Capítulo 5

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Viernes 9 de octubre 2020.

Los rayos del sol entraban por mi ventana, poco a poco comenzaba a moverme en la cama para despertar completamente.
Tomé el celular para mirar la hora, dentro de poco mi madre vendría por mí para que yo pudiera ducharme.
Decidí no esperar, me levanté de la cama y sin más entré al baño, comencé a despojarme de mi ropa y con mucho cuidado entré a la ducha, el agua estaba tibia así que rápidamente hice lo correspondiente.
Cuando por fin terminé mi madre estaba dentro de mi habitación buscándome, al verme salir del baño soltó un suspiro y se dirigió a mí.

- ¿Por qué no me esperaste ___? - Preguntó tratando de ocultar su enojo.
- Vamos mamá, no me paso nada, y no dormimos juntas, se dice buenos días - Ella me miró un segundo fijamente hasta que de nuevo habló.
- Lo siento, buenos días hija - Dijo mientras soltaba un suspiro.
- Solo termino de vestirme y entonces podremos irnos - Afirme.
- Ya veo, cuando termines me hablas, ¿Entendido? No quiero verte bajando sola - Me advirtió.
- Mamá, ya se lo que tengo que hacer, ¿Me dejas vestir? - Lo único que quería era terminar con este día ya, aunque recién empezara - Por favor -.
- Claro hija, no tardes -.

Ella salió de mi habitación, mientras tanto yo busqué mi ropa y comencé a vestirme para que al finalizar cepillara mi cabello, me aplicara crema facial y cepillara mis dientes, no usaba maquillaje, jamás lo había hecho, mis pestañas eran rizadas por naturaleza, así que básicamente mi rostro siempre estaba limpio.
Toqué el botón y de inmediato pude escuchar como subían las escaleras, cuando abrieron mi puerta mamá y papá estaban juntos.

- Hola princesita, buenos días - Mencionó mi papá dándome un beso en la frente.
- Buenos días papi - Respondí a su saludo con una sonrisa.
- ¿Estás lista? - Preguntó emocionado.
- Sí papá, lista - Aseguré.
- Bueno, vámonos ya -.

Mi mamá siempre se encargaba de llevar mis papeles y todo lo que Lenin, el médico, me pedía.
Cuando estábamos al borde de las escaleras mi mamá se colocó delante de mí mientras mi papá sostenía mi mano y con sumo cuidado me ayudaba a bajar las escaleras, mamá quería estar segura de que por ningún motivo un fantasma me empujara y entonces yo cayera de boca, apreciaba mucho la preocupación de mi madre, pero exageraba, demasiado, y a veces me hacía sentir inservible, miserable y enfadada con la vida.
Estando abajo mi madre dejó salir un suspiro, por supuesto ninguna novedad, Carmen salió de la cocina y me dió un abrazo.

- Que bonita te miras mi niña, cuídate mucho, atiende todo lo que el médico te indique - Dijo ella acariciando mi mano.
- Gracias nana, por supuesto que lo haré, te veo más tarde - Dije.
- Carmen, volvemos después - Mencionó mi mamá mientras acomodaba su bolso.
- Con cuidado señora Gisel, mucha suerte - Respondió amable Carmen.
- Gracias Carmen - Finalizó mi padre para después caminar hacia la puerta de salida.

Una vez pude sentir la brisa de un nuevo día en mi rostro mi actitud cambio por completo, me sentía libre, sentía que podía correr por todo el lugar hasta agotarme, muchísimo, no era posible pero estando tan cerca de la gente nada de todo lo malo que existe pasaba por mi cabeza.
Una mirada profunda me hizo girar mi cabeza y enfocar mi atención hacia la persona que me miraba, estaba afuera de la casa de los Vélez, a punto de subir a su auto, no era Jonathan, pero seguramente si Christopher, este chico saludo con un ademán a mis padres sin quitar su profunda mirada de mis ojos, tenía una sonrisa en el rostro, no podía verlo del todo bien pero vaya que era agradable.
Mi papá me hizo caminar sin más y entonces nuestras miradas se desconectaron, no entendía muy bien que rayos pasaba pero tampoco me quedaría a descubrirlo.
Cuando estaba en el auto ví como el chico subió al suyo y miró una última vez hacia mi casa, y después hacia el auto, logró verme por la ventanilla y nuevamente sonrió, pero esta vez estaba segura de que me sonreía a mí, yo solo mi limite a mirarlo y hacer una extraña mueca en mi rostro que quizá no estaba cerca de ser una sonrisa.

- ¿Quién es el chico que los saludo? - Pregunté sin quitarle la mirada.
- Es Christopher, el hijo de Yenny y Leonardo, ¿No lo recuerdas? - Mi mamá me había respondido mientras se acomodaba en el asiento.
- No, hace mucho que no lo veía, no recordaba cómo era - Respondí con sinceridad.

Christopher puso su auto en marcha y sin esperar más se fue.

- Creció mucho el muchacho en estos años - Dijo mi papá mientras ponía en marcha el auto.
- Ya veo, ¿A qué hora volvieron ayer? - Pregunté mientras retomaba mi atención a lo que estaba pasando con mis padres.
- No muy tarde princesita, pero cuando lo hicimos tu ya estabas dormida - Mencionó papá mientras me miraba por el espejo retrovisor.
- ¿Se divirtieron? -.
- Platicamos de lo que ha pasado durante estos años, Jonathan te mandó saludos y dice que te extraña mucho, Yenny y Leonardo están encantados de que estés bien y esperan verte pronto - Dijo mi madre, quien parecía feliz.
- Si, bueno, que lindo de su parte, aunque no creo que verlos sea una opción - Dije con certeza.
- ¿Por qué lo dices? - Preguntó curiosa.
- ¿Los llevarás hasta mi habitación para platicar con ellos sin problemas? - Mi mamá se quedó callada, papá volvió a mirarme y negó levemente con la cabeza.
- Estaba pensando que tal vez podríamos invitarlos a comer a casa, ellos conocen bien lo que pasa contigo, no creo que tengan problema - Habló mamá en un tono relajado y suave para mi sorpresa.
- ¿De qué podría hablar con ellos? Son sus amigos, no míos - Respondí.
- Pero también estarían ahí Christopher y Jonathan, podrías platicar con ellos - Dijo papá con un sonrisa en el rostro.
- Son hombres, seguro que tienen mejores temas de conversación con sus amigos, ¿Qué podrían decirle a una chica que jamás sale? Seguro se aburren de mi al segundo uno de escucharme hablar - No tengo dudas de eso.
- Hija - Antes de que mi padre pudiera decir algo lo interrumpí.
- Sabes que no digo más que la verdad papá, además, hasta donde yo sé el tal Christopher ni siquiera lo sabe, no quiero que más gente sienta lastima, suficiente hay con su familia -.

|Muñeca de Cristal| Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora