Capítulo 27 -Sí...-

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Llegamos al restaurant, los padres de Ibrahim y mi familia, ya se encuentran esperándonos. En cuanto Iba nos ve, viene corriendo hacia nosotros, Ibrahim lo levanta y acurrucándolo en sus brazos vamos hacia la mesa. La cena estuvo fantástica, que feliz nos encontrábamos todos. Mientras esperamos el café, Ibrahim llama la atención de todos para luego hablar;

-Hoy le pedí casamiento a Zirel, a lo cual ella aceptó. - hace un alto y sacando un anillo de compromiso lo coloca en mi dedo anular derecho ante la mirada complaciente de la familia. Y sigue con su discurso –le pregunté si aceptaba casarse el sábado que viene, y quedamos que me daría la respuesta en la cena de esta noche, por lo tanto, te pregunto bonita; -cuál es tu respuesta? -

Abrazándolo con locura le contesto; ¡sí, acepto casarme contigo el sábado entrante!!-

Cuando termino de abrazarlo Ibrahim pide el consentimiento de nuestros padres a lo cual con gran algarabía responden que están totalmente de acuerdo. Miguel levantándose primero nos abraza y realiza una oración de bendición, para luego seguir el señor Isaac. Nos abrazamos todos juntos con júbilo, Iba a pesar de ser tan pequeño no era ajeno de lo que estaba sucediendo y tenía bien en claro que pronto Ibrahim no solo sería mi esposo sino también su papá del corazón.

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Zirel

La semana se pasó volando, qué bueno que Sara nos ayudó a organizar la fiesta encargándose de todo con respecto a esta, el catering, la empresa que se ocuparía de armar todo en el parque de la casa de la familia Lang, la música...en fin de todo lo concerniente con respecto a una boda, claro que siempre los que terminábamos decidiendo que cosa iba y que no, éramos nosotros los novios. Los hombres de la familia se encargaron de sus trajes para la boda inclusive el de Iba, y Sara junto con la mamá de Juan ayudaron a decidirme que vestido elegir para mi gran noche. Habíamos decidido no ir por el momento de luna de miel, Ibrahim quería llevarnos (porque Iba iría con nosotros) a conocer el mar Egeo, pero ahora es invierno en ese lugar, por lo tanto, esperaríamos al verano europeo. Sara nos redecoró el chalet, para que pasáramos nuestra primera noche y las siguientes allí, Iba se quedaría con ellos y Miguel. Podríamos ir a pasar nuestra noche de bodas a un hotel. Pero ambos queríamos estar cerca de Iba...el domingo siguiente a la boda cenaríamos todos juntos en la casa y luego nosotros volveríamos al chalet para tener más intimidad.

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Apoyada en el marco de la ventana, pierdo la mirada en el ostentoso tilo que se encuentra enfrente de ella, el aroma del árbol en flor es transportado a través de la brisa de verano que entra a la habitación; inspiro la fragancia con gran ánimo, me trae a la mente recuerdos entrañables; como cuando con mamá adornábamos la casa para la Navidad, las reuniones con los compañeros para celebrar el fin de curso, las alegrías por los exámenes aprobados permitiéndonos pasar al siguiente año...que hermosos esos tiempos, eso es lo que me encanta de Diciembre, las fiestas, el ánimo festivo de las personas, el aroma de las flores...el jazmín...esa fragancia es tan significativa para mí, tiempos pasados vividos alegremente...tiempos presentes maravillosos...

-Vamos Zirel, que ya está todo listo para que la novia haga su entrada- entona desde la puerta de la habitación la mamá de Juan (Martha).

Alabo a Dios por este momento único, antes de salir me miro en el espejo de pie, toco el peinado y paso los dedos de mi mano derecha sobre la pintura labial, para corroborar los dichos de la maquilladora; -este producto no se quita fácilmente, el novio en cuanto fije su vista en tus labios, morirá por besarlos, créeme que hicimos bien en pintarlos de este color, te ves maravillosa-

Lamo mis labios, y sí, este color rojo coral no se quitará fácilmente y le da un toque sensual, (pero no burdo), a mi rostro. ¡Me tomo de la falda y la levanto ligeramente para bajar mejor las escaleras, Martha que se encuentra al pie de esta me regaña, diciéndome que vaya con cuidado, teme a que me caiga!! La señora Sara fue muy gentil en prepararte esa habitación, pero yo hubiese elegido alguna de la planta de abajo. Con suavidad le respondo; - lo que más temías no sucedió, baje bien las escaleras!!

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora