|Muñeca de Cristal| Christopher Vélez

Capítulo 49

Christopher's POV.
Incluso mis padres habían entrado a verla y yo solo permanecía sentado esperando que un poco de valor se implantara en mí, pero nada, nada me hacía poder ser fuerte cuando una parte muy valiosa de mi vida me estaba siendo arrebatada de un modo tan cruel, ¿Cómo iba a poder verla sin derrumbarme? ¿Cómo iba siquiera poder pensar? No podía aceptarlo, el hueco en mi pecho era tal que ya no tenía ganas de seguir, ya no quería continuar sino era con ella, no quería dejarla ir, ¿Cómo podría solo aceptarlo y conformarme? Es el amor de mi vida.
Nadie había insistido en que yo entrara, y para ser honesto lo agradecía, quería llorar tanto hasta que pudiera dejar salir cuánto me estaba lastimando todo esto, pero para eso me faltarían lágrimas.

- Necesito que alguien se quede a pasar la noche con ___ - Dijo Lenin llamando nuestra atención.

Todos se quedaron en silencio, nadie dijo nada, quizá creyeron que yo hablaría.

- Yo voy a - Comenzó a decir mi suegra.
- Yo, yo me quedaré con ella - Dije interrumpiendo a la señora Gisel.

Es mi prometida, la mujer de mi vida y a quien más amo, iba estar con ella cada segundo así se me partiera el alma en mil pedazos.

- Muy bien, entonces ya puedes entrar, será mejor que vayan a descansar, ___ estará bien - Finalizó el doctor.

Lo único que se escuchaba entre nosotros eran los sollozos, que difícil sería todo ésto.

- Está bien, vayan a descansar, yo voy a cuidarla, cualquier cosa los tengo al tanto - Dije.

Todos se despidieron de mí y poco a poco se fueron yendo, dejándome solo sintiendo el peor de los vacíos.
Suspiré y caminé hacia la habitación de ___, debía ser valiente, debía ser muy fuerte con ella, debía hacerla sentir segura y sin ningún tipo de miedo que la hiciera sufrir, ella no lo merecía.
Giré la manija de la puerta y poco a poco fui adentrándome en la habitación, enfocando mi vista en el cuerpo de ___, ella me miró y entonces dejó que su sonrisa creciera, su carita estaba tan pálida, se veía cansada, sin embargo sus ojos tenían un brillo especial, un brillo que jamás había visto.
Cerré la puerta tras de mí y me acerque a ella, tomé su mano y deposité un beso en ella, tan cálida y suave.

- Mi Chris, creí que no estabas aquí -.
- Yo sé que tengo mil noches y días a tu lado, te tengo para siempre, por eso decidí entrar hasta ahora - Ella me miró con el labio fruncido y apretó un poco mi mano.
- ¿Cuánto tiempo estarás conmigo? -.
- Toda la noche mi amor -.
- Entonces recuestate conmigo, necesito abrazarte y sentir tu calor - Me pidió.
- No quiero lastimarte muñeca -.
- No lo harás mi amor, anda - Ella se hizo a un lado dejándome espacio suficiente para poder recostarme a su lado.

Así lo hice, me recosté a su lado y la abracé, dejando que descansara sobre mi pecho, cuánta paz me daba tenerla tan cerca, sentirla tan pegada a mí.

- ¿Algún día podrás perdonarme? - Preguntó de repente.
- ¿Perdonarte por qué mi amor? - Cuestione confundido.
- Por haber causado tanto dolor, no lo mereces ni tampoco los chicos y la familia - Yo besé su cabello y lo acaricié.
- No digas eso muñeca, no hay nada que yo ni ninguno de nosotros tengamos que perdonarte, no has hecho más que darle sentido y luz a nuestra vida, ¿Qué podría yo reprocharte? -.

___ se quedó callada unos momentos, hasta que escuché como su voz cambio un poco.

- Tengo miedo - Dijo en un susurro.

Yo la abracé mejor y sobe su brazo.

- ¿Miedo por qué? No va a pasar nada malo - Dije intentando darle calma.
- ¿Qué pasará contigo, con mis papás? ¿De verdad tengo que irme? -.

Ay Dios mío, si yo pudiera evitarlo lo haría, daría todo lo que soy por evitarlo.

- Mi amor, escucha algo, yo no quiero que tú sientas miedo, no quiero que nada te afliga, lo que más deseo con el alma es que tú estés bien en todo sentido, sé que hay muchas cosas que no son fáciles de aceptar, sé perfectamente que resignarnos será algo que tardaremos toda la vida en lograr, te amo tanto ___ que sé también que si ésto es lo que el destino nos depara debemos intentar aceptarlo y dejar que las cosas sucedan como deban suceder, no voy a despegarme ni un solo segundo de tu lado porque quiero que sientas esa paz que yo siento cuando estoy contigo, solo prométeme una cosa - Le pedí.
- ¿Cuál? -.
- Que pase lo que pase no vas a olvidar cuánto te amo y estarás tranquila en todo momento porque tú y yo ya logramos lo que nadie más, consumar nuestro amor de una manera tan impresionante que durante todos estos años ha dejado marca no solo en nosotros, sino en quien nos conoce también -.
- Ay mi Chris, te lo prometo mi amor, lo juro - Ella se apego aún más a mí - ¿No vas a olvidarme? - Inquirió.
- Te llevo grabada en cada parte de mi piel, en cada espacio de mi ser, ¿Olvidarte? ¿Eso es posible cuando se trata de ti? - Cuestione.
- Te amo, y eternamente estaré infinitamente agradecida por haber unido mi destino al tuyo, porque pude descubrir contigo que todo vale la pena en la vida cuando tienes un motivo tan bonito como el mío, un amor tan maravilloso, el de mi prometido y mi familia -.
- ¿Sabes? Solo basta una de tus sonrisas para que mi corazón logre un poco de calma, así que mientras Dios lo permita, sonríe para mí, hablame, dime todo lo que quieras decirme hasta que tu boca se seque de tal modo que yo lleve tu voz impregnada en mis pensamientos, de tal modo que nada me importe mas que pensar en ti todo el tiempo, repite una y otra vez que me amas hasta que mi mente comprenda que ésto es una ley de vida, dime que sin importar lo que pase tú jamás vas a dejar de cuidar de mí y nuestro amor que estoy seguro, Dios ya cuida -.