Capítulo 34

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- Eres un amor de persona - Mencionó mi novia.
- Tú amor, muñeca -.
- Mí amor -.

La tomé de la mano y la llevé a conocer el jardín, la cocina, el pasillo de los cuartos de servicio, todo en la planta baja.

- Te voy a mostrar mi habitación, no tengo un piano como el tuyo pero sí una guitarra, apuesto a que podrás cantarme algo - ___ soltó una risita y beso mi mejilla - Ven - Yo la tomé en mis brazos y después de hundir mi rostro en su cuello e impregnarme de su delicioso aroma, subí con ella las escaleras hasta que llegamos a la puerta de mi habitación y la dejé sobre el suelo -  Bienvenida preciosa -.

Abrí la puerta y dejé que ___ pasara primero, ella miró todo a su alrededor con detalle, a veces detenía su mirada pero no sabía en qué.

- ¿Cantas? - Preguntó curiosa.
- Mm, algo así, digamos que solo lo hago en mi habitación, yo solo -.
- Cantas y tocas la guitarra, ¿Por qué no me lo habías dicho? -.
- No lo creí relevante - Respondí ladeando la cabeza.
- Mm - Ella me miró mal.
- Lo lamento, lo importante es que ya lo sabes - Dije divertido.
- Pues sí, pero tarde - Comenzó a caminar hacia la cama - Me gusta tu habitación - Cambió de tema totalmente sentándose en la cama - ¿Quisieras tocar y cantar un poco para mí? -.
- ¿No vas a burlarte? -.
- Si cantas feo quizá me ría un poco, de lo contrario prometo no reírme -.
- Tan linda que eres - Mencioné sarcástico.
- Me amas así cariño - Rodé los ojos riendo y tomé mi guitarra para sentarme a su lado.
- Bien, voy a cantarte, pero promete que jamás olvidarás esto -.
- Ay amor, ¿Cómo podría hacerlo? Nunca olvidaré este momento, la primera vez que conozco tu habitación y el hecho de que cantas y tocas la guitarra, que por cierto me ocultabas - Ambos reímos y después yo me preparé para comenzar a tocar y cantar cien años.
- Pasaste a mi lado, con gran indiferencia, tus ojos ni siquiera, voltearon hacia mí.
Te ví sin que me vieras, te hablé sin que me oyeras, y toda mi amargura se ahogó dentro de mi.
Me duele, hasta la vida, saber que me olvidaste, pensar que ni desprecios, merezca yo de ti.
Y sin embargo sigues, unida a mi existencia, y si vivo cien años, cien años pienso en ti - ___ me miraba atenta, con una mirada llena de brillo y una pequeña sonrisa en sus labios, mientras tocaba los acordes podía sentir completamente la canción y como ___ también la sentía, mi novia la disfrutaba como yo, era para ella, solo para ella.

(...)

Terminé de cantar, toqué el último acorde y levanté la mirada para ver el rostro de ___.

- Waw, si vas a endulzar mi oído con tu hermosísima voz, quédate el resto de mis días a mi lado por favor - Dejé escapar una pequeña risita y ella tomó mi mano entre las suyas - Hablo en serio mi Chris, que bonita canción, y tu voz, vaya, que combinación tan perfecta -.
- ¿En serio lo crees? - Pregunté emocionado.
- Pero por supuesto, eres como un ángel, cantas como un ángel, eres perfecto en demasiados sentidos, ¿Cómo es que logré merecer tanto? - Sus palabras sonaban sinceras, tan reales y profundas.
- Bonita, tú y yo nos complementamos por eso, porque ante mis ojos también eres perfecta, ¿Sabes cuántas veces me he cuestionado el hecho de tenerte en mi vida? Eres lo que cualquier hombre desearía tener a su lado, y sin embargo, yo te tengo en mi vida, no hay más que yo quisiera - Le dije con total sinceridad.
- Te amo ¿Sabes? Te amo con cada parte de mi ser -.
- Yo a ti muñeca - En ese momento, y justo cuando iba a besarla, Ana tocó la puerta - ¿Qué sucede? - Pregunté poniendo mala cara sin que ella me viera.
- Sus amigos llegaron joven - Dijo.
- De acuerdo, diles que ahora bajamos, por favor - Le pedí.
- En seguida -.

Me levanté de la cama y dejé la guitarra en su lugar para tomar la mano de mi novia.

- ¿Lista? - Pregunté.
- Por supuesto - La realidad es que mi muñeca estaba nerviosa, pero sabía que trataba de ocultarlo.

Ambos salimos de mi habitación, al borde de las escaleras la levanté en brazos y bajé sin más.
Cuando estuvimos abajo ella se movió para que yo la pusiera en el suelo y así lo hice, entrelaze mi mano con la suya y así caminamos hasta el living, en donde mis ruidosos amigos me esperaban sentados en los sofás.

- ¿Qué hay papi? - Dijo Erick con una sonrisa.
- Dímelo - Respondí del mismo modo.
- ¿Qué onda brother? - Mencionó Zabdiel mientras chocabamos el puño.
- Hola hermano -.
- ¿Qué hay? ¿Ella es ___? - Preguntó Joel mirándola.
- Así es, amor, ellos son mis amigos, Erick, Zabdiel, Joel, Richard, Johan y Alan - Dije señalando a cada uno - Chicos, ella es ___, mi novia -.
- Hola chicos, un gusto conocerlos - Dijo mirándolos con una sonrisa en el rostro.
- El gusto es nuestro preciosa, ¿Dónde encontraste una novia tan bonita para ir? - ___ rió con Richard y comenzó a relajar su agarre en mi mano.
- A un lado de mi casa mi hermano -.
- Hasta vecinos son, Dios dame el lugar de este chico - Dijo divertido.
- Confirmo, viajar una hora para ver a tu novia no es muy cool, aunque vale la pena, que suerte la de ustedes - Mencionó esta vez Johan.
- Ya sabes, entre más cerca mejor, tengo el maravilloso privilegio de ver a mi novia todos los días, todos - Les aseguré.
- ¿No te desespera el hombre, ___? - Preguntó Joel.
- Mm, la mayor parte del tiempo se porta bien, así que creo que no - Todos rieron ante lo que dijo mi novia, todos excepto yo, así que la mire mal - Mentira amor, me encanta verte todos los días -.
- Ay, quien viera tan enamorado al hombre - Se burló Alan.

Yo me sonroje y abracé a ___ escondiéndome en su cuello, quería hacerle una seña obscena a Alan pero me contuve, de todos modos los demás se unieron a su burla cuando me escondí entre mi novia.

|Muñeca de Cristal| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora