Capítulo 46 -No hagas lo que no te gusta que te hagan-

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Ibrahim

Estoy completamente feliz a pesar del mal momento vivido en el boliche al ver a Zirel en ese estado y que después de todo lo ocurrido, ella entró en razón y al finalizar una charla adulta, sincera y a corazón abierto tomó la decisión que tanto anhelaba, cortar con esa amistad toxica y volcarse a comenzar una nueva vida junto a mí...a nuestra familia. Luego del culto dominical fuimos a almorzar a lo de mis padres, mi esposa en todo momento me buscó con su mirada, esa mirada que tanto extrañaba...de deseo...de pasión; pero he decidido por el momento darle un poco más de tiempo antes de hacerle el amor una vez más, realmente me cuesta contenerme, la extraño tanto...la deseo tanto...que siento que me asfixio, pero debo hacerle entender lo serio de todo lo ocurrido, y además debe aprender que no debemos hacerle al prójimo lo que no nos gustaría que nos hagan. Tal vez puede sonar a venganza de mi parte, pero no lo es, simplemente es parte de una lección de la vida, y la verdad sería un mentiroso si negara que me encanta ver como me busca y me desea tanto como yo a ella, verla enamorada de mí, desearme...me enciende y me envuelve en un estado de expectativas que alimentan más las llamas de nuestro amor. Hoy mientras ella estaba en la piscina con mamá fui al shopping a comprarle un vestido, el martes la invitaré a cenar para luego unir nuestros cuerpos y amarnos de esa forma que tanto anhelamos.

Acostado en mi cama estoy viendo un film que pronto terminará, mi esposa entra al cuarto, trato de no observarla demasiado, porque si lo hago no llegaremos al martes...ese traje de baño le sienta fabuloso...sus curvas...su piel dorada...me tientan a tomarla, pero me he puesto firme en esperar hasta la fecha planeada, luego de que ella entrara al baño para tomar una ducha, al poco tiempo me quedo dormido con el control del plasma en mí mano. Me despierto y miro mi reloj de muñeca veo que marca las 5:45 a.m. siento un pequeño peso ligero sobre mi lado izquierdo, prendo la luz del velador y veo a Zirel que parte de su cuerpo está sobre el mío, haciendo un movimiento lento para no despertarla trato de sacarla lentamente mientras llevo mi cuerpo hacia atrás, su cuerpo luce tan atractivo vestido con ese atuendo...sus pechos...vientre... con mis labios comienzo a recorrer la piel de su brazo mientras con unas de mis manos acaricio su muslo para luego subir a su vientre; -mmm el perfume de su piel es tan exquisito que quiero lamerla...mordisquearla...llevo mis labios hasta la parte de atrás de su oreja y beso esa parte de su piel para luego ir a sus labios...ella hace un pequeño movimiento pero no se despierta, ese acto me sirve para apartarme antes de que no pudiera frenarme y me encienda de tal forma que me hiciera mandar todo lo planeado al aire y hacerla mía en este momento. Ella se merece una noche romántica, perfecta y eso será en dos días.

Sentado en el sillón del living de casa estoy esperando a Ziel que termine de alistarse para ir juntos a la empresa, ella podría ir más tarde si quisiera en su auto, pero cuando se lo sugerí acotó que iríamos juntos como solíamos hacerlo antes. Levanto la vista porque el aire transporta el perfume de la mujer que tanto me gusta y que le había regalado a mi esposa, ella no lo había usado desde que despertó sino hasta ahora. Mis ojos quedan paralizados en la figura de Zirel, viene bajando las escaleras y su atuendo es un vestido colorado de falda corta, se ve tan perfecta, tan viva, tan mía sonrío para mis adentros, mi esposa volvió a ser parte de aquella Zirel de antes del accidente, su cambio de vestuario y algunas actitudes de ella me lo confirman. Trato de disimular mi atracción hacia ella, este juego de seducción entre ambos me gusta aviva nuestra pasión del uno por el otro. Luego de preguntarle si está lista me levanto y poniéndome de pie le doy el beso de buen día, pero lo hago en la parte de atrás de su oreja, sé que eso le gusta y mucho.

-Vamos bonita o quiéres tomar un café antes de partir-

-no, vamos tomaré algo a media mañana con Juan ya arreglé con él vernos en el coffe área, tenemos tantas cosas de que hablar-

-Okey, entonces vamos-

Tomándola de la mano ambos vamos hacia el auto, primero sube Life porque lo sigo llevando conmigo a la oficina y luego mi esposa. durante el viaje hablamos muy poco solo nos observábamos y nos disfrutábamos en silencio.

72 horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora