Minutos después de haber derrotado a la bestia desplazadora, los aventureros que fueron salvados regresaron con intención de ayudar. Sus heridas habían sido sanadas y los efectos del gas venenoso cesaron, aunque ya era algo tarde para eso.
Notando que su intervención no era necesaria, aunque decepcionados de sí mismos por no haber hecho la gran cosa, agradecieron a Fasha y su grupo que los rescataran.
Les dejaron el resto y ofrecieron avisar a los habitantes de la ciudad que todo terminó, así podrían retomar sus vidas.
Cuando se disponían a deshacerse del cadáver Syous los detuvo, pues quería sacarle provecho a que apareciera un monstruo tan raro, además conocía algunos detalles útiles sobre el mismo.
Usando una daga comenzó a desollarla ante la asqueada mirada de sus amigos. Lo hizo sin mucho cuidado y la sangre salpicó un poco hacia los lados – además no ayudó que la limpiara sacudiéndola –.
Del mismo modo le arrancó ambos ojos, y estos al tenerlos en sus manos se solidificaron transformándose en una perla negra cuyo centro contenía la pupila junto al iris de un intenso verde brillante.
Apartándose con calma del cuerpo, chasqueó y éste ardió en llamas.
Todos tenían una mirada de extrañeza sobre Syous, pero él ni siquiera lo notó hasta estar frente a ellos, quienes parecían intentar resistir las ganas de vomitar.
– Tal vez debí explicarme antes de hacer esto – rio al notar cómo lo miraban –. Posee cosas muy útiles, por eso quería saquear el cadáver. Tomen – le ofreció un trozo de piel a Fasha y Astela.
Ellas no se sintieron seguras de aceptarla. Seguían viendo eso con algo de asco.
– ¿Acaso no confían en mí?
Se armaron de valor para tomarla y tuvieron una extraña sensación al tacto, pues una vez desprendida era muy diferente.
– Que alguien añada eso a sus ropas, les otorgará protección contra el daño elemental e incluso, con algo de suerte... inmunidad a los ataques a distancia.
Sus amigos se sorprendieron con tal declaración. No tenían idea de que un simple trozo de piel pudiera tener efectos así para los aventureros.
– También llévense esto – entregó uno de los ojos a Rainhard – ayuda a descubrir habitaciones secretas en los calabozos.
Mientras el silencio del ambiente comenzó a romperse con las voces de los aldeanos, observaban el desastre que ocasionó el ataque, dejando algunas casas prácticamente sin un muro.
Sumado a eso se encontraban rastros de las explosiones mágicas aparecidas al derrotar a los dragones, lo que les hizo preguntarle a Syous cómo fue que llegó justo a tiempo.
Explicó que él y Rose consideraban que hacer, pero entonces escucharon eso y decidieron averiguar qué sucedía. Añadió sentirse aliviado de haberlo hecho así, ya que terminó ayudándolos.
La ciudad se repobló y antes que se adentraran en ella, el gobernante apareció y les dio un mensaje.
Aunque lamentaba los daños sufridos, recalcó su conocimiento en que de no ser por su intervención habría sido mucho peor y los hizo acreedores a una recompensa, la cual los esperaba en el gremio.
Noticia que les cayó de maravilla a Fasha y su grupo, pues viajaron ahí con intención de derrochar en equipo nuevo.
Cada aventurero recibiría una módica suma, de cien a cuatrocientas monedas de plata según su participación – llevándose ellos las sumas más altas por supuesto –.
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Magical Chronicle : The Relics of Creation
FantasiRose es una chica de preparatoria común que tiene una gran afición por las historias de fantasía y posee un antiguo libro desde la niñez. Un día, tras salir tarde de la escuela, este comenzó a brillar en sus manos, llevándola a encontrar una misteri...