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Cuando sientes que estás sola toda tu vida, la pequeña brisa que da el sol era suficiente para hacerte sentir un poco de calidez, empiezas a creer que todo realmente valió la pena, aunque hayas perdido tu mitad y la otra, cuando ves que todo se torno gris, aún existiría esa luz que ayudaba a miles de cosas tomar sentido y a cobrar de a poco lo que en tu infancia la nombraste felicidad.

Sus ojos estaban con pequeñas estrellas, ya no le importaba si estuviese sin pierna alguna, que casi muere, ya no tenía miedo a nada, ¿por qué hacerlo?

No habría valido nada si lo hacía.

— ¿En serio te sientes mejor? —Yoo miro a Jimin.

Hace más de 2 semanas le habían dado de alta a la pelicorta pero el castaño recién se lo había dado.

Por eso la creciente preocupación que hacía reír a Jimin.

— Jeong Yeon, estamos a solo dos pasos de la puerta del hospital y ya me andas preguntando si estoy bien, ¿no crees que ya es un poco tarde? —giro su rostro.

— Malagradecido —hizo un chasquido y se acomodó con su muleta.

— Pero bueno, ya que estamos acá —apretó las mejillas de Yoo haciendo que sus labios parecieran al de un pez— me postule a la policía y pase —sonrió.

La menor abrió sus ojos en grande y se soltó del agarre que Jimin había puesto en sus mejillas para abrazarlo y felicitarlo.

El castaño la abrazó y no contuvo las ganas de sentir su pulso algo acelerado, pero se mordió el labio y suspiro.

— Me alegro mucho por ti —finalizó por decir la pelinegra, separándose de él, mirar a todos los lados— tengo hambre vamos a comer, y por ahí celebramos.

— Va —asintió.

Decidieron ir caminando al ver en una esquina un restaurante de comida casera.

Y aunque no quería preguntar o meterse en un tema que no deseaba hablar Jeong Yeon, le carcomía la duda de saber.

— ¿Tu hermana vino? —apretó sus labios y se golpeo mentalmente por soltar la pregunta sin antes meditarlo un poco.

— Si. Hablamos y ahora estamos en contacto —pararon en una avenida y luego de que la luz roja cambia a verde. cruzaron— sabes... —hizo que el castaño estuviera atento a lo que diría— de algún modo me ayudó mucho hablar con ella —sintió el peso de una mano en su hombro y volteo a mirar a Park, quien le daba una sonrisa— y me doy cuenta que tenías razón, que por algo siempre me sucedía cosas crueles y ¿mira donde estoy ahora? —dio un gran resoplido y miro la tienda de comida— así que Jiminie, gracias.

Y no sabía cómo sentirse esa mañana, su corazón empezaba a latir en demencia al mirar como esos ojos brillaban gracias a esas palabras que había dicho, esas simples cosas y que ahora Jeongyeon está sonriendo como hace mucho tiempo no veía.

Y no iba a dudar en decir lo que su lengua quería soltar.

— Te quiero.

— Yo también te quiero —Jimin quiso decir algo más pero la pelicorta lo miro dando a entender que sus palabras no iban más allá— gracias enserio, gracias por ser mi mejor amigo —tomó su mano.

— E-eh... —apretó fuertemente sus labios para no soltar algo que tenía miedo— claro, siempre voy a tener razón —Al ver como la menor rodaba los ojos y se alejaba para entrar a la tienda, él solo borro su sonrisa y miró en su reflejo de la vitrina. ¿Qué más debía pasar, para quitar esa confusión? pero sabía lo que era.

Jamás iba a mentir, si su corazón latía fuerte cada vez que la pelinegra está con él y hacía algo tan pequeño como sonreír o lo más estúpido como mirarlo, se ponía tan hipnotizado, que perdía la noción del tiempo viéndose tonto y actuaba como un loco.

Como en el momento que la menor salía al no ver a su amigo pasar la tienda.

— Otra vez te has quedado tuerto —susurró, frunciendo sus cejas para acercarse al castaño y darle suavemente una cachetada en su mejilla.

— Pero... ¿Qué te sucede? —se sobo su mejilla izquierda. Empezando a dudar si lo que sentía por ella era bueno, por que si lo era, esperaba que su reacción sea distintas si lléguese a suceder algo.

— La próxima será con más fuerza —lo apunto amenazante— te estás quedando medio ido, creo que en uno de estos días te llamaré para que te hagan un examen-...

— Estoy perfectamente bien —puntualizó para empezar a caminar, pasando de largo por el lado de Yoo.

— ¡Oye! espérame.

Rodó sus ojos y abrió la puerta para ver como pasaba con su muleta y el al final seguirla por detrás.

Como que... tal vez... algunos tengan razón que el primer amor, vino desde niños.



Bueno, solo tengo que decirles que Jimin ya estaba sintiendo cosas por Jeongyeon. No se si recuerdan cuando ellos se reencontraron en el cementerio y Yoo pregunto por Taehyung, por lo que Park se sintió incomodo, recién estaba experimentado eso.

Si no recuerdan ya no importa.

Ahora si se va corriendo, los quiero mucho.

Sapore dolce // JeongMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora