Ibrahim
Estoy manejando hacia casa, ya dejé a Iba en la escuela ahora pasaré por Zirel, hoy es su primer día en la empresa, eso me da nuevas esperanzas, quizás trabajando logre recordar algo...
Luego de aparcar el auto, entro al departamento el cuerpo de mi esposa viene a toda marcha arrastrándonos al suelo sin darme tiempo de contener la caída. Ella cae sobre mí, acostado sobre el piso la sostengo por la cintura, mientras ella inspecciona mi cabeza y me pregunta si me hice daño; -no- respondo; tenerla arriba mío, sentir su cuerpo y su aliento despiertan en mí ese deseo de hacerla mía, cuánto la extraño, pero no quiero obligarla hacer nada de lo que no quiera o desee, retiro parte de su cabello de su rostro y le pregunto si está bien, me quedo más tranquilo al ser la respuesta positiva. La aparto con mucho cuidado y luego de ella ponerse en sus alturas estira su mano para ayudarme a levantarme, ella ciñe con toda confianza mi mano y en un movimiento enérgico me ayuda a ponerme sobre mis pies, pero en ese preciso momento el agarre precario del toallon que envuelve su cuerpo se suelta dejándola totalmente desnuda, mi vista se descontrola al verla así...me recuerda cuanto la extraño...como era de esperar ella no se avergüenza, perdió su memoria, pero no su esencia. El fuego que me quema por dentro por querer besarla...poseerla me envuelve por completo haciendo insoportable seguir conteniendome, y su mirada...esa mirada que solía hacerme cuando me buscaba, me descontrolan por completo, y dejándome llevar por el deseo de besarla me acerco para tomar sus labios y saciarme de ellos, pero tengo que frenar mi iniciativa al entrar una llamada al móvil, y debo atender, es del nuevo cliente y más que eso es la vía de escape para no exponer a mi esposa a forzarla a hacer algo, de cual todavía no sé si está preparada. Luego de quedar con el dueño de la nueva firma que me encontraría con su secretaria en mi oficina en una hora para cerrar el trato, corto la llamada para con una voz fuerte decirle a Zirel que la espero en el auto.
Yendo de camino a la empresa mi esposa me fue contando todo lo ocurrido antes de colisionar... de como Life le había robado el vestido y ella como una desquiciada lo fue persiguiendo mientras le propiciaba una catarata de amenazas que a él no le hizo ningún efecto positivo. Verla sonreír, hablarme tan sueltamente, como en los viejos tiempos me llenó de alegría y ni hablar de ese momento tan sensual...mis pupilas aún tienen gravada la mirada de deseo de mi esposa porque sé que ella deseaba tanto ese beso como yo, ahora lo veo todo más claro.
Ya en la oficina de Zirel, y con su computador en su escritorio, apoyo mis glúteos sobre el borde de este, para ponerme en frente de ella, y poder así mirarla mejor a la hora de enseñarle el trabajo, ni siquiera hace falta decirle la clave para entrar a su computador, antes que pudiera hablar ella ya la había puesto, y ni hablar del archivador y de la tarea de la traducción en sí, ella sabía lo que debía hacer, creo que no necesitará de la guía de López, todo eso me llena de una alegría inexplicable, acaso Zirel estaba recordando cosas...no, falsa alarma, ella simplemente sabe qué hacer, lo hace por inercia...según ella, de todos modos eso me pone de muy buen ánimo por algo se empieza. Por un momento nuestras miradas quedan alineadas, sus ojos bellos me asaltan por completo, quiero besarla...me inclino para hacerlo...respiro profundo le pido permiso para acomodar su cabello, elijo la excusa de que se encuentra desprolijo, ella me da vía libre, sus labios tan cerca de los míos me tientan aún más, coloco su cabello por detrás de su oreja y comienzo a besar esa parte de su piel...sé cómo encenderla, acaso estoy siendo ventajero...un atrevido...no, me respondo mentalmente, simplemente deseas a tu esposa. Le digo cuanto me gusta su perfume mi voz se torna ronca cargada de deseo sexual, bajo lentamente con mis labios a los suyos y cuando estoy por acapararlos por completo para devorármelos desenfrenadamente somos interrumpidos por López que entra a la oficina. Me paro con rapidez y luego de presentar a mi esposa a la empleada y dejar dichas las directivas, habiendo salido López le comento a Zirel que debo subir porque tengo una reunión, la invito a almorzar, me pide invitar a Juan...no me molesta...me siento tan feliz por los encuentros tan cercanos de hoy que creo que nada de lo que pudiera pasar empañaría mi entusiasmo...antes de retirarme le doy un beso, pero como todo hombre que desea dejar a su mujer a la expectativa, me permito besar parte de la comisura de sus labios para plasmar así un aire sensual y hacerle saber que ya no hay vuelta atrás que en cualquier momento me comeré esos labios dejándola totalmente encendida por más de mí, y ella será mía como lo fue siempre y yo suyo como lo sigo siendo y ahora más suyo que nunca.
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72 horas
RomanceIbrahim Lang es un joven empresario, autosuficiente y ateo. Ella, Zirel Smith es una joven cristiana que su vida gira alrededor de su padre, su amigo Juan, la iglesia y sus estudios. Una catástrofe hará que sus vidas se cruzen...se conocerán, se ena...