Sus ojos aun desprendían lágrimas de felicidad en aquella mañana, no podía evitar pensar en llegar a casa y decirles a sus hijas lo que pudo obtener.
¡Había comprado un local para hacer su propio restaurante! ¡Lo había conseguido! ¡Lo había logrado! Y gracias al apoyo de sus pequeñas y de sí mismo.
No negaría también que si su esposa no le hubiera dado la idea de habría una cuenta bancaria y ahorrar cada centavo, no estaría justo ahí camino a casa, corriendo como nunca antes lo allá hecho en su juventud.
— ¡LO LOGRE! – no pudo evitar decirlo, teniendo algunas miradas de personas pasar por su lado – lo siento – hizo una reverencia.
Se rasco su nunca con una gran sonrisa en sus labios, sintiendo que si seguía así podía acabar forzando sus pómulos hasta dejarlos tiesos, pero no importaba nada, nada de nada.
La suerte estaba de su lado en esos instantes y le daba tantas gracias al mundo entero.
Saco su celular, que consistía en uno pequeño con teclas, en esos tiempos existía aquello y la tecnología aún no avanzaba.
— Hyung – hablo ni bien el pitido había sonado.
— ¿Y? ¿lo lograste? – cuestiono su hermano al otro lado de la línea.
— Lo logre Hyung, estoy demasiado feliz – salto de lado a lado como un niño.
— Te daré todo mi apoyo desde Estados unidos, mi esposa también te lo desea.
El mundo parecía una formula hecha, que cada persona ya estaba ahí por algo, que para el mínimo error que allá, todo estará mal desde un principio.
Yoo Changjoon no estaba consiente que ponía en riesgo su vida al estar tan centrado en hablar por el aparato tecnológico, pasando por una construcción apunto de que unos ladrillos caerle encima pero su suerte era tanta que no sucedió, paso como si nada por tantos lugares peligrosos que varía personas envidiaban su suerte, pero no todo era para siempre.
Sus pasos llegaron a un cruce de carros, que sin mirar el semáforo y varias personas gritando o intentando agarrarlo, cruzo sin mirar, aun en el celular y su mirada deslumbrado alegría pudo divisar al otro lado del su lugar a una personas haciéndole señas, bajando el aparto.
Todo fue tan rápido que no llego a reaccionar, su mente no sintió nada y ni su cuerpo, podía mirar el cielo y sentía que lo podía tocar con sus manos, una pequeña lagrimas salía por el borde de sus ojos, sonriendo a lo hermoso que era aquel cielo celeste.
Nunca se puso a admirar el cielo y se daba cuenta que perdió el tiempo en tantas cosas.
En ocasiones a veces las personas se demorarán en encontrar aquel error en la formula, o a veces se demorarán en resolverla.
La realidad de Yoo Changjoon era que su vida no estaba libre del todo, que su suerte estaba a solo es casos segundos de terminar y que aquello ya había llegado.
La frenada del automóvil no fue a tiempo, impactando con el cuerpo del hombre, haciendo que este rodeara el vehículo por completo, rompiendo el vidrio de la ventana frontal, para luego caer al suelo por completo.
El rostro de Changjoon se encontraba ido, sus ojos no querían seguir abierto y podía ver borroso por el simple hecho de querer dormir pero no quería.
El sonido de una sirena fue lo único que escucho y voces lejos de las cuales no sabía si eran dirigidas a él. Solo quería llegar a casa para ahí darles la noticia a sus hijas, cuanto las ama y... extrañaba.
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Sapore dolce // JeongMin
FanfictionYoo Jeongyeon, era una niña con un solo propósito, ser una gran pastelera, pero nunca pudo cumplir su sueño, ya que a mitad de su niñes su querida abuela apareció de la nada y se la llevo con todo y custodia, y gracias a varios problemas anteriores...