XV

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Los aventureros recibieron tratamiento adicional, aun cuando los clérigos los sanaron con su magia, algunos requerían más atención para volver a estar como nuevos.

Una vez que eso terminó, su recompensa los esperaba. Ésta fue proporcional a su contribución en batalla – aunque el gremio tenía una cantidad mínima planeada –.

Los menos experimentados se llevaron la menor parte. Aun así, fue una cantidad que no hubieran obtenido por un encargo común.

Syous y sus padres obtuvieron la más alta, pues durante toda la pelea fueron observados por los maestros. Sabían que ellos ayudaron a salvar a los aventureros en problemas y además fueron quienes lucharon hasta el final.

Además de esto, los tres fueron llamados a tener una audiencia personal con ellos, ninguno tenía idea de que podría tratarse. Aunque el joven hechicero lo tomó con nerviosismo. Si el Treant sabía que él no pertenecía a ese lugar, no dudaba que sus mentores lo descubrirían con solo verlo.

No dejaba de pensar en que diría cuando los encontrara. Pese a haber sido llamados en grupo, fueron separados y enviados a distintos puntos del castillo con un hechizo de teletransporte.

Vrant terminó en una sala oscura en la que parecía no existir nada además del piso, estaba él frente al maestro Barrin, la conversación que tuvieron incluyó detalles sobre su nueva compañera, la cual eran conscientes que provenía de la aldea Birchloir.

El resto permaneció como un secreto entre ambos.

Moirah fue transportada a una de las torres, era una habitación elegante, con cortinas de seda en las ventanas y muebles de muy alta calidad.

Los maestros Tefery y Tezzeret querían hablarle sobre lo sucedido no solo durante la pelea, sino también sobre el hecho de que sabían quién era y de donde venía.

Le explicaron con severidad que no aprobaban que dejara su hogar, pues sabían que eso podría desatar un conflicto con su aldea.

Ella explicó sus motivos, pero mientras lo hacía fue interrumpida con un leve gesto, indicándole que los dejara terminar.

Continuando con un tono más tranquilo, compartieron su desdén hacia los ideales de su pueblo y le hicieron saber que, aunque no estaban de acuerdo con su comportamiento, agradecieron su apoyo durante la batalla.

Le hicieron saber que de ocurrir lo peor, ella y su compañero contarían con su apoyo, ya que era evidente que no era igual al resto de su gente y mostraba un verdadero compromiso con la sociedad humana.

Ambos fueron regresados a la puerta principal una vez que terminaron de hablar con ellos. Los dos fingieron que no pasó nada serio y sonrieron.

Decidieron esperar a Syous, quien fue enviado al salón principal, lugar que conocía a la perfección, pero debía fingir que era su primera vez ahí.

Sentado en un trono se encontraba el maestro Ertrai, el mismo con quien habló antes de partir en busca de las reliquias.

Estaba nervioso, pero no lo demostró. No tenía idea de que podrían querer hablar con él, pero no dudó ni por un momento que el cómo llegó ahí seria parte de la conversación.

Un silencio incomodo invadió el lugar. Él no quería precipitarse y su maestro solo lo miró sin decir una palabra por unos minutos.

Finalmente le dijo:

– Creo que primero debería agradecerte que participaras en esa batalla.

– No tiene por qué, es mi trabajo.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora