Capítulo 46

93 2 5
                                    

«¿Cuándo fue la última vez que te sentiste vivo?»

Alynne

Estaba sanando.

Poco a poco, pero lo hacía.

Las sesiones con mi psicóloga eran dos veces a la semana y sentía que cada vez avanzaba más en el tema del accidente en sí y los sentimientos que me habían consumido durante todo aquel año. No era fácil de contar para mí, pero cada vez daba más detalles porque sentía que podía hacerlo. Que ya no tenía por qué temer.

Hace dos noches había dormido con Luca. Al momento de despertarme, él fue cuidadoso y se encargó de no hacer nada que pudiera incomodarme. También me preguntó varias veces si me sentía bien con él y dejó caer que podía marcharme si no lo hacía, que él lo entendería.

No me marché. No supe por qué, pero no me marché.

Decidí escribirle un mensaje a Ross cuando estaba en la cama y observé por la ventana de mi habitación.

Yo: ¿Cómo ha ido el juicio?

Ross <3: Ha ido bien, supongo. Mi padre se ha largado con todas sus cosas y tiene prohibido volver. Tampoco puede vernos a mí o a mamá. Ni siquiera acercarse.

Yo: ¿Y cómo te sientes tú?

Ross <3: Con miedo. Llevo pensando en ello desde anoche. Pienso que puede hacer algo para jodernos. Yo que sé.

Yo: Ross... sé que es inútil decirte que no pienses en ello, pero te diré que no dudes en hablar conmigo si sientes que no puedes más, ¿vale?

Ross <3: No quiero tomarte con una especie de escape de mis problemas, Alynne. No quiero que tengas esa carga. Quiero hacer las cosas bien.

Yo: Y las estás haciendo bien. No temas por eso.

Ross <3: Sabes que te amo, ¿no?

Yo: ¿Ah, sí? Pues ha pasado un tiempo sin que te oiga decirlo. Igual si hicieras algo para que pudiera escucharte...

Supe que mi indirecta había funcionado cuando me llegó otro mensaje de Ross. Un audio. Acerqué el móvil a mis oídos y todos mis pensamientos se vaciaron cuando escuché la voz de Ross, un poco ronca.

«Te amo, Alynne Anderson.»

Joder. Echaba de menos tenerlo a mi lado.

Decidí mandarle una nota de voz también:

—Yo también te amo, Ross —me quedé un momento en silencio—. ¿Sabes? Me apetece escuchar una canción de la lista. Me faltan cuatro por escuchar. There You Are, Need You Now, The Night We Met y Be My Mistake. ¿Cuál me recomiendas primero?

Sí, le había mandado eso mientras tenía la lista delante.

Ross <3: There You Are. Me recuerda a ti.

Yo: Todas te recuerdan a mí.

Ross <3: También. Pero escucha esa.

Así que le hice caso, agarré los auriculares que tenía también en la mesa y los conecté al móvil para después colocarlos sobre mis oídos. Busqué la canción y la reproducí cuando di con ella. Era pop. A Ross le gustaba bastante el pop, y a mí también. Y cada vez que el cantante decía «there you are» me imaginaba a Ross cantándomela al oído y bailándola conmigo sin ninguna preocupación.

—Aly, cariño —la voz de mi padre se presentó a unos metros de mí. Me giré hacia él y él soltó una risa—. ¿Te pillo ocupada?

—Estaba escuchando una canción.

Our Love Song © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora