Zirel
Luego de pasar por el office de enfermería y pedirle a Teresa que por favor se comunicara con Miguel para pedirle que viniera a verme, saludo a Mateo antes de que se marche a seguir su ronda. Llego a mi habitación, cierro la puerta y tomo del closet un bolso negro que Miguel me había traído de casa con ropa y calzado, que no había usado porque aquí me manejo con la ropa del sanatorio. Saco un jean me lo pongo, busco un corpiño me lo coloco y luego una camiseta, también saco un par de medias y mis zapatillas de lona. Una vez que estoy lista paso al baño me cepillo el cabello que se encontraba bastante desprolijo. Guardo mis cosas en el bolso y me siento en el sillón, mando a un mensaje de texto a Miguel en donde le pido que no se tarde mucho.
En el preciso momento que estoy por llamarlo la puerta de la habitación se abre y mientras Miguel va ingresando me pregunta;
-buen día hija, todo bien...-
-sí y no... (miguel me mira con cara de asombro) sí estoy bien, pero no quiero estar ni un minuto más en este lugar...no me hace bien...por favor necesito que hables para que me den el alta ahora mismo.
-Pero hija, por qué de esta decisión tan repentina...qué te pasó...cuéntame...además no creo que los médicos quieran darte el alta ya mismo...y ni hablar del doctor Ibrahim...-
-Papá por favor necesito ir a casa...si ellos no me dan el alta firmaré un acta que me voy por mi propia cuenta y que me hago cargo de lo que pudiera pasarme, soy mayor de edad puedo hacerlo...- mi voz suena bastante histérica, que hace que Miguel me abrace...él sabe que algo me está pasando...la señal fue cuando lo llamé papá...
-Okey Zirel...no te preocupes ahora mismo hablaré con el clínico para que nos dé el alta...-
Estamos en el office de enfermería el doctor clínico ya nos firmó el alta pero falta la firma de Ibrahim, que por teléfono ordenó que no se me diera el alta...él no está de acuerdo...no la firmará y que en cuanto se desocupe con un paciente que había entrado por guardia y necesitaba de toda la atención del servicio de neurología vendría a verme. Luego de insistir...firmamos con Miguel un formulario en donde me desvinculaba del sanatorio por mi propia cuenta perdiendo todo derecho legal por egresar sin el alta del neurólogo. Luego de saludar a las enfermeras y sin perder más tiempo, no quería cruzarme con él, partimos con Miguel a casa. A penas entramos a casa salgo corriendo hacia la planta de arriba en busca de la habitación de Iba un sentimiento de tristeza me cubrió por completo al ver la habitación...tiene un escritorio con la computadora, un sillón y una biblioteca...fui a mi cuarto y me recosté sobre la cama para quedarme completamente dormida.
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Dos semanas han pasado desde mi alta, el doctor Ibrahim se comunica todos los días con Miguel para saber de mí, aunque intentó hablar conmigo a través del móvil, no lo he atendido...habíamos quedado que iría a consultorio externo los viernes...pero ni el otro ni este he ido...Miguel no está de acuerdo con mi actitud...pero por ahora no presiona para que asista...él no deja de tratar de comunicarse conmigo...yo mi parte huyo lo más que puedo porque sé que todavía no estoy fuerte...mi cerebro lo sigue viendo como ese esposo amoroso que me desarma con sentir su presencia y ni hablar de cuando clava su mirada en la mía. Desde que llegué a casa estoy más triste y nostálgica que nunca...extraño esa vida que no fue real...hoy Miguel no viene sino hasta pasada la medianoche. Miro la hora las 8 p.m. me siento abrumada...necesito salir...no sé a dónde, pero sé que mi cabeza me está guiando para ir hacia algún lado. Salgo al umbral y entro a tomar un abrigo, estamos entrando en el otoño...las tardes son calurosas y las noches frescas, llevo puesto una remera sin sostén y una pollera bastante corta es que en casa me gusta estar suelta...no pienso cambiar mi atuendo, tomo ligeramente un buzo que se encuentra en el perchero y mientras me lo pongo salgo de casa para luego cerrar la puerta con llave, cuando la guardo en el bolsillo de la pollera me doy cuenta que dejé el móvil, no me molesto en buscarlo y es entonces cuando emprendo la caminata sin rumbo. Luego de vagar unas cuantas cuadras me doy cuenta que me encuentro parada hace unos segundos enfrente de una puerta negra, hago unos pasos hacia atrás para poder ver el lugar en su totalidad una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo...esta puerta es la entrada al departamento de Ibrahim...es el hogar en donde vivíamos muy felices en mis sueños, voy hacia la puerta y apoyando las palmas de mis manos y frente sobre esta cierro los ojos para recordar...unos minutos más tarde caigo de rodilla al abrirse la puerta de repente, la persona que se encuentra parada en frente de mí por el momento no dice nada, levanto la vista y veo a Ibrahim su rostro luce asombrado;
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72 horas
RomanceIbrahim Lang es un joven empresario, autosuficiente y ateo. Ella, Zirel Smith es una joven cristiana que su vida gira alrededor de su padre, su amigo Juan, la iglesia y sus estudios. Una catástrofe hará que sus vidas se cruzen...se conocerán, se ena...