Eran las diez de la mañana, hoy no tenía que ir al colegio así que iba a aprovechar el día para iniciar con ___.
Debo confesar que estaba nervioso, después de todo no sabía su reacción, no tenía ni la más mínima idea de cómo era que iba actuar cuando me viera frente a ella.
Toqué el timbre de su casa y una señora, no muy mayor, me abrió.- Hola, soy Christopher Vélez - Con una sonrisa en el rostro me presenté.
- Buenos días joven - Me respondió amable la señora.
- ¿Podría pasar a ver a ___? - Pregunté.
- ¿A ___? - La señora parecía sorprendida.
- Sí, a ___ - Le confirme.
- Joven, lo que pasa es que - No pudo terminar ya que otra voz la interrumpió.
- Carmen, no te preocupes, déjalo pasar, sé quién es - Por suerte la señora Gisel había llegado, de otro modo seguramente no habría podido entrar.La señora que al parecer se llama Carmen me dejó entrar, saludé con un beso a la señora Gisel y esperé a que también se uniera a nosotros el señor Ricardo, quien venía bajando las escaleras.
- Christopher, que bueno verte - Me dijo una vez frente a mí.
- Buenos días señor Ricardo -.
- ¿Quieres que te acompañe a la habitación de ___? - Me preguntó Gisel.
- No se preocupe, me sé el camino - Respondí.
- Suerte Christopher, y cuidado - Mencionó Ricardo.
- No se preocupen, todo estará bien - Les dije con certeza.Sin más comencé a subir las escaleras hasta llegar a la habitación de ___, me quedé parado frente a su puerta y después de pensarlo por algunos segundos toqué sin más.
- Adelante - Dijo su dulce voz del otro lado.
Tomé la manija de la puerta y la abrí lentamente, ___ estaba sentada frente a su piano dándole la espalda a la puerta, sin embargo en cuanto escuchó que entré ella volteo a verme.
- ¿Otra vez tú? ¿Qué haces aquí? - Vaya, ella seguía enfadada conmigo.
- Hola ___, ¿Cómo estás? - Le pregunté tratando de sonar amable.
- No te importa, evita perder el tiempo con esta niña mimada, te dije que evitaras volver - Me dijo tan fría y cortante.
- ___ - Ni siquiera me dejó seguir.
- Vete, en serio, no tengo ganas de discutir contigo ni con nadie, déjame sola - Antes de que pudiera decir algo en la puerta comenzaron a escucharse rasguños, me alteré un poco cuando creí que solo yo los escuchaba, pero cuando ___ se levantó y abrió la puerta, un pequeño maltés color blanco entró y se dirigió a sus brazos, ella lo cargo y lo acarició.
- Que bonito es, ¿Cómo se llama? - Me atreví a preguntar.
- Copito - Dijo sin dejar de mirar al perrito.
- ¿Hace cuánto está contigo? -.
- Dos años - Respondía cortante, pero al menos respondía.
- Es muy tierno, ¿Siempre está contigo? -.
- ¿Quién más podría estar sino es él? - Mencionó obvia.
- Entiendo, ¿Podríamos hablar un poco? - Pregunté nervioso.
- ¿Hablar? No veo de que - Ella se dirigió hacia la cama y se sentó con el perrito entre sus brazos aún, yo cerré la puerta y caminé hacia ella.
- ¿Puedo sentarme? - Ella me miró unos minutos hasta que asintió.De pronto el pequeño copito comenzó a ladrar, vaya, cuidaba muy bien a ___.
- ¡Epa! Tranquilo pequeño, todo está bien - ___ beso su cabecita y el pequeño pareció calmarse un poco, aunque me hizo mantener mi distancia con ella.
- Lamento todo lo que dije ayer, no fue algo que en verdad sintiera, solo lo dije porque no me gustó ver de esa manera a tus padres, además, yo no sabía tu versión, solo te juzgue sin más - Dije apenado y sinceradome con ella.___ perdió su mirada en la cama, estaba pensativa, ¿Qué me diría ahora?
- ¿Qué te hizo saber que estabas en un error conmigo? - Preguntó al fin.
- No te enojes, por favor, le conté a tus papás porque vine y el gran error que cometí contigo al hablarte tan mal, ellos me dijeron lo que te pasaba, la verdad de lo que tienes, sé perfecto que crees que si yo lo sé me hará sentir lastima por ti, pero para nada es lo que siento, ¿Cómo podría? - Es mejor ser honesto antes de que se moleste más.
- Christopher, no te conozco, no sé cómo eres, no sé que sientes, y yo solo - No la dejé seguir.
- ___, quiero que me permitas estar cerca de ti, demostrarte que lastima, es un término que en mis sentimientos hacia ti no existe, tu manera de reaccionar ayer era justificable por todo lo que te dije, pero quiero conocer a la verdadera ___ que desde que éramos niños no me di la oportunidad de tratar por ser inmaduro y tan solo un niño - Solo espero que no se niegue.___ no decía nada, tenía la mirada puesta en mis ojos y las manos sostenidas en sus piernas, su expresión era neutra, no me decía nada, ella estaba confundida, era obvio, porque nadie la visitaba, a nadie podía contarle como se sentía o que le gustaría hacer, me refiero al hecho de tener amigos, era solo ella y ahora sé que copito, pero al final ella, ¿Qué tanto daño le había causado estar sola tan solo encerrada?
- ¿Estar cerca de mí? ¿Por qué? Ya sabes lo que me pasa, yo no puedo salir de casa a ninguna parte, ni siquiera de mi habitación, ¿Qué podrías ver en mí para contar? - El hecho de que menospreciara quien es no me gusta nada.
- Muchas cosas ___, tu forma de ser, que te gusta, que no te gusta, que haces normalmente, como te sientes, que te gustaría hacer, salir no quiere decir que te deje cosas interesantes para contar, el verdadero valor está en la persona y lo que su actitud te diga - Hice una pequeña pausa para acercarme un poco más a ella y tomar sus manos ahora que copito se había bajado de la cama y no corría el peligro de que me ladrara y reaccionara mal - Se me ocurren cientos de cosas que tú y yo podríamos hacer incluso sin salir de tu habitación, podríamos empezar por conocernos, hace años que no nos vemos, tan solo recuerdo que eras una pequeña con mejillas rosadas peinada de dos coletas durante la mayor parte del tiempo y muy risueña, claro - Mencioné logrando sacarle una sonrisa, aquella que sin duda la hacia lucir mejor que con esa mirada triste - Yo no necesito que tengas que salir para que algo sobre ti me resulte interesante, solo sé y siento que quiero saber y estar cerca de ti - Complete con sinceridad.
- ¿Por qué? - Preguntó articulando por fin palabra.¿Por qué?
Vaya, quería descubrirlo también.
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|Muñeca de Cristal| Christopher Vélez
FanfictionLa oportunidad de una vida con privilegios no puede ser para todos, así como tampoco puede ser para todos gozar de los placeres que la naturaleza, tu alrededor, las personas, te brindan. Romperte en mil pedazos pero de una forma verdadera, puede ser...