- Cariño no hables así, tu estarás bien - Mencionó quiza dándose aliento ella misma.
- Basta mamá, ya no quiero hablar de esto, tú tienes cosas que hacer y yo solo... Ya no quiero hablar, ¿Bien? - Dije con pesar.
- Hija - Quiso decir algo más, pero negué.
- Déjame sola, por favor - Pedí amable.Mi madre soltó un suspiro antes de levantarse de la cama y salir de mi habitación.
Yo solo me limite a hacerme bolita en la cama y acurrucarme bien, tenía muchas cosas en la cabeza, pero lo único que quería hacer, era poder dejar de pensar tanto de una vez por todas, estaba cansada, solo quería que el día se acabara ya.(...)
- ¿Mi niña puedo pasar? - Carmen había venido a verme de nuevo, cosa que para nada me molestaba, aunque la verdad tenía ganas de estar sola.
- Adelante nana, pasa - Acepte.Ella entró sin más y se quedó parada delante de la puerta cuando la cerró.
- ¿Qué ocurre? Si mi mamá te mandó aquí para decirme algo que ya sé, entonces creo que - Ella me interrumpió.
- Nada de eso mi niña, no estoy aquí porque la señora Gisel me haya enviado a decirte algo, más bien venía a preguntarte si querías que te trajera algo de comida o una rebanada de los pasteles que tu mamá preparó, la verdad es que se ven deliciosos - Mencionó con una sonrisa.
- Gracias nana, no tengo hambre - Trate de sonar lo más amable posible, Carmen no tenía la culpa de nada, solo trataba de ayudar.
- Bien mi niña, estaré abajo por si necesitas algo -.
- De acuerdo - Respondí en un susurro haciendo que ella se diera la vuelta y saliera de mi habitación.¿Ahora qué? La misma pregunta que inundaba mis pensamientos cada segundo de mi vida, ¿En qué debía invertir todo el tiempo que me queda hasta dormir y comenzar la misma rutina al día siguiente?
Antes de que pudiera seguir pensando escuché como el claxon de un auto sonó, seguramente era la señora Yenny y su familia que habían llegado.
Con cuidado me levanté de la cama y caminé hasta la ventana, efectivamente era la familia del señor Leonardo Vélez, no podía ver al tal Christopher, pero sí a Jonathan, quien seguramente sintió mi mirada, porque me encontró y me sonrió, agitó la mano en forma de saludo, acto que yo no pude pasar desapercibido, así que imite su acción, él conocía mi condición, así que se podría decir que nos llevábamos bien, y la razón por la que no recordaba mucho a su hermano, era quizás porque conmigo nunca habló mucho, era más de llevarse con los niños que con las niñas, en especial conmigo, que básicamente no podía hacer nada para que él no se aburriera.
A pesar de que Jonathan es mayor, siempre fue muy amable conmigo, por eso es que cuando supo de mi condición no reaccionó mal, al contrario, mi mamá dice que venía a casa a jugar conmigo de la manera más tranquila y paciente posible, su hermano, Christopher, era más de juegos rudos, carreras y esas cosas, él no conocía que pasaba conmigo, y tampoco era como que le importara.
Supuse que mamá ya se estaba alistando para ir a verlos, así que después del saludo que dirigí a Jonathan, volví a adentrarme a mi habitación.- Hija - Esta vez mi madre había entrado sin avisar.
- Mamá, toca por favor - Le pedí tratando de no escucharme grosera.
- Lo siento, solo quería decirte que no tardaré mucho con los Vélez, si necesitas algo, lo que sea, no dudes en llamarme al celular - Dijo como siempre que salía.
- Mamá, no voy a necesitar nada, puedes irte tranquila y tardar lo que quieras, voy a dormirme en unos minutos, ¿Bien? - Dije sin rodeos.
- ___ - No dejé que dijera nada más.
- Se te hará tarde -.Ella soltó un suspiro, me miró directamente a los ojos y entendió que debía irse, iba a enfadarme, mucho más, y estaba segura de que mi reacción no podría ser la mejor.
- Algún día entenderás porque pasan las cosas - Todo lo que decía solo le daba más confianza a ella misma.
- Hasta mañana mamá - Dije simple.Ella salió de mi habitación, mientras tanto yo me levanté de la cama y me dirigí al baño, me lave la cara, cepille mis dientes y salí para poder ponerme la pijama, eran las ocho de la noche, mi madre tardaría con los Vélez, eso estaba claro, evidentemente mi papá la alcanzaría allá, jamás se perdería la llegada de su buen amigo y socio.
Bueno, yo, yo no podía quejarme más, ni siquiera llorar, ya antes lo había hecho y por mucho tiempo, incluso hasta quedarme dormida, antes solo creía que jamás iba a poder vivir con esto, pero solo era cuestión de acostumbrarse, siendo una niña quería hacer de todo, y ahora tal vez también me gustaría, pero ya no era una niña, y sabía de sobra que mi vida dependía de un hilo, porque sino terminaría rota, igual que un jarrón de vidrio.*Amor mío, mamá me dijo lo de la visita a los Vélez, estaremos con ellos un rato, recuerda que mañana tenemos cita en el médico, si necesitas algo llámame, te aviso para que no te preocupes nena, descansa por si cuando lleguemos estás dormida, te amo princesita.♥️
Papá sabía que iba a preocuparme si él no llegaba, siempre viene a verme para platicar un rato cuando llega del trabajo, aunque para ser honesta, no dudaba en que mi madre y mi padre estarían juntos, ambos adoran a esa familia y siempre tratan de estar juntos cada que pueden.
*De acuerdo papi, ya mamá me había informado lo del médico, diviértanse mucho, ¿Sí? Te veo quizás mañana, no creo que cuando ustedes vuelvan yo siga despierta.
*Te amo más papá.♥️Con sus palabras estaba segura de que no iban a tardar poco a pesar de lo que había dicho mi mamá, habían pasado años alejados de los Vélez, y seguramente había mucho por lo que debían ponerse al corriente sobre sus vidas, me preguntaba ¿Qué se sentía tener amigos de tantos años? Con los que precisamente puedas compartir buenos y malos momentos, al menos para mí no era algo muy posible porque en mi vida muchas cosas buenas no pasaban, coincidía en el hecho de poder despertar una mañana más, pero no creo que contar cómo va tu encierro sea algo bueno o importante para los demás.
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|Muñeca de Cristal| Christopher Vélez
FanfictionLa oportunidad de una vida con privilegios no puede ser para todos, así como tampoco puede ser para todos gozar de los placeres que la naturaleza, tu alrededor, las personas, te brindan. Romperte en mil pedazos pero de una forma verdadera, puede ser...