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Jaja bueno antes que nada gracias, gracias por los comentarios, me he reído mucho con vuestras reacciones, la verdad.

Me alegro mucho haberos sorprendido tanto y espero que os diga gustando la historia. Vamos un poquito más 😄

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Tras los primeros minutos de silencio e incredulidad, Luisita comenzó a reír. María, sin poder creer lo que decía Lola, siguió a la pequeña de sus hermanas en su risa. Finalmente, lo que comenzó siendo una risa leve y llena de desconfianza, terminó siendo una carcajada bastante ruidosa.

- Os lo estoy diciendo en serio – soltó Lola al ver que sus hermanas no paraban.

- Jajaja ya claro – seguía riendo la rubia – y yo tengo un grado en neurocirugía pediátrica jajaja ¡qué cosas tienes!

- ¡Pero que os digo la verdad! – protestó Lola un tanto indignada mientras que Amelia era testigo de todo sin querer intervenir.

- ¿Hoy no es 28 de diciembre, verdad Luisi? – preguntó María a la pequeña quién negó con la cabeza – no cuela, Lola.

- Cariño, diles algo – dijo lola a Amelia

- Jajajaja “cariño”, que le dice hasta “cariño” – se burló Luisita al escucharla – tengo que reconocer que te lo estás currando.

- No puedo con vosotras, de verdad os lo digo.

Tal y como terminó de pronunciar aquella frase, tomo el rostro de Amelia y se lanzó a sus labios. El beso, correspondido al instante por su novia, ganó en profundidad haciendo que tanto María cómo Luisita dejaran de reír al ver aquella estampa. En el rostro de María se evidenciaba la sorpresa. En el de Luisita, por el contrario, la sorpresa inicial dio paso a la seriedad y la indignación.

- ¿Os lo creéis ya? – dijo autosuficiente dejando un par de besos más en los labios de Amelia.

- Pero entonces… - María comenzó a hablar tras el desconcierto.

- ¿!Pero tú qué vas a ser lesbiana!? – soltó Luisita sin ningún tipo de simpatía en la voz, haciendo que todas las presentes quedaran serias – tú no eres lesbiana.

- A ver, Luisi – intentó mediar la morena sabiendo donde acabaría aquello – que digo yo que será bisexual, que no es tan raro.

- Que no, María, que no – insistió - que ni es bollera, ni bisexual, ni hostias, que no – afirmó.

- Bueno, yo creo que – intentó meter baza Amelia.

- Perdóname – le dijo Luisita – no es nada contra ti, pero es que mi hermana Lola no es lesbiana.

- ¿Ahora eres homófoba? – pregunto Lola.

- ¿Que yo soy hom.. que yo soy…? – la sorpresa que le supuso tal pregunta no le dejaba ni terminar - ¿Tú de verdad me estás diciendo esto? ¿¡Tú!? – la señaló con rabia. Amelia no sabía dónde meterse y María negaba con la cabeza – dos meses, Lola, dos meses estuviste sin hablarme cuando me pillaste con Lucía y te dije que soy lesbiana – le dijo con rabia – no me vengas ahora con esto.

- Mira, Luisa.

- Chicas, chicas – las cortó María viendo que aquello se iba de las manos – aquí, no. Un numerito aquí, no. Id al despacho si queréis pero aquí no. En mi bar, no – termino en tono serio y autoritario.

- Vamos – dijo Lola a su hermana separándose de Amelia.

- No tengo nada que hablar contigo – intento zafarse.

- De eso nada, ¡vamos! – tomo su brazo y la llevo hasta el despacho, cerrando la puerta de un portazo.

- Perdona a Luisi, Amelia – dijo María tras unos segundos en los que ambas se calmaron – no suele reaccionar así con casi nada… pero lo pasó muy mal cuando Lola dejó de hablarle.

- No tenía ni idea de esto, la verdad – contestó la actriz – Lola no me ha contado nada, es más, es que ni me dijo que este era vuestro bar.

- Muy típico de Lola – intento restarle importancia – no te preocupes, lo arreglarán.

- ¿Seguro? – dijo no muy convencida.

- Sí, seguro. Luisi tiene mucho genio y mucho arranque pero luego se calma y razona… - le explicó – no sé, ha sido una sorpresa y claro, para Luisi salir del armario no fue fácil y Lola se lo puso más difícil aún – dijo con tristeza recordando aquella época – pero, bueno, al final mi hermana recapacitó y acepto a Luisi y volvió todo a la normalidad.

- Bueno, en cierta manera entiendo la reacción de tu hermana Luisita, pero también me parece algo desmedida, si todo estaba ya arreglado… no sé – dijo preocupada.

- Sí, no sé, puede que sí se haya pasado un poco. Luego hablaré con ella, no te preocupes – afirmó regalándole una sonrisa tranquilizadora – así que Lola y tú.

- Ujum, Lola y yo – sonrió aún con preocupación.

- Cuando estés más calmada, hablaremos – escucharon a Lola decir al tiempo que salían del despacho – Amelia, nos vamos – llegó hasta ellas.

- Lola… ya sabes cómo es Luisi – intercedió María.

- Mira, déjalo – contestó a su hermana poniéndose la chaqueta.

- Sí, María, mejor déjalo – reitero la rubia llegando a la barra.

- Vamos – Lola ignoró el comentario de Luisita y tomó la mano de Amelia para sacarla de ahí.

Luisita se quedó parada, mirando como Lola, tomando la mano de Amelia tiraba de ella para sacarla del local. Subieron un par de escalones y antes de continuar su camino, Amelia giró su rostro y la miró. Luisita sintió que se quedaba sin aire al sentir aquella mirada tan penetrante en la suya.

Amelia… ¿Amelia que dónde te vas?
Me voy a Roma.
¿A Roma? … … … ¡AMELIA!

 

-  Amelia… - susurró imperceptiblemente una Luisita a la que de pronto, le habían entrado unas terribles ganas de llorar en mitad del Kings.

Nuestras Vidas y El TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora