Syous y sus padres estaban de vuelta en casa. Sin perder tiempo, fueron al castillo de los maestros. Aunque eso era lo que debía hacer, él no podía evitar tener cierto pesar, pues si con solo devolver la reliquia a su santuario saldría de ese recuerdo no podría despedirse.
No podía permitirse desaparecer así como así frente a ellos, por lo que a mitad del camino, tomó una decisión. Les dijo que al haber sido el único llamado al encargo, no era necesario que lo acompañaran.
Actuaba normal, pero por dentro estaba desecho. No sabía si ésta sería la última palabra que les dirigía y, si estaba por desaparecer de sus vidas, al menos tendría un último gesto significativo con ellos.
Sacó su bastón y lo apuntó hacia su mano abierta, del mismo salió un pergamino, el cual entregó a Vrant.
– Esto explica a detalle el hechizo de vuelo – sonrió –, consérvalo.
– No es necesario, solo lo copiaré.
– Bueno yo, lo decía... por si acaso.
Syous dio media vuelta. Por esa pausa y la forma en que habló levantó sospechas en sus padres, quienes se preocuparon de inmediato.
– ¿De qué hablas? ¿No piensas volver? – Preguntaron ambos.
– No se preocupen, lo haré.
Apenas miró hacia atrás con una muy leve sonrisa, y cuando se alejó lo suficiente añadió:
– Espero.
No fue exactamente la despedida que quería, pero era la mejor manera de hacerlo. Sin pensar más en ello, fue directo al castillo para afrontar lo que el destino le tuviera preparado.
Tan pronto puso un pie en la entrada fue transportado al salón principal.
– Bienvenido de vuelta muchacho.
Syous le mostró la reliquia del tiempo.
– La traje de vuelta señor, justo como me lo pidió.
Su maestro asintió con la cabeza y sonrió.
– Agradezco también que ayudaras a Sigford, parece que tuviste algunos problemas.
– Menos de los que suelo manejar – rio –. Ahora, creo que debería darle esto.
Estaba por entregarle la reliquia, pero el maestro lo detuvo haciendo un gesto con la mano.
– Deberías llevarla tú mismo, quizá mientras estés ahí puedas averiguar cómo regresar a donde perteneces...
Ertrai lo miró tras esa pausa e intuyó lo que pasaba por su mente.
– ¿Pudiste despedirte?
Syous cerró sus ojos y suspiró. Apenas terminó con eso, cambió su gesto, pretendiendo que todo estaba en orden.
– No de la manera que hubiese querido, pero está bien. Mi prioridad es salir de aquí, alguien espera mi regreso.
– Ya veo. En ese caso, sígueme.
Caminaron juntos hacia una plataforma detrás de los tronos. Se puso de pie sobre esta y segundos después, el piso se iluminó para transportarlo al santuario.
Syous desapareció. De pronto se encontró en un área oscura, que se reveló ante sus ojos poco a poco.
Parecía un domo hecho de magia pura, la energía que podía sentir ahí era algo que nunca antes experimentó. Ni siquiera tras pasar casi su vida entera entrenando en el castillo había llegado a ver ese lugar.
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Magical Chronicle : The Relics of Creation
FantasíaRose es una chica de preparatoria común que tiene una gran afición por las historias de fantasía y posee un antiguo libro desde la niñez. Un día, tras salir tarde de la escuela, este comenzó a brillar en sus manos, llevándola a encontrar una misteri...