Sus oídos los sintió tapados, como si lo que había escuchado fuera mentira y siguiera dormida desde siempre.
Y pudo verla, ahí parada en el marco de la puerta, mayor, pero con esa característica que tenía en su rostro, aquellos ojos que tenía similitud con los suyos y que su padre siempre decía que amaba.
Pero su mente vago a todo lo ocurrido después, cuando perdiendo todo y lo único que tenían eran a ellas mismas, tomo la decisión de dejarla en manos de una señora que no sabía ni la mínima pisca de lo que era cariño o afecto.
Le tenía rencor, y mucho, pero sabía que nada era su culpa y eso la molestaba porque por mas que quiera culparla, no lo tenia, y sabia que en el fondo ella pensaba que la odiaba, pero ¿Cómo odiar a alguien? que era lo único que podía llamar ahora familia.
Solo tenía que desahogarse, era lo necesario y escucharla, por más que esté molesta.
— Yo me retiro —pronunció Monoban, teniendo una idea de lo que sucedía pero no iba a husmear.
Seungyeon entró a la habitación y cerró la puerta, para estar en ese rincón y no poner más tenso todo.
— Vi las noticias —susurro.
— Ja... —soltó una pequeña risa sin gracia, sonriendo de lado para mirar a su hermana— y gracias a eso viniste por fin, por lo que veo.
— Jeong Yeon —dio un paso frunciendo sus cejas— te busqué hace más de 10 años y nunca te halle —sus manos se extendieron exasperadamente— por eso me tienes justo ahora enfrente tuyo. —se tocó el pecho dos veces rápidamente.
— ¿Sabes lo que tuve que sufrir en mi niñez? —solo por segunda vez una risa falsa— creo que ni niñez pudo ser —bajo su cabeza— fue horrible, sentí que si nadie me iba a ayudar, por que tenia que estar viva —se alzó de hombros— y no solo yo sufrí, mis conocidos también gracias a ella. Me preguntaba por qué me dejaste todas la noches —no aguanto mas y su rostro empezó a desfigurarse llorando como siempre quiso hacer— que de seguro no valía la pena, o que tal vez no querías tener más a una hermana como yo... mmh... —sorbió su nariz— y quise-... siempre quise al menos un último abrazo tuyo —su brazo fue a sus ojos para tapar su rostro— pero no pude, a veces lamento haberte dicho ese dia que tu para mi ya no eras mi hermana sin querer ¡ah-...!
— Jeonni —susurró, con lágrimas deslizándose lento.
— Aprendí que debía dejar de lado todo y aguantar los golpes, gritos, inequidades y que debía empezar a madurar lento.
El cómo quiere desbordar todo con las palabras y acciones que nunca pudieron hacer.
Pero ¿Quién iba a poder entender lo que es perder a tus padres? y pensar que ibas a poder seguir adelante, intentarlo. Claro que nunca nadie puede saber cuánto más uno debe de caer en un hoyo, o que si va haber alguien recibiéndote al fondo de ese.
La pequeña de Yoo podía recordar aquellos días soleados y de lluvias llenas de alegría, donde jugaba bajo ella con sus botas, mientras sonreía como nunca, a comparación del presente desastroso.
Era una mierda la vida, y que si no fuese porque aún estaba Jimin y su familia, ¿Qué sería de ella?
— ¿Ya no te vas a ir? —alzó su rostro.
Seungyeon empezó a llorar negando rápidamente, para correr y abrazar a aquella pequeña niña que la había hecho entender que no estaba molesta.
— Nunca más —sobo su cabeza— nunca más me voy a ir de tu lado.
Y como si fuera suficiente, sonrió.
Una sonrisa cierta y verdadera, que no mentía, no era falsa, transmitía y valía la pena.
Conociendo que toco el final de ese lugar oscuro, y que muchas cosas habían en ese pequeño espacio que nombró soledad.
es corto que esencial
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Sapore dolce // JeongMin
FanfictionYoo Jeongyeon, era una niña con un solo propósito, ser una gran pastelera, pero nunca pudo cumplir su sueño, ya que a mitad de su niñes su querida abuela apareció de la nada y se la llevo con todo y custodia, y gracias a varios problemas anteriores...