Yoo Jeongyeon, era una niña con un solo propósito, ser una gran pastelera, pero nunca pudo cumplir su sueño, ya que a mitad de su niñes su querida abuela apareció de la nada y se la llevo con todo y custodia, y gracias a varios problemas anteriores...
Un mes fue lo que paso luego de la partida del profesor Jung, y el salón lo extrañaba tanto que odiaron a su nuevo tutor y eso era mujer.
No era mala persona pero si tenía algo que hablar, era el no ser el profesor Jung Geun.
Jeongyeon no estaba de acuerdo en hacerle la vida imposible a aquella nueva profesora, ella no tiene nada de culpa, además... uno no tiene por qué juzgar a alguien.
Mina se había alejado un poco de todos, y nunca imagino que Somi la seguiría torturando con que su hermana nunca recibiría el trasplante; debió de decirle a sus padres pero, ella quería hacer algo por su cuenta.
— ¿Estás bien? – se asustó la japonesa, mirando a Yoo.
— Sí, estoy bien – miro su cuaderno.
Frunció sus cejas la peli corta, era claro que Miyoi no estaba bien, ¿de aquí a cuanto se había vuelto despistada?, la observaba tanto, observaba a todos pero más a Mina y se estaba preocupando mucho, su rostro estaba pálido y sus labios resecos.
Negó con su cabeza para no tener ideas absurdas, copiando lo que se estaba escribiendo ahí.
De la nada un profesor entro al aula, llevándose las miradas de todos confundidos, ambos mayores hablaban en voz baja, viendo por ultimo a la tutora Soora asentir y al otro salir.
— Saldré un momento, habrá una reunión de todos los profesores, por favor... – se oyó como una súplica – no hagan nada y resuelvan las preguntas que les dejo.
Ni bien desapareció del aula la mayor, se volvió todo un bullicio andante; las únicas que ignoraron aun alrededor fueron Yoo y Miyoi, no veían caso hacerle la vida imposible a la tutora.
Tiraban papeles, las mesas movidas, se podía escuchar hasta el otro lado del pasillo la bulla que desprendía el salón.
La poca tolerancia se le estaba yendo a la peli corta, pues no podía resolver las preguntas, si casi todo hacía desorden; cabe recalcar que no todo dura para siempre, se le fue cuando vio a Wang tomar el borrador de pizarra.
— ¡YA! – se levantó de su silla haciéndola rechinar, obteniendo todos los ojos puestos en ella.
— ¿Qué pasa Jeong-Yeon? – enarco una ceja Jackson.
— ¿Qué, que pasa? – repitió con un tono de obviedad, bufando por alto – te digo que pasa – dio un paso al costado, avanzando hacia el alto – yo y Mina, queremos realizar la tarea que nos dio a ¡todos!, pero como ustedes están haciendo un basurero el salón no me puedo concentrar y ahora quieres borrar el pizarrón como si no te importara.
— Vamos Yoo – se metió Jennie – ¿me vas a decir que te cae bien la nueva suplente del profesor Jung?
— Y... – la miro por un momento, sonriendo – ¿Qué pasa si me cae bien?, no le veo nada de malo, no ha hecho nada malo desde que llego.
Se escuchó como todos aspiraron en horror, abriendo sus ojos; algunos desconcertados por lo recién escuchado.
— ¡Abre los ojos! – dijo serio Wang – ¿no ves que por ella se fue nuestro preciado tutor?
— Ella no fue la causa de que el profesor Shin se fuera – alzo sus cejas y cruzándose de brazos – al parecer ninguno sabe muy bien de quien es la culpa, pero yo si la tengo clara y no es la profesora Soora – ladeo su cabeza – ¿Quién despidió al profesor?, ¿Quién lo llamo?, acaso ¿no es claro?... obvio cerraron sus mentes y se dispusieron en hacerle la vida imposible – giro su rostro, viendo algunas cabezas bajas de sus compañeros – dejamos todos unas notas en la ventana central del auto del profesor Jung, pude leer que algunos ya sabían que hacer en su vida, pero si siguen así no... – apretó sus labios – no le podrán cumplir su promesa, ¿no Yerin... Jennie, Jackson?
Sonrió al ver como los nombrados se dirigían a sus asientos con la cabeza gacha, arreglando sus mesas y votando los papeles que habían encima y en el suelo. Yoo se fue camino a su sitio para seguir resolviendo las preguntas sin problema alguno, a lo cual Mina también imito.
...
Momo saltaba con su merienda favorita de todos los martes, su madre le preparaba las deliciosas patas de pollo con salsa agridulce, era la más feliz en el pasillo.
Era receso por lo que no muchos pasaban por los pisos blancos, la mayoría iba a la cafetería o paraban en el campus para pasear, ella solo iba a ir a la sala de artes para comer tranquila, sabía que Yoo ahorita estaba ocupada en la biblioteca estudiando números y letras, ¿Quién sabia para qué?; de Mina no sabía tanto, no se la ha cruzado hace dos semanas y era lo raro, pero después de todo tenía sus deliciosas patas de pollo con ella.
Siguió caminando por los pasillos, girando a la izquierda para subir escaleras, no fue tanta su felicidad que pudo ver el rostro de Miyoi pasar, frunció sus cejas que ha torpes pasos subió los últimos escalenos, girando sus rostro a ambos lados y viendo a lo lejos como giraba al lado este (mano derecha) del pasillo, corrió para al menos pasar tiempo con ella y conocerse mejor y al voltear por donde vino se escondió lo más rápido que pudo cuando vio a Somi presente.
Estaba asustada, molesta, no sabía cómo procesar lo visto en 3D, ¿se conocían? Era la pregunta, negó varias veces para parar su oreja y acercarse al filo de la columna.
— ¿Tienes algo nuevo? – se repitió la pregunta como eco Momo en su cabeza, ¿Qué tendría de nuevo?
— No, no he visto algo que sirva – se mordió el labio Mina, mientras Momo andaba más perdida de lo usual, en esos momento usar su cabeza no era de mucha ayuda cuando no sabía lo que pasaba.
— Bueno, si me estas ocultando algo, ya sabes que sucede – se giró – te tengo bien vigilada y lo sabes.
No escucho nada más, salvando un poco su cabeza y no ver a Jeon ahí solo a Miyoi que se asustó acercándose a ella para abrazarla por los hombros, sintiendo un respingo de susto por ella.
— ¿Momorin? – bajo sus manos, limpiando algunas lágrimas que seguían saliendo de sus ojos – ¿escuchaste to-todo? – la miro con horror, siendo consciente de eso Hirai.
— Para tu suerte no – inflo sus cachetes, escuchándola suspira – pero, quiero saber que pasa, porque sé que no estás bien y no recibo un no como repuesta, nos veremos en mi casa – sonrió para dejarle un peso en su frente y salir corriendo de ese lugar.
HI!!!! lo extrañe demasiado y no miento, me siento muy feliz de estar actualizando esta historia y ahora tengo más imaginación, los quiero mucho y por favor cuídense mucho, acá ahí una persona que se preocupa demasiado.
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una foto del Jk medio raro, para que sepan que vigilo.
