En aquel bar llena de gente, con la música pop en alto, personas bailando en la pista siendo alumbrados por luces blancas y de colores, el olor a cigarro, sudor y alcohol que desprendía cada persona era muy asfixiante.
En la barra, donde el barman preparaba bebidas a sus clientes en ese momento y para llevarlas en la mesa, escuchando halagos a la vez por chicas jóvenes por sus mismos trucos, para sonreír les y darles su tarjeta de oficio con su número en la vuelta.
Al final de aquella barra de madera color marrón, una joven con media sonrisa en su rostro y un trago en manos, llevándoselo a sus labios y saborearlo hasta pasarlo, para carraspear y poner una expresión de dolor.
— Otro – alzo su mano, para ser atendida.
— Es el décimo vaso que te tomas – opino, agarrando el envase para deslizar su mirada en la chica de traje negro.
Seungyeon giro su rostro con desinterés para soltar una risa ahogada, mirando la cara del otro con duda.
— ¿Y qué me va hacer? – ladeo su cabeza, apoyándose en la encimera para no caer de la silla – me quiere arrestar señor – hizo un puchero, para finalizar sonriendo – ¡hágalo! Lléveme lejos, demasiado para morir en ese lugar por ser una maldita persona que no sirve en este mundo – alzo sus muñecas, extendiéndolas hacia el barman el cual enarcaba una ceja – idiota – giro su rostro a la pista de baile pero sin indiseos de estar ahí – solo sírvame un trago que es tu trabajo, seguirá siendo amargo después de todo.
La persona frunció sus cejas pero no le quedo de otra que hacerlo, no tenía por qué opinar y meterse en la vida de una chica que apenas y ve en ese día.
La menor sintió su cabeza explotar en esos instantes, seguía un poco sobria pero ¿lo estaba en realidad?
— ¿Por qué crees que es amargo?
Su cabeza giro a su lado derecho, donde pudo visualizar una persona con ropa formal, zapatos bien pulcros que pudo reconocer de inmediato, hasta alzar su vista y ver a la persona que empezaba a sentir remordimiento.
— Mi querida Seungyeon – El hombre apoyo su mano en los cabellos de su hija son una gran sonrisa – ¿tu viste un mal día?
— Papá – se mordió el labio inferior, para agachar la cabeza para esconder sus lágrimas que se deslizaban de sus ojos.
— ¿Por qué lloras?
— Te extraño... mucho – finalizo en decir para levantar su rostro y mirarlo – debí de portarme mejor contigo desde un inicio – negó varias veces – debí de hacer todo con todos mejor. Vendí la casa papá, pero no sé qué camino tomar ahora – limpio sus lágrimas.
— ¿Por qué lo dices cariño? ¿No quieres ser actriz? ¿no era ese tu sueño?
— Si, lo era... pero ahora no sé – removió sus cabellos – Se llevaron a Jeongyeon, tú ya no estas, ¿qué voy a hacer? Ni si quiera puedo terminar mi carrera, ando buscando un trabajo estable y deje mi papel.
El mayor tomo el vaso de soju, sin dejar nada en el envase, saboreando el líquido y mirar de nuevo a su hija.
— Esta dulce.
— ¿por qué? – cuestionó.
— Por qué ya me voy a ir, te veré en mi otra vida pequeña – acaricio la mejilla de Seungyeon con amor factible – no llores cariño, que las decisiones que tome fueron por tu bien y para el de Jeongyeon – poso su mano en la de su hija, dándole un apretón – y escúchame bien Yoo Seungyeon, eres igual a tu madre, por lo que ella ahora quiere que luches y no abandones lo que has empezado, eres fuerte, te enseñe a luchar, te expliqué lo complicado que puede ser la vida y está sucediendo, Jeongyeon no lo sabe y debe estar peor que tú en este momento, así que como mayor debes ser un ejemplo cuando se vuelvan a ver, ¿me comprendes?
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Sapore dolce // JeongMin
FanfictionYoo Jeongyeon, era una niña con un solo propósito, ser una gran pastelera, pero nunca pudo cumplir su sueño, ya que a mitad de su niñes su querida abuela apareció de la nada y se la llevo con todo y custodia, y gracias a varios problemas anteriores...