Nuestras Vidas y El Tiempo

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Buenas tardes. Bueno os dejo un nuevo capítulo que es más larguito y que espero que se entienda (sobre todo el final) 😁

Os deseo que tengáis una feliz Nochebuena y una Feliz Navidad 😘😘

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Casi una semana después, aquel “incidente” había quedado totalmente en el olvido para Luisita, quién, siguiendo con su vida con normalidad, entraba a la radio como cada lunes al caer la tarde. Había llegado a la emisora hacía un par de meses y de casualidad. Una amiga la llevó para hacer una pequeña colaboración en un concurso, al director del programa le gustó su desparpajo y su voz en las ondas y decidió que sería buena idea darle una pequeña sección dos días por semana en su programa. El sueldo no era mucho. Si lo pensaba, casi ganaba más los días que ayudaba en El Asturiano, pero le gustaba tanto lo que hacía, que no le importaba cobrar lo que cobraba. Además, más que un trabajo lo tomaba como una afición, aunque, a decir verdad, cada vez le apasionaba más.

- ¡Hola! – saludó dejando el bolso a modo de bandolera en la percha y desabrochándose la chaqueta – ¿cómo vamos hoy?

- Hola Luisita – saludó Fede – pues vamos justos, como siempre. Toma, esta es la escaleta, tú vas en la tercera cuña – le informó pasándole toda la información.

- Genial, me da tiempo de tomarme un café – anuncio yendo hacia la cafetera y sirviéndose uno – ¿de qué va el programa de hoy? – preguntó curiosa.

- De adivinos, médiums, espíritus, reencarnaciones, vidas pasadas y todas esas cosas, ya sabes.

- Ya… qué pesadilla… – protestó para ella misma.

- ¿Por qué lo dices?

- Por nada, cosas mías – atajó sin querer darle más explicaciones – Bueno y Marina y tú, ¿Qué? ¿Habéis quedado ya por fin? – se interesó con doble intención.

- Sí, esta noche. Me lo ha propuesto ella antes de empezar el programa – le comentó de manera tranquila. Luisita sonrió de lado, al fin Marina se tiraba a la piscina – vamos a ir al Kings, ¿Tu libras, no?

- Ajá, le toca turno a mi hermana y a Gustavo – le dio un sorbo al café – puag ¿Quién ha hecho esto? Está horrible – hizo un gesto de desagrado.

- Mateo – contestó como si fuera algo evidente – Bueno entonces, esta noche ya que libras podrías venirte ¿no?

- De verdad Fede qué pocas luces, hijo – dijo dejando la taza sobre la mesa.

- ¿Qué he dicho? – realmente no tenía ni idea de qué hablaba su compañera.

- Nada, hombre, nada, ya te enterarás – contestó – o no – apuntó el un susurro que solo ella escuchó.

- Bueno, bueno, bueno, si ya ha llegado Luisita. Chicos ahora sí que hace un buen día, ¡la rubia más guapa de Madrid ya está aquí! – Fede y Luisita miraron a la puerta, donde Mateo, que acababa de llegar, vociferaba alegre.

- ¡Te quieres callar, idiota! – le dijo dándole un golpe en el hombro avergonzada.

- Venga, va, Luisita, hoy no me puedes decir que no – abrazo a Luisita por los hombros con interés – ¿quedamos esta noche?

- Pues… - sonrió – es que ya he quedado.

- ¿Ah, sí? ¿Y con quién si se puede saber?

- Pues... – sonrió mirando a su otro compañero - con Rachel Green, Phoebe Buffay y Mónica Geller – Fede ahogó una carcajada por las calabazas que acababa de darle a Mateo.