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El camino fue silencioso e incómodo, no por que estuviera su abuela pues ella estaba en otro carro, ya que decía que no la quería cerca, no se sentía mal pues ella tampoco quería a esa señora ahí al lado suyo después de todo, se sentía incomoda por que habían tres hombres con trajes en el carro que iba, no entendía, tenía trece años no veinticinco como para poder defenderse o escapar, esa señora imagina mucho.

Volteo su cabeza para mirar a los hombres, el de su costado que estaba con ella atrás era muy joven.

— Oye... – susurro, siendo ignorada por el hombre, porque pensó que se quedó dormido, ya que con esos lentes de sol no veía sus ojos, se acercó al hombre y movió su mano en su cara – ¿te dormiste? – y se asustó cuando vio como movió su cabeza y la miro o bueno pensaba eso ya que su rostro estaba en ella.

— Quédate en tu lugar – no dijo más nada que ello.

— ¿Tu nombre? – se alejó del hombre ni bien lo escucho decir ello por respeto claro... giro su cabeza al mayor, y se puso a imaginar a él sin esos lentes, pues la mandíbula la tenía muy bien marcada y su piel bien suave a pesar de no haberlo tocado, pero a ver la imagen parece suave – ¿le comió la lengua el ratón?

— Dios... – suspiro, sobándose la cabeza.

— Lo escuche – hizo una mueca la peli corta – no le agradan los niños, Mmh... - asintió – pero si no me dice su nombre, cuando me vean con ustedes tres – la menor no era tonta, aquellos hombres que estaban adelante que eran igual de jóvenes, estaban alzando su oreja – pensaran que son mis sugar daddys...

No pudo evitar soltar una carcajada cuando los guardias empezaron a toser y acomodar su uniforme, no se iba a aburrir mucho en el camino al parecer.

— ¿Me dicen sus nombres?, enserio no quiero pasar vergüenza – negó repetidas, al imaginar murmullos o "x" historias.

— Me llamo Lee Ho-seok, su ahora conductor personal – aquel muchacho maldijo bajo al caer en la niña, se suponía que no tenía que decir su nombre pero bueno, ya estaba hecho ¿no?

— ¿Cuántos años tienes Lee? – se acomodó en su asiento para mirar mejor al hombre.

— Eso si no le puedo decir señorita.

— Aish... – volteo su rostro al copiloto – ¿Y tú?, ¿no piensas decirme tu nombre?

— ... – Rodeo sus ojos el hombre irritado – me llamo Kunpimook Bhuwakul – suspiro al decir su nombre.

— ¡¿Por qué rayos es tan grande tu nombre?! – abrió en tremendo sus ojos, tirándose en el asiento de atrás– te parece si te digo... BamBam.

— Lo siento pero no.

— ¿Lo dices por mi "abuela"? – movió sus dedos entre comillas.

— ¿Por la señora Going?, Sí.

— Te llamare ¿Kunn... pi... mook? – dijo dudosa, y al verlo asentir suspiro – cuando solo ella este presente al igual que Lee, que le diré Wonho. – Giro su rostro al que compartía asiento que estaba más callado, que un animal invernando - ¿y tú?, tengo que insistir para que me digas tu nombre.

— Esto le voy a informar a la señora Going – asintió firme.

— ¿Qué?, no, no, no... – alzo su dedo índice y lo movió de lado a lado – yo quiero hacer amigos, y tú me los quitas aish...

— No es mi culpa de que seas una niña muy habladora.

— Si, si, si... como no – rodeo sus ojos y se puso su cinturón – no tengo amigos aquí, y además sé que no tendré una buena relación con la señora Going.

Sapore dolce // JeongMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora