II

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Habían pasado minutos desde que Foltnner huyó del lugar, malherido, pero lejos de estar acabado.

Aunque todos los aventureros fueron sanados, la devastación de esos sucesos dejó una marca mayor que la destruida arena de batalla.

– ¿Es era el sujeto que mencionaste? – Le preguntaron a Syous.

– Si, es él. Lo había enfrentado antes, solo que no tenía esos poderes. Se ha convertido en un enemigo aterrador.

– Apenas puedo creer que salieras con vida – añadió Rose.

– Fue gracias a ti – respondió sonriente.

En ese momento, ambos se dieron cuenta que él seguía sujetándola con fuerza y ella tenía las manos sobre su pecho. Dada la situación se soltaron de inmediato, acabaron ruborizados.

Fingiendo que eso no sucedió, Syous aclaró la garganta y comenzó un discurso muy serio.

A esas alturas él sabía que una guerra estaba por desatarse y exhortó a cada aventurero del reino a prepararse. Aunque pocos pudieran hacerle frente al semi humano, acabar con sus seguidores sería clave para obtener la victoria.

Las caras largas desaparecieron siendo reemplazadas por miradas decisivas y un ferviente espíritu combativo.

Syous y Rose pasaron la noche en una posada, aunque antes de dormir tenían algo muy importante que discutir.

En la tranquila habitación, él fue hacia una ventana mientras ella permaneció sentada en la cama. Con un relajante viento que los alcanzó a ambos junto a una leve filtración de luz lunar, Syous dijo:

– Debemos regresar a tu mundo.

– ¿Por qué?

– El hombre que apareció era uno de mis maestros, me dijo algo que no esperaba.

– ¡¿En serio?! Espera... ¿Cuándo? Solo lo vi hacer algo con tu bastón – preguntó confundida.

– Te lo explicaré después – rio –, tenemos que cerrar los puntos de conexión débiles entre nuestros mundos. Hay cosas filtrándose hacia allá.

– Pero ¿No era eso lo que ya sucedía? Quiero decir, el bosque que recorrimos al conocernos apareció sobre un vecindario.

– Al parecer es diferente, cuando salimos de ahí todo lucia normal porque la transformación no estaba completa, ¿Recuerdas?

– Oh si, tienes razón.

– Según él, incluso un monstruo podría ser visto por cualquiera.

La preocupación en el rostro de Rose era evidente, pues ya había sido testigo de qué clase de cosas podrían aparecer en plena ciudad. Syous lo notó al instante e intentó tranquilizarla.

– Estoy seguro que todo está bien, mi bastón se conecta al mapa, si algo hubiera aparecido nos habríamos enterado.

– Cierto, lo había olvidado – respondió dando un leve suspiro.

– Nos quedaremos aquí unos días, aún hay cosas que hacer, pero tan pronto terminemos nos haremos cargo de eso.

– Por supuesto – dijo con decisión.

– Pensé que este día nunca terminaría – se dejó caer sobre la cama.

Syous terminó durmiéndose segundos después de recostarse. Rose se puso de pie y fue a cubrirlo con una manta.

– Te mereces un descanso. Buenas noches – susurró a la vez que se acercó y lo besó en la mejilla.

Cuando ella también se durmió, un extraño resplandor apareció bajo las camas, creando un patrón circular y encerrándolos en una especie de velo que los unía.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora