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Día 3. Miércoles. Jeong-Yeon.


Digamos que las cosas no iban tan mal, pero solo hablo por el colegio no por otra cosa, porque con mi "familia" todo empeoraba y no mejoraba.

Mi abuela hablaba sobre quien estaba más acto de apoderar su empresa y quedarse con la herencia y bueno que decir, era yo y solo yo.

Debería estar feliz, pero yo sé que quería estudiar, que quería tener pero no se hará realidad, por solo el deseo de que la señora Going quiera seguir su hospital.

— Abuela Going, mi hija Somi, se ha estado esforzando mucho para tomar el puesto, en cambio ella... – me señalo y enarque una ceja – llego así de la nada, no tiene ningún conocimiento.

Fue suficiente para prender la llama, no iba dejar que me humillaran, menos cuando creen que soy menos que ellos, tendré el apellido Yoo, pero mi padre me enseño muchas cosas y este era una.

— Con todo respeto tía – remarque la última palabra con coraje y sonreí falsamente, sentándome correctamente – porque allá llegado último en esta... casa – suspire – no quiere decir que no pueda ser alguien – ladee la cabeza – se dónde estoy y con quien estoy – deje de sonreír y la mire sin temor, su rostro mostraba asco y era lo divertido – me puedo esforzar y tener la empresa – sonreí de lado al escucharme.

— Ni siquiera tienes el apellido de la familia y ni la sangre – hablo mi p.r.i.m.a

— Menos tú – sonreí sin mostrar mis dientes – sangre si tengo, porque mi abuela – la mire, la cual estaba tomando su té – lucha y yo... – la mire sin dudar, retándola – lo estoy haciendo.

— ¡No puedes venir y quitarme algo que con sudor me ha costado llegar! – se levantó, volteando su cabeza a la señora Going – abuela... – se le acerco y agarro su mano – por favor, seda la empresa en mis manos.

— Tienes catorce, igual que Jeong-Yeon – se le escuchó decir con su voz áspera, a pesar de haber tomado agua – falta mucho para que tomen el cargo, así que con el tiempo lo decidiré, pero cabe decir que Somi lleva la delantera...

— Gracias abuela enserio, le-

— Pero – la corto, alzando su mano – si veo que Yoo, mejora y tiene mejores notas que tú, subirá y tu bajaras, es lo justo ¿no creen?

— Es cierto – me pare y me puse al lado de Somi, mirándola – que gane la mejor Jeon – sonreí e hice una reverencia a los mayores – me retiro abuela, tengo que terminar un proyecto para mañana, con su permiso.

Salí de la sala y di la vuelta en un pasillo.

¡¿Dios es que estaba pensando?!

Definitivamente ando loca, se me salió un tornillo, no lo soporto.

Subí rápido las escalera y me metí a mi cuarto, sentándome en mi escritorio y sacar unos libros de mi mochila. Di un suspiro y empecé a resolver.


...


Me desperté soñolienta con la hoja pegada en mi mejilla, al sentir la puerta ser tocada, bostece y me estire en la silla, sobe mis ojos y me pare, dirigiéndome a la puerta blanca abriéndola.

— Ji-woo ¿Qué paso? – ladee la cabeza al verla parada.

— Es que son las ocho de la noche y como no bajaste a cenar, me preocupe por usted, así que le traje su cena aquí – sonrió.

— Que rico se ve todo – mire la bandeja y me hice aun lado – ponlo en mi escritorio Ji-woo – cerré la puerta.

— Sus tíos se veían muy molestos – se limpió las manos con el delantal crema que tenia puesto

— Mmh... – me senté en la silla – digamos que me gusta molestarlos – lleve un pan a la boca.

— Se va a meter en problemas – suspiro la mayor, negando a la vez.

— Creo que ya lo hice Noona – gire en la silla – y no se imaginara lo feo que es.

— Escuche todo... – se acercó y me toco el cabello – no te olvides Yoo... – sonrió – tu meta es ver cómo va esta semana.

— Ya lo sé – dije fastidiada – pero aburre.

— ¿Qué puedes hacer? – puso sus manos en la cadera – tienes que derrotar a todos – hizo puños sus manos y las alzo – tu puede Jeong-yeon, nunca lo dudes – me señalo y avanzo a la puerta – duerme antes de las diez.

— Ya lo sé – tire mi cabeza hacia atrás y vi la puerta cerrarse – uf...

Me acerqué a la bandeja y empecé a comer, mientras resolvía problemas o si quería avanzar algunas páginas.

Pasaron al menos una hora exacta, mi alarma sonó y cerré mis libros de golpe, guardándolos en mi mochila y un cuadernillo, con mi estuche de lapiceros. Me pare y empecé a estirar mi cuerpo, mis músculos estaban tensos de tanto estar sentada, luego de eso me dirigí al baño para ducharme y quitar el sudor, y con las mismas salir con una bata blanca y una toalla en la cabeza pequeña.

Me tire a mi cama ni bien me pude un pijama de algodón y sentir el cansancio apoderarse de mí.


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Quería drama, así que le puse.


Sapore dolce // JeongMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora