XXV

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Foltnner y el lich quedaron inmóviles ante la sorpresa de ver una puerta aparecer de pronto, y aún más del hecho que un par de niños salieran de esta.

Syous no quería hacer ni el más mínimo movimiento, tenía la sensación de que se desataría una catástrofe con decir una palabra.

Sin embargo, el par de monstruos volvieron en sí, aunque solo para discutir entre ellos.

– ¿Qué demonios...? ¡¿Y ellos como llegaron aquí?! – Se quejó Foltnner.

– ¿Cómo esperas que yo lo sepa?

– ¿No se supone que este lugar está oculto?

Al verlos pelear, el hechicero se puso delante de Rose y miró en todas direcciones buscando una salida, pero fue en vano. La puerta por la que llegaron desapareció apenas pusieron un pie ahí y parecían encontrarse flotando en la nada.

Tras inspeccionar el lugar a fondo lo reconoció. Sabía que era ahí donde terminaron al perseguir la reliquia de la muerte, solo que ni siquiera el pasillo que los llevó ahí antes existía, estaban atrapados y su única opción era pelear.

El riesgo de morir era inminente. La magia que poseía ni siquiera sería suficiente para salvarse a sí mismo, pero al menos quería tener la seguridad de que Rose estaría bien.

Sacó de su capa una piedra de teletransporte, se la entregó y murmuró.

– Toma, ya sabes cómo usarla... si algo me pasa actívala de inmediato y regresa a casa.

– P-pero...

Sin más remedio que afrontar lo peor, Syous dio un paso al frente. Los monstruos dejaron de discutir al tener la sensación de que se acercó a retarlos.

– No pensé que te vería tan pronto – dijo.

Foltnner se confundió al escucharlo, ni siquiera tenía idea de que el niño frente a él era el mismo que le ha ocasionado tantos problemas y dejado con heridas incurables.

Lo miró de pies a cabeza y comenzó a hacerse una imagen en la mente. En cuanto vio su característico color de cabello descubrió de quien se trataba.

– ¡¿Tú?!

– ¿Quién rayos es? – Le preguntó el lich.

– El responsable de las heridas.

El lich rio como loco al escucharlo, con un tono de burla tan intenso que incluso Syous y Rose querían reírse, aunque se contuvieron.

– ¿Y por esto quieres un ritual oscuro? Dijiste que un mocoso te lo hizo... pero esto es ridículo – dijo entre risas.

– Cállate estúpido, es él pero... no es. Quiero decir... no se ni que significa esto.

– No importa mi apariencia, terminaremos esto aquí y ahora – intervino Syous.

Se encontraba en desventaja y sabía que no tenía manera de vencer, en especial porque ni siquiera conocía la clase de monstruo que acompañaba al semi humano, pero no podía permitir que ellos lo notaran.

– Ah, eso crees ¿Eh? – Le dijo Foltnner –, me has causado muchos problemas, y ahora eres un niño indefenso... sería tan fácil matarte.

El hechicero se preparó para luchar con su inofensivo bastón de aprendiz, pero en ese momento, el libro salió por sí mismo de su capa, el cual a la vez empujó la burbuja donde encerró el misterioso objeto que encontraron.

Esa cosa llamó la atención de los monstruos, él la recogió tan rápido como pudo y entregó el libro a Rose. Entonces el lich se puso al frente haciendo a Foltnner a un lado.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora