Me encuentro sentado con mi espalda apoyada sobre la pared, una pierna estirada y la otra flexionada hacia arriba tomada por la rodilla con mi mano izquierda, en frente de mí se encuentra Zirel, sentada de la misma forma que yo, solo que sus piernas se encuentran extendidas y cruzadas. Su cabeza apoyada sobre la pared se encuentra ligeramente hacia arriba, hace dos horas que se quedó dormida en esa posición, no puedo dejar de observar cada parte de su ser...su cuerpo es delgado y de una estatura media, su pecho sube y baja serenamente en cada respiración, su cuello tan firme, lo encuentro terriblemente sensual al observar un pequeño lunar por debajo de su oreja izquierda en la esquina del borde de la mandíbula, también puedo ver que de él cuelga una cadena larga que sigue más allá de su escote; sus labios son ligeramente gruesos...apetitosos, su rostro luce tan angelical mientras duerme, pero sus ojos negros como el ónix...son tan atrapantes...su cabello es del mismo color que sus ojos, se ve que es lacio...lo lleva recogido...pero se nota que es bastante largo, muevo mi cabeza de lado a lado para tratar de quitar estos pensamientos, es la primera vez que observo a una mujer de esta forma y que en mi interior una especie de sensación extraña pero agradable me envuelve por completo. Miro la hora en mi reloj de muñeca, marca las 8 p.m. el calor es insoportable. Zirel comienza a moverse, mueve su cabeza de lado a lado para descontracturar su cuello por la posición en la cual se quedó dormida y cuando abre sus ojos los posa sobre mí y con una leve sonrisa me dice;
-dormí demasiado...no.-
-no tan solo unas dos horas y roncabas. -
-no seas malo, estas mintiendo yo no ronco. -
Sus ojos miran tan directo a los míos que me hacen vibrar, respiro profundo y luego sigo hablando;
-es verdad no roncabas solo quería hacerte sonrojar, pero no lo he logrado. -
Ella se ríe y mientras protesta que su estómago le pide comida busca algo en su mochila y saca dos paquetes de confites de chocolates, se queda con uno y me ofrece el otro
-no gracias, no como dulces-
-puedes hacer una excepción...no tienes hambre? ...dale acéptalo, por lo menos tendrás algo que darle a tu estómago, aprovecha mientras haya. -
-okey me convenciste, y tomando el paquete mientras lo abro le pregunto. -
-Zirel, yo ya te conté de que trabajo...que hay de ti...trabajas...estudias...tienes algún proyecto...-
-tengo pasaje para irme en enero para Turquía, voy a ayudar en la obra misionera, hay un pastor, se llama Ibrahim Yilmaz que está evangelizando a turcos y a sirios que cruzan la frontera, hay mucho trabajo que hacer. La primera semana estaré en Antioquia ahí me recibirán unos hermanos para darme instrucciones de cómo moverme, actuar... en fin todo con respecto a sus modismos y luego iré hacia Denizgören donde se encuentra la iglesia del pastor y trabajar en la obra. -
-no tienes miedo de padecer algún tipo de atentado?
-no, para nada en realidad estoy extremadamente entusiasmada con la idea de hacer ayuda social y llevar esperanza y nuevas de Salvación en Jesús a esas personas. -
-ah...me parece genial! -
-y tú qué haces además de trabajar con tu papá-
-cuando pueda haré un viaje a Hawai, ese destino, Australia y parte de Asia son los dos únicos lugares que me quedan por conocer, en mi corta vida viajé mucho. -
-cuántos años tienes. -
-veintisiete...y tu-
-veintidós años, wow como es que pudiste viajar tanto en tan poco tiempo. -
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72 horas
RomanceIbrahim Lang es un joven empresario, autosuficiente y ateo. Ella, Zirel Smith es una joven cristiana que su vida gira alrededor de su padre, su amigo Juan, la iglesia y sus estudios. Una catástrofe hará que sus vidas se cruzen...se conocerán, se ena...