Capítulo 17

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Lunes 23 de noviembre 2020.

Dos semanas más tarde.

Todo seguía igual entre ___ y yo, no me había atrevido a decirle nada con respecto a lo que debía aclararle porque quería dejar que sus pensamientos se acomodaran después de que aquel día en la comida le confesé un poco lo que siento sin tratar de ser muy obvio y directo, quería que todo pasara con calma y ella no se sintiera rara.
Pero hoy, hoy estaba dispuesto a confesarselo todo, casi dos meses de tratarnos, de vernos todos los días sin excepción alguna, ¿Cómo no me iba a sentir diferente?
Llegué a su casa con una caja de chocolates en la mano, Ferrero, sus favoritos.
Nadie me hizo cuestiones, por suerte, mi mamá seguía pendiente acerca de lo que pasaba entre ___ y yo, pero no imaginaba que al menos ante mis ojos muchas cosas habían cambiado y hoy se las haría ver a ___.

- ¿Puedo pasar? - Pregunté después de tocar la puerta.
- Claro Chris, pasa - Entre escondiendo mis manos detrás de la espalda.
- ¿Cómo estás hoy? ¿Cómo te sientes? -.
- Bien Chris, súper feliz, como siempre que vienes -.
- ¿En serio? Me alegra mucho escuchar eso, porque justo quiero hablar contigo - Comencé a decirle.
- ¿Ah sí? ¿De qué? - Ella me señaló la cama para sentarme, estaba atenta a lo que tenía que decirle.

Vaya, que nervios.

- Primero quiero darte esto - Extendí mis manos con los chocolates y ella no espero ni un segundo para dejarme ver su sonrisa.
- Wow Chris, que rico, gracias -.
- No es nada, ¿Los compartirás conmigo? - Pregunté divertido.
- Solo porque me caes bien - Ambos reímos, ella dejó los chocolates en su mesita de noche y volvió a mirarme - ¿De qué quieres hablar? - Inquirió.
- Prométeme que - Antes de que pudiera decir algo más, Copito, quien salía del baño de ___, corrió hacia mí y subió a mi brazos, este bello perrito ya me quería, después de un mes y medio viéndome a diario, eso era lo que esperaba - Hola pequeño - Besé su cabecita y lo mantuve conmigo, sin embargo sabía que debía seguir con lo mío - Bien, prométeme que pase lo que pase, tú y yo vamos a seguir viéndonos todos los días, prométeme que aunque digas que no, nada cambiará entre nosotros - Ella me miró confundida, sin embargo asintió y sonrío levemente.
- Lo prometo Chris -.
- Bueno, ¿Recuerdas cuándo hablamos sobre las mariposas en el estómago y yo te confesé que las sentía por ti? - Cuestione.
- Claro, no olvido tu bromita - Dijo mientras ponía los ojos en blanco.
- Eso fue lo que te hice pensar, pero no era una broma, es la realidad ___, desde que te volví a ver mis ojos tuvieron claro que eres la chica más hermosa que jamás pudieran haber visto - Hice una pausa breve y continué - Muchas cosas cambiaron con el paso de los días porque todo se aclaraba mucho más para mí, y con cada pregunta que mi cabeza se hacía, la respuesta siempre era la misma - ___ me miraba sin saber que decir, solo estaba atenta a mis palabras - No puedo decirte con exactitud cómo pasó ni cuando, pero sé y estoy seguro de que es real, completamente real lo que siento -.
- ¿Lo... Lo que sientes? - Preguntó titubeando, no era el único nervioso entonces.
- ___, me gustas mucho más de lo que puedes imaginar, eres tan perfecta en muchos sentidos, simplemente entraste a mi corazón de una forma tan impresionante que ni yo mismo logro entender como es que no puedo dejar de pensar cada segundo en ti, sé que jamás has compartido un sentimiento así con otra persona, y tal vez no sepas ni como o que es sentirlo, pero me gustaría también ser el primero que te enseñe que el amor es maravilloso y algo que une más dos almas que se complementan tan bien como la tuya y la mía - Finalmente la dejé conocer todo sin rodeos.

Sus ojos estaban abiertos a tope, era más que evidente que no sabía que decir, estaba buscando las palabras correctas tal vez para no soltarme de golpe una respuesta negativa.

- Yo - Y no terminaba de completar sus frases, su silencio, su confusión, todo me hacía pensar mucho, ella no es una persona que se quede sin saber que decir, y tal vez haberle confesado lo que siento, debió esperar, quizá jamás haber salido.

Después de unos segundos ella soltó un suspiro y esta vez se veía mucho más segura de lo que iba a decirme.

- Chris - Empezó a decirme - Es verdad que yo no sé cómo es sentir aquello hacia una persona, jamás lo he sentido, pero, así como alguna vez te paso a ti por primera vez, lo mismo paso conmigo - ¿Qué? Realmente ___ estaba abriendo su corazón conmigo - Todo el mundo dice que las mariposas en el estómago son el primer síntoma, y Chris, yo las siento cuando estoy contigo, normalmente con el paso de los días te vas dando cuenta de que es lo que de verdad sientes hacia una persona, y para mí no es difícil aceptar que también me gustas, como nunca antes lo imaginé, hemos convivido tanto que te conozco en tantas facetas como tú a mí, y no sé que siga ahora, haber confesado lo que sentimos no creí que fuera algo que pasara, jamás me imaginé que yo podría llegar a gustarte - Mencionó un poco cabizbaja.
- ¿Acaso todavía no comprendes que a mí no me importa si puedes salir o no a la calle, al mundo exterior? ¿De verdad no he sido muy claro diciéndote cada día lo hermosa que te ves siempre y lo perfecta que para mí eres? - La cuestione con desesperación, quiero que ella entienda que para mí es perfecta tal cual, que así la quiero.
- Chris, tú siempre te encargas de recordarme aquello, pero para ser honesta, no quiero ser una carga para ti, no tienes por qué pasar por esto - Vaya, así que eso era, mi pequeña bonita, mi muñeca.
- ¿Una carga para mí? Si eso fueras créeme que jamás habría vuelto, pero justo porque me encantas en todos los sentidos, sin importarme nada más que no seas tú y lo que me haces sentir, es que yo quiero ésto, quiero estar contigo, te juro ___ que nunca he deseado nada tanto - Y no mentía.

|Muñeca de Cristal| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora