Nuestras Vidas y El Tiempo

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Buenas Noches!! Vamos por más?? Venga va, que tengo ganas de llegar a un momento concreto 🙊🙊

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Dos días después, María se desesperaba con el mundo. No había podido hablar con Luisita porque la rubia, cada vez que intentaba sacar el tema, desviaba la conversación, ignoraba sus palabras o simplemente se marchaba y se encerraba en su casa para no salir.

Había acribillado a Lola a mensajes sin recibir la respuesta que quería e incluso más de una vez le había colgado la llamada sin tan siquiera descolgar. No entendía  por qué actuaba de aquella manera, es que no le entraba en la cabeza que se estuviera comportando así sabiendo, como debía saber, que Luisita estaba mal y que ella era la responsable de todo.

Finalmente, cuando entró en casa aquel día, vio las maletas de Lola en la entrada. Las miró extraña y agudizando el oído, escuchó ruidos en la habitación donde se estaba quedando su hermana.

- Ya era hora de que te dignaras a aparecer – pronunció cuando Lola salió de la habitación.

- María, no quiero un sermón, de verdad – dijo recogiendo algunas cosas.

- No te voy a dar ningún sermón, o mira, a lo mejor sí, porque es que no me parece ni medio normal tu actitud – contestó indignada, Lola evitó mirarla - ¿Me vas a explicar que está pasando en tu vida?

- ¿Y por qué tendría que hacerlo? - contraatacó - Como bien dices, es mi vida, puedo hacer lo que quiera ¿no?

- No, no cuando estás haciendo tanto daño a la gente – le recriminó con dureza – a tu hermana, Joder Lola.

- Te recuerdo que ella se metió en la cama de mi novia.

- ¡Ex! Exnovia – corrigió – y no estarías tan enamorada visto lo que vi hace dos días con Arnau.

- Ese es otro tema – se intentó defender.

- Es que no es otro tema, Lola – rebajó el tono, intentando mantener con su hermana mayor una conversación lo más civilizada posible – es el mismo tema, Lola. Porque dices estar enamorada de Amelia pero lo que yo vi el otro día aquí con Arnau decía totalmente lo contrario.

- Mira, lo de Arnau...

- No, escúchame – la cortó – no te voy a juzgar, no voy a meterme en lo que pasa entre tu exmarido y tú, pero te pido por favor que seas sincera de una vez – continuó – porque al final quién peor lo está pasando es Luisi, tu hermana pequeña, a la que siempre has adorado.

- María…

- Es que no me entra en la cabeza que actúes de esta manera - siguió diciendo casi a modo de protesta - Que tú no eres así, no vas haciéndole daño a la gente tan gratuitamente.

- Ellas también me han hecho daño a mí – se defendió.

- Lola – tomó su rostro obligándola a que la mirara a los ojos – dime la verdad, ¿En serio estás enamorada de Amelia? – Lola desvió la mirada y bajó la cabeza – porque yo creo que no – su hermana volvió a mirarla – creo que te deslumbraste. Te divorciarse, te sentías perdida y conociste a alguien que te deslumbró. Que sí, te gustó y te diste la oportunidad de sentir cosas por una mujer y no pasa nada – aclaró – pero no creo que estés enamorada de ella - continuó con calma pero con cierta cautela - creo que tienes el orgullo herido y que estás actuando por despecho pero no por amor.

- ¿Y tú como lo sabes? – inquirió con un nudo en la garganta.

- He visto cómo miras a Amelia, cómo miras a Arnau y no tiene nada que ver – sintió temblar a su hermana – yo no sé qué os pasó a Arnau y a ti, no voy a entrar ahí porque eres tú quien tiene que contármelo si quiere hacerlo – acarició su rostro con cariño – pero sé que sigues enamorada de él, que nunca has dejado de estarlo.