Capítulo 52 -renovados-

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Zirel Smith

Luego de esa fatídica tarde, nos quedamos en la quinta un día más, Ibrahim fue tan pero tan dulce y compañero, él supo bien como contenerme y llevarme a ese lugar abstracto de paz y armonía que se necesita para seguir adelante...eso más el cuidado espiritual de Dios me hicieron crear una resiliencia digna de admirar. Si bien lo que me había pasado con Carlos y Julies fue muy brutal, espantoso y cruel no me dejaría dominar por lo sucedido, la vida es muy bella para empañarla con recuerdos y vivencias horribles lo mejor es sanar y que mejor para sanar que tener a seres superiores e inferiores dispuestos a colaborar, yo solo debía tomarme de ellos y seguir por el camino hacia la libertad emocional y corporal. El domingo en que volvía Iba, almorzamos el menú que a él tanto le gusta y que yo le había prometido que se lo prepararía. Que feliz me hizo volver a abrazar a mi pimpollo, es tan dulce...tan mío...tan de su padre. -Este Iba es tan singular- en un momento se me acercó al oído y me susurró; -mamá cuando le dirás a papá y a los abuelos que en tu panza llevas a mi hermanito...puedo besar tu panza...quiero sentirlo-

-Iba...qué cosas dices...mamá no está embarazada...-

-Ay mamá no seas así...-

-así como Iba...-

-incrédula...tu llevas en la panza a mi hermanito...ya verás que pronto se dejará notar...me dejas besar tu panza...dale puedo-

Sonrío y luego de menear la cabeza contesto;

-Ay Iba tú y tus ocurrencias locas...besa la panza y no se hable más del tema...-

Iba con sus dedos índice y pulgar hace un ademan de boca cerrada y luego de besar con ternura me regala una sonrisa muy singular y compradora para luego decir;

-por ahora será nuestro secreto mami...-

Lo abrazo mientras me rio a carcajadas y mirándolo a sus ojos...esos ojos hermosos y profundos iguales a los de su padre le contesto;

-gracias amor, déjame hacer unas pruebas y luego hablaremos de este tema...-

-okey mamá, pero te prohíbo que le digas a mi hermano que es un tema...-

Y dándose la vuelta se va a jugar con sus mascotas. Dejándome pasmada con su razonamiento.

Por la noche tuvimos la cena con toda la familia reunida como habíamos programado con Sara, que, por supuesto sería en la casa de mis suegros, que feliz y emocional me puse cuando Miguel entró por la puerta principal a la casa; lloré como loca lo abracé por más de diez minutos, ambos lloramos...nos dijimos palabras bonitas, cargadas de sentimientos amorosos que se pueden tener entre un padre dedicado y una hija agradecida. Pasamos a la mesa, nos acompañan en la cena Gabriel y Juan junto a su novia. Ellos también son partes de nuestra familia. Al terminar la cena fuimos todos al living a tomar un café, menos Ibrahim que llevó a nuestro hijo para ayudarlo con el baño y luego llevarlo a su cama para descansar. Aunque mi esposo fue el encargado de informar a toda la familia con respecto al ataque que había sufrido días atrás, ninguno me preguntó nada sobre lo sucedido, por lo tanto, decidí aprovechar de tenerlos a todos reunidos en un mismo lugar para hablar sobre ese tema y cerrarlo de una vez y para siempre, esta era una oportunidad perfecta ya que Iba ya no estaba entre nosotros. Luego de que todos tuvieron servidas sus tazas de café levantándome de mi silla comencé a relatar todo lo sucedido, como era de esperar papá trató de frenar mi historia, cuando observó que una pequeña lágrima corría por mis mejillas; -Ay Miguel siempre tan protector...estoy bien...necesito contarles lo que me pasó, se lo merecen...déjame seguir por favor- al terminar mi relato, ninguno preguntó nada con respecto al ataque...creo que fue para protegerme, pero sí preguntaron que iría a pasar con los atacantes, y si yo estaba bien...cómo me sentía... a lo cual respondí;

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