Buenas noches. Hoy publico más tarde de lo habitual, pero ahí va.
_______________________________________Durante el resto de la tarde, continuaron deshaciendo cajas y ordenando aquel pequeño apartamento. Siguiendo las indicaciones de Luisita, las chicas terminaron de recoger todo lo que había por medio y lo que la rubia pensó que sería una mudanza lenta, había acabado en tan solo una tarde gracias a sus hermanas, a Marina y a Amelia.
Pidieron unas pizzas para cenar, Luisita había insistido en que se quedaran después de haber pasado toda la tarde ayudándola. Se sentaron alrededor de la mesita baja que presidía la estancia: Marina acompañó a María en el sofá, Lola y Amelia se sentaron en dos pufs que Luisita había comprado ese mismo día en una conocida tienda de muebles y la rubia se sentó en el suelo sobre la alfombra.
- Siéntate aquí, Luisita no te vayas a sentar tú en el suelo – le dijo Amelia con amabilidad haciendo amago de levantarse.
- No, no, de eso nada – frenó sus movimientos – tu te sientas ahí y yo me quedo aquí que estoy muy bien.
- ¿Segura? – que no me molestas, de verdad.
- Amelia, déjala – intervino Lola – no la vas a convencer, a cabezota no le gana nadie.
- Veo que entonces lo de la cabezonería es cosa de familia – apuntó señalando las a las tres.
- No te haces una idea – afirmó Marina recibiendo un cojinazo de María – ¡oye!
- Te lo has ganado – contestó inocente – nadie se mete con las Gómez...
- ¡Salvo las Gómez! – dijeron las tres hermanas a la vez y todas las presentes soltaron una carcajada.
- Perdonad – dijo Lola más seria mientras sonaba su teléfono – tengo que cogerlo – miró a Amelia un segundo – es Arnau – anunció dejando a todas en silencio – ¿Luisi puedo..? – señaló la habitación se su hermana.
- Sí, claro – dijo mirando de reojo a Amelia que se entretenía con un hilo del puf.
- A ver qué quiere ahora el alelao este – soltó María sin mirarlas. Al elevar la cabeza debido al silencio que de pronto reinaba en la estancia, vio que se había creado un clima de tensión. Amelia no dejaba de jugar con algo agachando la mirada; Luisita miraba a Amelia con cierta ¿preocupación? ¿tristeza? No supo definirlo pero lo que vio le hizo fruncir el ceño y Marina, Marina no sabía dónde meterse – oye y tú con el “pelocho” ¿qué?
- Ey, no le digas así – protestó la amiga de Luisita – nadie se mete con él…
- ¡Salvo las Gómez! – volvieron a gritar las dos hermanas relajando la situación y logrando que todas rieran de nuevo – va en serio – continuó María – ¿cómo vas con él?
- Ays muy bien – dijo con una sonrisa en los labios – es… no sé, me siento muy bien con él y me hace feliz. Y para que conste, no es un lelo, para nada.
- Pues sí que estás pillada, Marina, sí – sonrió María – ya solo te falta llamarlo por esos típicos nombrecitos de todo tonto enchochao, que si amorcito, que si bebecito y todas esas acabadas en "Ito" – hizo un gesto como si le diera un escalofrío – solo de pensar que alguien me llama a mí así ya me da urticaria ¿tú qué piensas, Amelia? – preguntó con intención de incluirla de nuevo en la conversación, pues, desde que se había marchado Lola, había estado totalmente en otro mundo.
- ¿Yo? Que muy enamorada tengo yo que estar para llamar a alguien, cariño, mi amor, o mi vida, pero que muy enamorada.
- Pues a mí me parecen bonitos – soltó Luisita.
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Nuestras Vidas y El Tiempo
Fanfiction#Luimelia✨No se permiten adaptaciones✨ Luisita no sabía que acompañar a su hermana a ver a una bruja, cambiaría su vida para siempre. Amelia creía haber encontrado todo lo que buscaba, hasta que bajó las escaleras del Kings.