Sapore dolce // JeongMin

21

1 año después.-

Se dijo en un momento, y estuvo en lo cierto, las mentiras no llegan a durar para siempre y aun el mundo sigue lleno de ellas, sin poder comprender que para caminar unidos se necesita la confianza y sutileza de uno.

— Dime que no es verdad Tae – se limpiaba los ojos, cuando pequeñas lagrimas seguían bajando – ¡dime algo! – se le acerco con los ojos profundos y sin brillo.

Trago saliva, escuchando como todos murmuraban a su alrededor, para de nuevo captar la mirada de la japonesa, viéndola asentir por último y dar un paso asía atrás.

— Eres un moustró – susurro, pero Kim la llego a escuchar sintiendo aquel recuerdo venir a su mente.

Sintiéndose peor de lo que se sentía.

— ¡SI! – me acerque a ella – pero esto a ti no te incumbe Sana, nunca debiste de enamorarte de mí, ¿entiendes? – la agarre por lo hombros.

— Tienes razón no me incumbe, pero... – puso sus manos encima de las mías y con su fuerza hizo que la soltara – Jeong-yeon nunca te hubiera querido como estas actuando ahora y tal vez no te importe pero igual te lo diré, yo tampoco te querría así, te convertiste en un monstruo y actúas como tal – se alejó un paso.

— ¿Por qué me seguiste?

— ¿Crees... más bien no, piensas que mi vida gira entorno a ti?

¿Había recuperado la memoria? Y de la peor forma posible.

— ¿Tú lo sabias Jimin? – giro su rostro al muchacho que se encontraba al lado de Kim, viéndolo asentir – ¿por qué?

— Sana podemos hablar en otro lado – Tae puso sus manos en los hombros de la peli marrón.

Sus miradas chocaron, y Taehyung se sintió peor al sentir como daba pasos en retroceso.

— ¿Te doy vergüenza?, ¿siempre te la di?

— ¿Qué..? no-

— Entonces ¿Por qué me mentiste durante un año?, un maldito año con ustedes dos y sin saber lo que es en realidad cierto Taehyung, me sentí feliz y ahora siento odio y dolor – se tocó el pecho, girando y darles la espalda – si quieren escuchar esto tómenlo. Gracias por su servicio de mejores amigos.

Finalizo, para empezar a caminar con la cabeza gacha y luego empezar a correr.

Taehyung no dejaría que volviera a ocurrir, no otra vez.

— Dile al profesor de historia que ocurrió algo personal.

Jimin iba a decir algo, pero ver a su amigo correr tras Minatosaki le hizo quedarse callado y caminar a su salón, ignorando las miradas que juzgan.

La castaña no había parado de correr, quería desaparecer rápido y poder tranquilizar sus pensamientos, miro a sus costados y en un pasillo las escaleras que conducían a la azotea.

— ¡Sana!

Abrió sus ojos, volvió a correr empezando a subir escalón por escalón, pisando la segunda planta y volver a retomar las escaleras, escuchando las pisas de Kim.

— Deja de seguirme Taehyung – chasqueo su lengua, juntando sus cejas molesta.

— Deja de correr. Hablemos.

Sonrió de lado y se dio la vuelta, parando sus pasos y ver al mayor a unos siete escalones de ella.

— ¿Hablar? – soltó una carcajada sin gracia alguna. Su rostro mostrándose sereno pero con cólera – ¿quieres que yo vuelva a caer y estar a tu lado, fingiendo que nada paso?

— Déjame explicar todo desde mi perspectiva.

— Adelante – movió sus manos – después de todo no soy yo la que lo tiene que hacer. ¿le gusta el lugar?

Taehyung suspiro ante lo último, al menos valdría la pena dar la explicación.

— ¿te acuerdas de todo?

— Si. – se cruzó d brazos.

— ¿Todo? – entre cerro sus ojos – o ¿solo una parte?

— Me acuerdo... – agachó la cabeza un poco avergonzada – de cuando me fije en ti, de cuando me rechazaste – alzo su cabeza – de cuando la chica que no me acuerdo como se llamaba.. – cerro sus ojos, intentando recordar el nombre.

— Hisun.

— Ella misma – abrió sus ojos – me humillo y creo que pasaba por un parque cuando te vi ahí, me moleste mucho, discutí contigo también... eras una persona muy estúpida.

— Sana – hablo en un tono advirtiendo.

— ¿Me dirás que no? – enarco una ceja – prosigo. Discutimos y salí corriendo, sentí... me acuerdo que mis pensamientos querían que tú me siguieras, es tonto la verdad-

— Pero es lo cierto – subió un escalón – debí de seguirte pero no lo hice y lo siento mucho Sana.

La campana sonó, dando a entender que las clases habían iniciado y Jimin ya debió de haber dicho una excusa. Taehyun miro como Sana se levantaba y empezaba descender escalones, quedando cara a cara de Kim.

— Eso no quita que me mentiste Taehyung. Y eso – Sana lo apunto sin sentir algo de tristeza – se llama traición. Ya no somos más amigos.

Sana dio un paso al lado y siguió bajando las escaleras, sintió sus ojos empezar a nublarse y se tapó la boca para llorar en silencio, agarrándose de la baranda y sentarse en las escaleras cuando estuvo en el segundo piso.

El mayor apretó sus manos y sin titubeos golpeo la pared, apoyando su frente en el frío muro, lamentándose al ser consciente de los sollozos de la castaña, sintiéndose también fatal y caer de rodillas.

¿Qué más debería salir mal?, ¿que se muriera?, ¿Qué su vida no durara como lo es planeado?, ¿vivir con arrepentimientos, cada que recuerde cuánto daño le hizo a la persona que más le podía entender? Tirarse de un puente no era mala idea, pero ¿de qué servía darse por vencido?, lo dijo una vez y lo dirá siempre, Minatosaki Sana es una persona de la cual vale luchar.

La japonesa limpio cada rastro de lágrima que bajaba de sus mejillas, apoyándose de la baranda fría y levantarse.

— Me apellido Kim por algo – hablo alguien a sus espaldas. La castaña abrió sus ojos al escuchar la voz de Taehyung, mordiendo su labio inferior – Y no... – bajo un escalón el mayor – dejare que esto termine. Aguantare cada maldito insulto que merezco, cada golpe que mi cuerpo recibirá, lo haré porque eres tú y nadie más. Lo siento tanto.

— Sore de ganbattekudasai (Suerte con eso)

La salió de ahí, con un pasillo extenso hasta bajar las escaleras de otra sección y correr a su casillero.

Necesitaba respirar, escuchar al menos un consejo, porque después de todo... el aprecio hacia Taehyung y Jimin aún estaba calado en su preciado corazón.

Demore mucho pero cada semana actualizo para no quedarme sin ideas.