XXVI

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Habiendo terminado de recorrer el extraño calabozo que resultó ser una prueba para el hechicero, todo regresó a la normalidad.

El poder de la reliquia desapareció y el mapa ya no mostraba ninguna irregularidad – además de las que ya existían –.

Sin embargo, esa aventura dejó una marca muy grande en la mente de ambos, vivieron situaciones que jamás habrían esperado, se llenaron de dudas y preguntas que difícilmente podrían ser respondidas.

Para Rose, que aquel sueño que tuvo antes de partir se presentara ahí le resultó muy extraño, en especial el parecido que Syous y su madre tenían con las personas que vio la tenían con una gran inquietud, quería mencionárselo, pero no se atrevió.

Él de igual manera, parecía como si ese lugar quisiera hacerlo recordar lo que perdió, mostrándole lo mismo que el libro, solo que con detalles adicionales, pero sobre todo, que al recuperarse tuviera esa imagen del misterioso niño sobreponiéndose en Rose le hizo pensar si era posible que se tratara de ella.

Los dos tenían mucho en la cabeza, pero eran ideas tan vagas que ninguno tuvo el valor de externarlas. Aunque la respuesta fuera una simple negativa y nada cambiara, simplemente no pudieron hacerlo.

Sin embargo, debían romper el incómodo silencio que llenaba el ambiente mientras observaban el mapa y se miraban uno al otro con nerviosismo cada pocos segundos.

– Creo que... esta ha sido la aventura más extraña que hemos tenido –dijo Rose.

– Sí que lo fue, y no puedo evitar pensar que corrimos con suerte.

Respondió con un brusco cambio de tono a uno más serio, dando un giro completo al aire de incomodidad que existía. Regresaron a sentarse junto al muro y entonces llegó el momento de discutir sobre lo que pasaron – aunque evitando exponer sus particulares ideas –.

– Ahora entiendo por qué es de las reliquias más peligrosas, si eso hace una fracción de su poder... no imagino de lo que es capaz – dijo él.

– ¿En verdad crees que pudo haber sido peor?

– Convertirnos en niños debió ser el menor mal que podía causarnos, aunque... no entiendo por qué hacernos pasar por los lugares en los que hemos estado.

– Yo tampoco lo entiendo, pero si te soy sincera... creo que lo peor fue no recuperarla.

– En eso tienes razón. Al menos aseguró que la encontraremos la próxima vez.

– Solo espero que no ocasione los mismos problemas, ese monstruo era muy aterrador... aunque fue increíble hacer magia.

– Ahora que lo mencionas... no recuerdo cómo maté a esa cosa pero... ¿Qué pasó con aquel sujeto? No lo vi cuando desperté.

Rose pensó en lo que sucedió en ese momento. Después de matar al lich, Syous continuó su frenético ataque con una mirada de odio, una expresión tan fría y sin emociones. No parecía ser él mismo.

No tenía idea de cómo explicarle algo así, pues no entendía qué lo hizo actuar así, y a la vez ni él supo lo que le había sucedido, entonces prefirió omitirlo.

– Ah, cuando vio que mataste a ese monstruo, solo... escapó.

– Ya veo. Aun así, me pregunto qué hacía ahí... préstame el libro.

Syous leyó la página que contenía la información acerca del lich, en ella encontró muchos detalles. El modo en que se convirtió en esa cosa a través de un ritual de magia oscura, sus debilidades y que aun después de haber perdido su humanidad conservaba los recuerdos de quien fue alguna vez.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora