— ¿Mina que sucede? – frunció sus cejas. Eran aproximadamente las ocho de la noche en la casa de Momo, la nombrada quería hablar con Miyoi pero la evito dos días, así que a arrastras la llevo a su casa queriendo saber que tenía con So-mi, estaba mal entrometerse pero ¿vamos?, ver a alguien decaído cada día y empeorando por minuto no era lindo.
Mina se mordió el labio por aquella pregunta, ¿Qué le diría?, que la prima de Yoo la estaba amenazando con su hermana, diciéndole que la iba dejar morir pero si la tenía al tanto, haría que el trasplante llegara lo más pronto posible, que no quería decir nada porque podía sola, se sentía estúpido de solo pensar lo último, ¿Cómo pensó que iba a poder sola?, dios arriesgo tanto, Jeon no era casi nada.
Sus manos las frotaba entre sí, en medio de sus piernas, queriendo sacar la ansiedad que tenía en esos momentos.
— Vamos Minarii~ – ladeo su cabeza, empujando sus palabras para que la nombrada pudiera hablar – no te voy a juzgar si eso piensas.
— Hice algo muy malo, en realidad algo vil por el que todos me van a odiar – finalizó, llevando el pulgar a su boca, empezando a morder este.
— ¿Qué hiciste? – momo no iba a sonreír, sabía que hablaba en serio al ver lo tensa que se puso Mina, ante su pregunta – dime.
— Yo... – trago duro, deslazando sus manos por sus muslos – fui yo la que acuso a nuestro anterior tutor.
Aquella confesión asombro mucho a Hirai, ¿no se suponía que... era un secreto?, claro que el secreto no duro mucho porque al profesor lo terminaron obligando a renunciar ahora sabía por qué pero antes de juzgar, ¿que tenía que ver eso con Jeon So-mi?
— ¿Qué más? – se sentó frente a Mina, la cual andaba con la cabeza gacha.
— ¿SI sabes que la familia es primero, por sobre todo? Que no es difícil escoger entre ciertas personas y los de tu sangre, porque es obvio que tu ¡familia! Es si o si, a pesar de todo lo primero – se rasco la cabeza – tengo una hermanita de siete años, justo ahora está en el hospital central de Seúl, dándole oxígeno para que pueda respirar – sus ojos los sentía arder al tener de nuevo esa imagen en su mente – ella necesita un trasplante del corazón, pero hasta ahora no han conseguido uno... – apretó sus labios – es solo una niña de siete años momo – lagrimas resbalan por sus mejillas, como cristales rotos – es inocente, sonríe mucho, hace bromas y a pesar de no ser bonitas la dejo hacerlo porque sé que eso la hace sonreír y olvidar lo malo de la realidad – su muñeca empezó a limpiar sus mejillas – Somi sabe de eso y me dijo que si no le decía, no iba a dejar que mi hermana tuviera su trasplante, le dije lo sucedido y dios me da tanta cólera... – se revolvió sus cabellos, con sus ojos cerrados con fuerza queriendo desaparecer de la fase de la tierra.
— Lo hiciste por tu familia – recalco, parándose y apoyar una mano en el hombro de la otra – no me enojo porque yo haría lo mismo a pesar de todo, pero sí estuvo mal que no hayas pedido ayuda, uno puede solucionar las cosas solo, pero a veces necesita del apoyo de alguien, si piensas que la gente te va a odiar como dices, lo harán pero si no cuentas todo no lo harán, sería muy inmaduro de los otros que no se pusieran de tu lado, ni pensar cómo te sientes, créeme que me da cólera de solo imagina como Jeon toma rienda de esa manera no correcta – suspiro – seria bueno contárselo a Jeong-yeon ¿no crees?
— Pero selo dirá a su abuela y-
— Y su abuela tomara cargos en el asunto, será justa.
Bajo su cabeza algo resignada ante tal decisión que del todo no era mala, pero ponía en riesgo a Yoo y no le fascinaba, después de todo a ella tendrían que castigar y no a nadie más, ahora solo quería dormir.
— ¿te quedas a dormir? – sonrió momo con indicios de relajar a Miyoi.
— ¿Tu mamá no se molestara?
— Eso entonces es un sí – salto en alegría la de dos coletas, aplaudiendo – llama a tu mamá y yo le avisare la mía.
La peli corta sonrió enternecida por haber conocido a alguien como momo, era algo maravilloso.
...
Ambas llegaron juntas y a lo lejos pudieron ver como Yoo llegaba con su chófer, este último le abrió la puerta siendo regañado por la menor a ya sabiendas el por qué. Wonho empujo a la menor y se adentró al vehículo para salir del colegio rumbo a un comercial a pedidos de la menor.
El timbre sonó, haciendo que Jeong-yeon corriera dentro y saludar al el dúo que estaba parado, con una sonrisa.
Por otro lado, So-mi miraba todo disgustaba, tenía que hablar con Miyoi después de clases.
Todos corrieron a sus aulas respectivas antes que los maestros cerraran las puertas, algunos con suerte otros no tanto.
Por parte de Yoo y Miyoi sonrieron a la maestra que las dejo pasar sin esperar escusas, puesto que les tenía mucho cariño como los demás, a pesar de sus bromas.
— ¿Se preguntaran porque el timbre sonó temprano?, ya que veo sus caras molestas y aburridas – sonrió – los quiero chicos – ladeo su cabeza, sentándose en la silla de color cobre – todo los profesores lo hacen, por ello el director decidió no hacer que los alumnos... – hizo un breve silencio, y reír al tener todos los ojos puestos en ella esperando a que terminara – no repetirán de año – finalizo y sonreír con más emoción al escuchar los gritos de euforia de todos sus alumnos – haber silencio – enarco una ceja al ver que todos que quedaban callados – no todo es gratis ¿eh?, el director quiere que los alumnos estudien mucho, eso sí... no quiere a nadie desaprobado – abrió un cajón del escritorio y saco unas hojas – les voy a dar un documento, esto es para que sus padres les den permiso autorizado para ir de campamento en la próxima semana, lean todo y en el cuadro de abajo se necesita una huella de su apoderado – finalizo – acérquense para recibir su hoja.
Ninguno demoro en pararse, el viaje de cada año era lo mejor, visitaban nuevos lugares y se podían divertir, más cuando es con amigos. Pero para alguien no era así, la misma profesora Soora había dicho padres y los suyos estaban más que difundos, que suerte ¿no?, justo cuando todo era lindo y el cielo despertaba, la lluvia salía y el sol desaparecía. Maldita mierda pensó la peli corta, rió bajo al imaginar como TaeTae estuviera regañándola justo en ese momento si la escuchaba.
— ¿no quieres ir Yoo? – mina se sentó al ya tener la hoja en sus manos y fruncir sus cejas cuando no vio nada en la contraria.
— Mis padres murieron – apretó sus labios – así que... – la miro – no iré.
— Si no vas tú, yo tampoco – asintió.
— No es nece-
— Si lo es, eres la única cercana a mí, los demás... sí me caen bien, pero prefiero estar contigo.
Una sonrisa ancha se embozó en los labios de Jeong-yeon al escuchar aquellas palabras, bueno... después de todo la lluvia no era tan mala.
— Además... – giro su rostro al escuchar las voz de la japonesa – tengo que contarte algo.
O tal vez sí.
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Sapore dolce // JeongMin
FanfictionYoo Jeongyeon, era una niña con un solo propósito, ser una gran pastelera, pero nunca pudo cumplir su sueño, ya que a mitad de su niñes su querida abuela apareció de la nada y se la llevo con todo y custodia, y gracias a varios problemas anteriores...