XXXII

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En un área lejana – y en cierta forma oculta – dentro del bosque de la desesperación, se encontraban un par de goblins, sentados sobre las raíces de un moribundo árbol con un ennegrecido tronco.

Delante de ellos un espejo de visión remota mostraba imágenes del pantano donde apareció la reliquia de la muerte, los cadáveres de los monstruos que fueron enviados ahí por órdenes de Foltnner saltaban a la vista por sobre todo lo demás.

Sus gestos de inmediato cambiaron a unos llenos de preocupación y miedo al ver eso, sabían que aun cuando ellos ni siquiera estuvieron involucrados se llevarían la peor parte.

Cuando el semi humano se enterara del fallo de la misión – y peor aún, que Syous fue el responsable –, seguro explotaría de rabia y se desquitaría con lo primero que tuviera en frente.

Ambos discutían lo que les esperaba. Querían huir, pero eran conscientes de que les sería imposible. No tenían más opción que aceptar su destino.

Minutos después, una neblina oscura apareció, se movió de manera extraña hasta tomar una forma ovalada y Foltnner salió de esta.

Removió su capucha revelando una engreída sonrisa, todo lo que estuvo haciendo le había salido bien y por eso esperaba buenas noticias de sus sirvientes.

Se aproximó y sin siquiera pronunciar media palabra tomó el espejo de visión remota para ver lo que sucedía en relación a la búsqueda de la reliquia de la muerte.

Los nerviosos goblins se mantuvieron con la mirada hacia el suelo tratando de controlarse, pero el miedo los tenía temblando y el sudor recorría sus calvas cabezas.

El semi humano, aún ignorando gran parte de los hechos, solo veía los cuerpos de quienes utilizó, haciendo un gesto de decepción, aunque a la vez no parecía sorprendido por eso.

– Pobres diablos, caen como moscas. En fin, tendré que conseguir mejores herramientas.

Sus pequeños ciervos estaban cada vez más asustados, sabían que no tardaría en darse cuenta de lo sucedido, pues continuó cambiando las imágenes usando sus dedos.

Fue entonces que llegó al punto en que apareció el cadáver del dragón negro que habitaba ese lugar y cuando notó las obvias señales de lucha les preguntó:

– ¿Algún indicio de que esa cosa apareciera?

Estaban tan asustados que no pudieron responderle, entonces recibieron una descarga sobre su pecho que los lastimó.

Ambos poseían una marca de esclavo, la cual les impedía desobedecer o mentirle a su amo, así como evitar responder cuando éste les dirigía la palabra.

– ¿Acaso me ocultan algo? – Comenzó a enfadarse – Saben lo que les pasará si no me lo dicen.

– S-sí, Apareció – contestó uno con voz temblorosa –. Pero... y-ya no está ahí.

El semi humano, visiblemente molesto les echó una mirada asesina entrecerrando los ojos.

– Explíquense.

– La vimos aparecer, pero ese humano hechicero luchó contra los hermanos ogro y... la obtuvo antes que ellos.

Foltnner dio un chasquido con el cual se activó la marca de esclavo. Esta comenzó a brillar y les dio una tremenda descarga eléctrica que los hizo retorcerse de dolor.

– ¿Hace cuánto sucedió eso?

La marca se detuvo un momento, solo para dejarlos responder.

– C-como dos días.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora