Sapore dolce // JeongMin

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Maratón (1/2)

— Todo va bien – hablo el hombre, viendo los suspiros de las seis personas ahí presentes – pero...

—  Por favor – pidió la señora Park – no me deje en duda.

—  Su esposo ha entrado en estado crítico.

—  ¿Qué quieres decir eso?

—  Es un hombre de mayor edad, la bala lo pudo matar, pero no fue así – negó mirando el expediente del paciente – su cuerpo está débil por la cirugía y el disparo debió ser de cerca por que la bala llego entre el intestino y el páncreas, pudo haber perforado una costilla, pero no fue así – bajo las hojas al terminar de leer y explicar.

Todos tenían la mirada perdida en algún lugar del pasillo.

—  El señor Park necesita un descanso, nada de esfuerzo físico hasta que se recupere, saldrá de aquí en unos dos meses para ver cómo va, el hospital cubre sus alimentos y dieta, así que no se preocupen – dio una pequeña reverencia en respeto y salió del lugar para su largo horario.

Todo se sumó en silencio completo hasta que un cuerpo caer se escuchó girando sus rostros.

—  Cariño – suplicó su madre.

—  Lo siento mamá – la miro con los ojos en lágrimas – mamá lo siento, es mi culpa mamá, lo-lo siento, ¡lo siento!

A todos se les rompió el corazón al ver tan destrozado a Jimin, no sabiendo cómo actuar ante la desesperación del menor.

Taehyung se acercó con los labios juntos haciendo presión, acuclillándose para estar a la altura de su mejor amigo y de la señora Sung-Hi, tomando con delicadeza la mano chiquita, teniendo su atención y dándole una sonrisa para poder tranquilizarlo.

—Hello, my alien – dijo con las vos quebrada Jimin, limpiando con su otra mano libre las lágrimas que bajaban en su mejilla.

—El día que la alegría se apague quédate – susurro con una media sonrisa para llevar su mano a el cabello castaño de su amigo – estoy aquí ¿vale?, y no es tu culpa, si no del desgraciado que no supo valorar su vida y en este momento se busca – asintió al ver los ojos abiertos de Park – hicimos la denuncia, y había muchas cámaras donde estás tú, aparte de que el chico se llevó a el camión y este tiene su placa por lo cual sirvió más a nuestro favor.

—  Gracias Tae – se abalanzó a los brazos de su amigo, escondiendo su rostro entre el cuello y hombro.

—  Deja de llorar que te ves lamentable – palmeo la espalda y el cabello

Escucho una baja risa y se alejó lentamente, teniéndolo cara a cara.

—  Necesito ver a Jeongyeon – bajo su cabeza.

—  Está bien, después de todo ella está a solo treinta minutos de aquí, podemos ir a verla-

—  Quiero ir solo – se mordió el labio – ¿si no te molesta?

—  Claro que no le molesta – giraron sus rostros – Kim tiene una reunión urgente con su jefe así que puedes ir a verla sin ningún problema. Toma – le extendió su celular a Jimin con una sonrisa – acuérdate que primero debes lavarte la cara antes de verla.

El castaño asintió con una sonrisa de agradecido, se puso de pie del suelo y camino hacia un baño con el teléfono de la japonesa.

— Sana... – apretó sus labios, nervioso Kim.