IX

55 13 73
                                    


Habían pasado apenas un par de minutos desde que Syous partió a cerrar el último punto de conexión.

Al volver el mapa a la normalidad, Rose le dio un vistazo a su libro. Claro que ella conocía su contenido de arriba abajo, y aunque no lo comprendía todo, eso no era lo que le importaba en ese momento.

Saber quien fue su dueño original le provocó una abrumadora lluvia de sentimientos al verlo.

Pensó que significaría mucho para Syous tener algo que perteneció a su padre y consideró dárselo, pero a la vez se cuestionó en cómo sería todo cuando recuperaran las reliquias.

¿Era ese objeto lo único que los mantendría unidos?, Si se lo daba... ¿Él tendría motivos para regresar a nuestro mundo?

Aunque casi desde el principio se planteó a si misma solo tener una increíble aventura a su lado, pequeños sentimientos que surgieron a raíz de la misma se convirtieron en algo mucho mayor. Y ahora le era imposible negarlos.

La posibilidad de perder a quien prácticamente ha sido el único amigo verdadero que ha tenido le partió el corazón. Lagrimas comenzaron a aparecer sobre sus ojos, pero entonces, algo las interrumpió.

Un intenso brillo acompañado de un extraño sonido surgió en medio del patio, del cual, segundos después emergió el portal.

De inmediato limpió su rostro para evitarse un momento bochornoso y recibió a su compañero con una sonrisa.

– Syous, no te esperaba tan pronto, te fuiste apenas hace unos minutos.

– Bueno, allá pasaron más de catorce horas – rio –. Y siendo sincero, no había notado lo agotado que estaba hasta que cruce hacia acá.

Antes de siquiera terminar la oración, Syous se dejó caer junto a Rose, como si estuviera muriendo de cansancio.

– Al menos tu viaje fue un éxito rotundo. ¡Mira! El mapa volvió a la normalidad.

– Si, aunque fue toda una odisea.

– ¿En verdad ese sitio era tan peligroso?

– No tienes idea, casi al instante me sentí aliviado de que te quedaras aquí a salvo – posó una mano sobre la suya con suavidad.

Entre alegría y pena, Rose se ruborizó con solo escucharlo. Para evitar que él lo notara, continuó con la conversación.

– ¿En serio?... ¿Qué t-tanto sucedió?

– Algo me arrastró a un pozo sin fondo, enfrenté un dragón gigantesco, caí por horas hasta terminar sobre un rio de lava donde me atacó una salamandra de fuego y luché con un elfo sombrío.

– Y yo creía que ya habíamos pasado por toda clase de cosas locas – rio nerviosa.

– Ya me conoces, la diversión me persigue – rio también – aunque me enteré de algunos detalles interesantes.

– ¿Ah si? ¿Cuáles? – Preguntó curiosa.

– Resulta que Foltnner perteneció al ejército de aquel semi humano... participó en la batalla que me arrebató a mis padres.

– ¿En serio?... imagino como debiste sentirte al enterarte.

– Como si necesitara más razones para odiar a ese idiota – dijo con sarcasmo –. En fin, parece que intenta terminar lo que comenzaron entonces.

Dejando de lado la ligera impresión que su anterior oración le causó, Rose no pudo evitar pensar primero en el ligero detalle que aún quedaba en duda.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora