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Día 1. Lunes. Jeong-Yeon


Mi sueño no era para nada seco, si escuchaba un solo movimiento fuera de mi cuarto o afuera de la ventana que tengo, me levantaba de un chasquido y esta no es la excepción.

Volviendo a despertar en una realidad que no podía acostumbrarme en tan solo un día, un lunes, un jodido lunes donde las cosas seguirán teniendo una drástica verdad, y no quería.

Escuche los toques mi habitación, sentándome en mi cama y recostando el respaldar.

— Pase señora Choi – bostece, y estire mis brazos al cielo.

— Menos mal estas despierta señorita Yoo – ni bien abrió la puerta blanca, Choi se acercó a la jovencita dejando un uniforme limpio y planchado por sus manos – su madre salió con tus tíos...

— Odio aceptar saber que son mis tíos – hice una mueca al recordar la mirada resbalada que me dieron los mayores y su hija.

— Bueno, como decía salieron y su hija está abajando esperando por ti.

— ¿Es una broma? – sonreí con gracia, parándome de la cama – esa o bueno "mi prima" – las comillas no hicieron falta, pues la ironía con lo que dije lo último fue más notable – ¿Por qué no se va y ya?

— Pues especialmente la señora Going quiso que vallan juntas.

— Pobre Wonho – suspire agarrando mi toalla blanca y metiéndome al baño – está bien Ji-woo, en quince minutos bajare.

Escuche la puerta cerrar y suspire, pasando una mano por mis cabellos cortos suspirando agachando mi cabeza, viendo la lava manos.

Recordar lo que no tiene sentido, saber el error que muchos cometen, sentir el dolor que puede no muchos experimentar, querer arrancar ese jodido malestar de tu cabeza, todo lo que puede ver, sentir, saborear una persona.

Rió cínicamente y camino dos pasos para abrir el agua fría, tenía agua caliente pero, bañarte en agua fría ayuda a que el dolor no se sienta mucho, y lo sabe Yoo, esta es la décima vez que se baña con agua fría y podría capturar una fiebre alta, pero "¿a quién le importaría?" tenía grabado ese pensamiento.

Se quitó la ropa y entro a la ducha, sintiendo esas heladas gotas, que se empezaban a desplazar por su cuerpo con el tiempo corriendo tras ella, lloró... sus lágrimas se combinaron con esa frialdad de temperatura, y se sentía lo peor al no evitar que eso suceda.

Salió de la bañera unos cinco minutos después, teniendo a la vista un uniforme muy pulcro, avanzo a su cama y toco el uniforme, la tela era tan suave y al parecer la señora Choi Ji-woo se tomó el tiempo de planchar el uniforme y no tardo mucho para vestirse y ponerse una zapatillas.

Agarro su mochila y salió de su cuarto con una respiración agitada, bajando las escaleras y al tocar el suelo del primer piso paso por la cocina viendo a su querida prima con una revista de modelos.

— Hasta que por fin bajas – bajo la revista, mirándola.

— Lo siento, pensé que te ibas por tu cuenta y yo por la mía – sonrió sin gracia, para acercarse a su desayuno ya servido.

— Solo apúrate que no quiero llegar tarde a clases – se paró a su lugar y salió de la cocina con la revista en manos y en la otra con su mochila.

Para nada la peli corta le agrava la idea de ir con su queridísima prima al mismo colegio que ella, pero su "abuela" lo quiso así, y las ganas de ahorcarla por las noches eran tan intensas.

Sapore dolce // JeongMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora