Capítulo 26

245 4 12
                                    

«Todo lo perfecto está hecho para derrumbarse alguna vez»

Alynne

Entré en la sala con el miedo recorriendo mi cuerpo.

Y hubo una parte de mí que se derrumbó.

Andrew tenía algunas máquinas conectadas a su cuerpo, pero en aquel instante estaba despierto. Despierto. Cuando se dio cuenta de que estaba entrando, me dirigió la mirada sin mover el cuerpo.

—Hola.

—Hola —Hice un ademán con la mano y me senté en una de las sillas que estaban cerca de su camilla. Supuse que las habían ocupado sus padres—. ¿Cómo te encuentras?

—Algo adolorido y con un dolor de cabeza tremendo —soltó y rio un poco—, pero se podría decir que bien.

—Louis me ha llamado hace apenas media hora diciéndome lo que te había ocurrido. Y debo decirte que al principio no me lo creí, ¿sabes? —solté una risa un tanto apenada—. Pensé en por qué tenía que pasarte a ti. Pero supongo que después de todo estás bien. Ya sabes que me tienes aquí para lo que necesites.

—Lo único que necesito ahora es descansar —murmuró, dejando caer un mechón de cabello rubio sobre su frente—. Estoy bien. Ocurrió tan rápido que ni siquiera me di cuenta de que un coche venía en dirección contraria, pero por suerte no chocó con demasiada fuerza. Solo recuerdo verlo todo negro y después despertarme aquí con mis padres diciéndome que todo estaba bien.

—Andrew...

—No te preocupes, en serio. Estoy bien. Saldré de aquí en seguida.

—Me alegro —comenté. Recibí un mensaje en mi teléfono que leí rápidamente y le comuniqué el contenido del mismo a mi amigo—. Louis está aquí. Y Ross también. Quieren verte.

—Ross ha venido contigo, supongo.

—Sí —Vi que le cambiaba la expresión—. Mira, si es por él...

—No es por él —me cortó—, sino por ti. Alynne, sé que esto te está haciendo recordar cosas que en el fondo no quieres recodar. Me doy cuenta de ello. Y no quiero que tu relación con Ross se arruine por ello.

—Lo estoy llevando bien, Andrew. En serio.

Y antes de que él pudiera decir algo más, se lo pensó y me dedicó una sonrisa tranquila. Yo intenté sentirme igual, pero supe en seguida que no sería capaz. Era cierto que ahora mi relación con Ross pendía de un hilo muy fino que en cualquier momento podía romperse, y sentía que dicho momento estaba más cerca que nunca. No sabía por qué.

No. Mentía. Por supuesto que sabía por qué. Porque todo aquello me estaba recordando demasiado a Abby... y no quería perder a Ross también.

No me dio tiempo a reflexionarlo mucho más antes de que Louis apareciera en mi campo de visión. El chico caminaba hacia nosotros con un ápice de miedo en sus ojos que se esforzaba en esconder.

—Joder —murmuró, pasándose las manos por su cabello castaño—. Dime que no es nada grave.

—No —negó Andrew—, no lo es. Por suerte. Solo necesito descansar unos días y recuperarme. Nada grave.

—Me tenías preocupado, capullo —dijo—. Y no te cuento cómo estaba Alynne. Me alegro de que no sea grave. No podría aguantar sin ti. Lo sabes, ¿no?

«Yo tampoco podría.»

—¿Qué os ha dado con poneros sentimentales? —Andrew rio—. Me siento bien, chicos. Todo lo bien que puedo estar.

Our Love Song © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora