XXXV

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Después del repentino ataque al barco, el viaje continúo sin mayores inconvenientes. El mar estaba tan tranquilo que parecía increíble siquiera tener viento empujando las velas.

No había señales de tierra a la vista. Aún tenían algo de tiempo antes de arribar. Para ese momento, la curiosidad comenzó a invadir a Rose de forma significativa, pues en realidad no sabía que esperar al llegar.

– Dijiste haber estado ahí antes, por lo que no me preocupo tanto... pero a la vez no puedo evitar pensar cómo es ese lugar – dijo ella, inquieta.

– No es tan diferente a las demás ciudades, solo que la población humana es menor... mejor prepárate a ver otras especies.

– ¿Quieres decir... monstruos?

– Eso es algo que deberías saber antes de poner un pie ahí. Imagino que leíste la guía de semi humanos que te di de pasta a pasta.

– Si, así fue.

– Esa es un guía para aprender a combatirlos. Leí una así antes de ser aceptado en el gremio... pero hay algo que esos libros no enseñan – dijo con un tono muy serio.

– ¿Y qué es? – Preguntó intrigada.

– Que no son diferentes a nosotros. Eso lo descubrí cuando estuve ahí.

La expresión seria y rígida que tenía Syous al decir esto desapareció lentamente mientras giraba la cabeza y miraba hacia el horizonte, una sensación de nostalgia lo invadió y entonces le contó a Rose la experiencia que tuvo en Terius.

– Fui enviado ahí sin saber del todo por qué, solo me dijeron que era parte de mi entrenamiento. Creí que aprendería a combatir... pero me llevé una sorpresa.

– ¿Y eso por qué?

– No tenía idea de cómo era la relación interespecies entonces, eso lo aprendes hasta verlo por ti mismo. Ver lamias o harpías en las calles, interactuando con humanos, te hace comprender que no todos son agresivos con nosotros.

– Pero siempre escucho historias de que combaten contra cosas así – dijo confundida –, aunque creo que entiendo tu punto.

– Terius es su reino, coexistir con distintas especies es lo normal ahí... aunque es obvio que no sucede lo mismo en todo el mundo, hay muchos lugares en que solo los tildan de monstruos, incluso a los que apenas y tienen leves rasgos no humanos.

– ¿Son discriminados por ser de otra especie? – Preguntó con tristeza.

– Así es.

– Desearía poder decir que me sorprende... pero eso también ocurren en mi mundo.

– Eso es algo que no cambia sin importar donde nos encontremos. Y es mucho peor cuando has sido testigo de ello.

Ambos permanecieron en completo silencio por unos minutos, pues una breve explicación terminó por convertirse en una conversación amarga. Intentando regresar todo a la normalidad, Syous eludió el tema y dijo lo primero que se le vino a la mente.

– ¿Sabes?, Tal vez podríamos aprovechar el viaje y conseguir algunos materiales.

– ¿Materiales? – Preguntó confundida.

– Terius es el paraíso de los mercaderes, todo lo necesario para crear armas, armaduras o accesorios se consigue ahí. Podrías hacer algunos y obsequiarlos al grupo de Fasha cuando los veamos de nuevo.

– Claro, seria lindo hacer eso por ellos – sonrió.

Mientras hablaban, ambos escucharon un extraño sonido que llamó su atención. Algo pareció raspar la madera del barco a gran velocidad.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora