Magical Chronicle : The Relics of Creation

VI

Rose esbozó una enorme sonrisa ante tal revelación, todo el tiempo estuvo con aquel amigo que recordaba con anhelo. Y eso la hizo pensar que encontró la respuesta a por qué estaban destinados a conocerse.

– No puedo creerlo, eres tu – dijo ella sonriendo –, pero ¿Cómo?

– Cuando visitaba este mundo con mis padres, yo jugaba con alguien... en mis sueños veía todo excepto su rostro y... resulta que eras tú.

Entonces, el libro se abrió en una página en blanco e hizo aparecer un mensaje.

[Por fin lograron recordarlo... ya era hora].

Syous lo tomó del piso. Con una mezcla entre un enfado ligero y una creciente intriga le dijo:

– Tu lo sabias, y nunca nos lo dijiste ¿Por qué?

[Te dije que lo sabrías a su debido tiempo]

[Nuevos lazos debían ser creados... para recordar los viejos]

[Este lugar intentó llevarlos al límite, pero ustedes lograron superarlo, demostrando que su amistad está por encima de todo]

Después de esto, se cerró y no dijo nada más.

– Si, tiene razón en eso. No importa lo que suceda, sé que elegí bien.

– ¿A qué te refieres? – Le preguntó confundida.

– Antes de aparecer aquí, me hicieron elegir entre recuperar la reliquia o encontrarte.

– ¡¿Me elegiste a mí?! Debiste escoger la reliquia, es por lo que hacemos todo esto.

– Lo sé pero... si lo hacía, ¿Habríamos salido de aquí juntos?

Rose quedó sin palabras, era evidente que no había pensado en eso.

– No podía dejarte, prometí protegerte... al igual que lo hice cuando éramos niños.

Concentrándose en sus pensamientos para que estos se proyectaran sobre los muros, Syous hizo aparecer los eventos del día en que el libro fue entregado.

Como si estuvieran viendo una película, ambos presenciaron la lenta creación de ese mismo parque y el portal apareciendo ahí, saliendo él junto a su familia del mismo.

Los padres de ambos contándose sus vidas mientras ellos se divertían juntos, hasta el momento en que ella subió al columpio y le preguntó si algún día podría mostrarle el lugar de donde venían.

Vrant la escuchó decir eso y fue cuando decidió obsequiarle el libro, así aprendería un poco antes de aventurarse a ir. Y ante la preocupación del padre de Rose, Syous prometió que la protegería.

Pero aunque él pretendía que sus pensamientos solo llegaran hasta ese punto, sucedió algo más.

Cuando estaban por despedirse, se reunieron para tomar una fotografía. Después entraron al portal y regresaron a su mundo, asegurando que en su próxima visita los llevarían con ellos.

Por desgracia, eso jamás sucedió, pues el fatídico día en que los padres de Syous desaparecieron llegaría tan solo unos años de su tiempo más tarde.

– Lamento que tardara tanto, pero al fin logré cumplir mi promesa original.

– No te preocupes, has cumplido todas desde que nos encontramos. Eres el mejor amigo que habría podido tener... y así ha sido desde siempre al parecer.

– Lo mismo digo – se acercó, uniendo su frente con la de ella –, y me alegra que nos hayamos encontrado.

Ambos sonrieron, cerraron los ojos y se abrazaron por unos minutos. Al soltarse, dejaron de ser niños. Entonces sintieron el libro sacudirse en el piso, se abrió un poco y de este brotó un papel desgastado.