unos centímetros de los suyos, él me toma posesivamente desde mi nuca y plasmando su boca en la mía con una intensidad que me desborda los abre para que nuestras bocas se disfruten en un beso apasionado pero que es efímero, nos apartamos de repente cuando escuchamos sonar unos golpecitos en la puerta;

-Permiso doctor Lang...buen día...- dice un doctor joven al entrar al consultorio.

-Adelante Gutierrez...buen día...que lo trae por aquí...- responde Ibrahim después de acomodar su atuendo.

-necesito consultarle por un paciente...pero veo que está ocupado...-

-no hay problema...le presento a la hija del doctor Smith, Zirel...-

Nos saludamos con el doctor, este se queda fascinado al verme tan bien porque sabía de mi caso...el doctor a pesar de haberse incorporado en el plantel de neurología hace tres días sabía de mí...soy toda una leyenda...ellos comienza a charlar sobre diagnósticos y pruebas mientras ojean estudios me escabullo del consultorio y camino a pasa ligero por el corredor, freno mi andar cuando llego a un recoveco y apoyando mi espalda sobre la pared, con los ojos cerrados trato de normalizar los latidos de mi corazón que todavía se encontraban bastante exaltados por todo lo sucedido con Ibrahim; sus palabras vienen una y otra vez a mi mente...sus dichos martillan despiadadamente mi masa encefálica para que pueda entrar en razón; y aunque me cueste admitirlo él no se equivoca, nosotros si en tal caso hubiera un nosotros no podríamos tener ninguna relación amorosa...por qué...fácil un cristiano no se debe unirse a un no cristiano...pero él por el momento es un apartado...un hijo pródigo...decía mi mente para fomentar la posibilidad de llegar a algo...no, no, no me repito varias veces; Zirel Smith debes huir de este lugar...de él...con mi mente colapsada...confundida por un sueño profundo y mi corazón atontado de amor estoy siendo víctima de mi deseo un deseo que va en contra de todo aquello que anhelo, casarme con un hombre de Dios. Abro mis ojos porque siento que alguien lame mi mano derecha, una sonrisa se forma en mi rostro cuando veo a Life parado al lado mío con un ánimo de algarabía me lanzo a su cuello y lo abrazo energéticamente, él pasa la lengua por todo mi rostro mientras mueve su cuerpo y cola en señal de que está contento como yo, sino más. Mientras le digo de cuanto lo extrañé y de cuanto lo amo, me apercibo de unos pasos que vienen hacia nuestra guarida, soltando a Life asomo mi vista con mucho cuidado por el filo de la pared, un hombre de seguridad viene hacia nosotros, haciendo una seña a Life le hago entender que espere quieto en su lugar y le pido que solo salga cuando estemos lejos. Lo beso una vez más y salgo al corredor tomándome la cabeza, el de seguridad me pregunta si me siento bien;

-sí...es que me desorienté y no encuentro la salida para ir a mi piso...-

-no se haga problema señorita yo la acompaño... cuál es su piso...habitación- dice él con un rostro bastante amigable.

-piso cuarto habitación diez...-

-no me diga que eres la princesa durmiente... (su rostro se inunda de una alegría inexplicable) todos aquí sabemos de su caso y la queremos mucho, los que somos creyentes oramos por ti...no se imagina lo feliz que nos pusimos al saber no solo que despertó, sino que según los médicos está muy bien... y ahora que la veo, está fantástica...nosotros queremos mucho al doctor Smith...él es muy amable con todos...

-sí... soy Zirel Smith...y gracias por sus palabras tan bonitas hacia mí y mi papá...-

-ni lo diga...ah mi nombre es Mateo...a sus órdenes señorita...-

-mucho gusto Mateo - contesto mientras marchamos a mi habitación. 

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora