IX

82 14 40
                                    


El grupo de Fasha se adelantó un poco a Syous y Rose, ya que él se quedó mirando la ciudad con un gesto de lamentación, lo que ella notó de inmediato. Se le aproximó, con ambas manos tomó la suya y le dijo:

– ¿No deberíamos ir a tu casa? Al menos podrías ver un momento a Lucy.

Él suspiró pensando en eso, pero considerando la situación, dio media vuelta para continuar caminando a la par que respondió:

– No, es mejor así. No quisiera verla sabiendo que debemos partir.

Seguían de cerca los pasos del grupo mientras se dirigían a su misión, esto era un desvió en su objetivo principal, pero sin tener una pista de a dónde ir, lo mejor que podían hacer era investigar los ataques de monstruos, pues el responsable de organizarlos podía aparecer.

Recorrían un camino despejado, sin duda alguna hecho para recorrerlo en carro. El tramo estaba libre de vegetación, era como una calle sin pavimentar, solo tierra bajo sus pies y césped a los lados.

Al ver que se quedaban atrás, Fasha aprovechó el momento y fingió esperarlos, dejando que sus compañeros se adelantaran lo suficiente para hablar con Syous.

Una vez juntos, él no dudó en iniciar hablando del tema que los llevó ahí en primer lugar.

– ¿A dónde te han llevado tus viajes? ¿Encontraste algo? – Le preguntó.

– Nada que te pueda ayudar, pero los ataques se ha intensificado en los últimos meses. Es obvio que se organizan.

– Si, así es, y tenemos una idea de quién puede estar detrás de eso.

– ¿De quien se trata?

– No lo sabemos con exactitud. Íbamos tras lo que parecía ser una reliquia en un bosque, escapó de nosotros y terminamos en una ciudad...

Después de decirle esto se detuvo por un momento y su mirada cambió.

– Nos enteramos que alguien iba tras lo mismo que nosotros... asesinó a un grupo de aventureros y dejó a esa gente aterrada con la idea de que volvería.

Al escucharlo, la mirada de Fasha se llenó de rabia de la misma forma que la de Syous.

– No importa quien sea, lo encontraremos y lo haremos pagar – aseguró ella con seriedad.

– Te lo garantizo – respondió –. De cualquier manera, esto agrava la situación, así que intenta mantenerte al margen. No quiero que ustedes terminen igual.

– No puedo prometer eso y lo sabes.

Syous tomó su mano, evitando que ella siguiera caminando, lo que hizo que Fasha volteara hacia él.

– Esta es mi misión. Agradezco la ayuda, pero permitiré que salgas lastimada. Prométeme que no harás ninguna locura mientras no estoy.

La sinceridad en su declaración fue tal que la furia que invadía a la ladrona se disipó al instante, ella dio un suspiro para tranquilizarse y pensar en lo que él dijo.

Una vez que reflexionó sobre ello, miró a Syous con una sonrisa.

– Lo prometo.

Una vez aclararon eso, la tensión en el ambiente desapareció.

Continuaron su camino y ahora que todo era más tranquillo, inició una conversación muy diferente.

– Oye por cierto, recordaba que tenías otros compañeros – le dijo Syous.

– Así era, pero tomaron caminos distintos al ser promovidos. Rainhard se unió hace unos años, fue el único que se quedó, Astela es una novata, pero la necesitábamos.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora