VII

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Un par de minutos duró el apasionado beso que ella le dio por impulso, aunque él no lo desprecio en absoluto.

La tensión y los peligros vividos durante su aventura se sumaron al cariño que acumularon uno por el otro para culminar expresando sus sentimientos de forma inesperada.

Al separarse, sus ojos brillaron, pero al cabo de unos segundos, ambos razonaron lo que sucedió y se pusieron tan colorados que sus cabezas parecían echar humo.

– P-p-perdóname – balbuceo Rose –, no sé por qué hice eso.

– N-no perdóname tú, yo... me dejé llevar.

Los dos estaban tan apenados que les dio pánico y giraron para evitar hacer contacto visual. Nerviosos, se pusieron de pie, pero les tomó un tiempo recuperar el sentido y poder volver a hablar.

<<No puedo creerlo, ¿Por qué hice eso?, Que tonta>>, ¿P-podemos fingir que esto nunca pasó? – Preguntó Rose.

– S-si claro, no hay problema.

– Bien, bien... estupendo.

– Tal vez, deberíamos continuar con la misión... así será más fácil olvidarlo – rio intentando romper la tensión.

Ese último comentario le recordó a Rose parte de lo sucedido en el calabozo.

– ¡Cierto! – Exclamó de pronto – ¿Te importaría esperar un minuto? Tengo que llamar a mis padres, en serio necesito respuestas.

– Para nada... adelante, <<Aunque en realidad no sé si sea buena idea>>.

Separándose por un momento, cada uno dejó en claro sus prioridades. Mientras que Rose con frenetismo marcaba los números en el teléfono de su casa, Syous colocaba la reliquia dentro del santuario temporal.

De inmediato se desplegó la lista con las que han recuperado hasta ese momento y con una sonrisa de satisfacción vio que solo faltaban cuatro.

– Cada vez estamos más cerca de terminar con esto – dijo con alivio.

Entonces fue directo al mapa para decidir su siguiente objetivo, pues aun debían cerrar los puntos de conexión débiles.

Como Rose tardó en regresar, examinó sin ella los sitios restantes, pero lucían tan únicos y diferentes entre sí que seguro cualquier cosa podría pasar, por lo que no pudo decidir cuál visitar primero.

Después de todo, no tenía ánimos de que terminaran en otro problema igual al que recién superaron.

En medio de la indecisión se puso a caminar alrededor del mapa y su pie terminó chocando con el libro, que se encontraba recostado junto a la puerta.

Lo levantó y al instante pensó en cómo podría tornarse la situación si Rose hablaba con sus padres, ya que no razonó las consecuencias de que repentinamente les preguntara por qué conocían a los suyos.

Sumado a eso, su cabeza se llenó de intriga con ideas de su maestro diciéndole que se encontraría con "alguien especial" para ayudarlo en su misión. ¿Acaso conocía su identidad?, ¿Desde un principio supo que Rose era su antigua amiga?

Muchas preguntas cuyas respuestas no podían ser obtenidas surgieron cuando vio la nota de su padre, y aunque de estas sí que le era posible tenerlas, se dijo a si mismo que no era momento de pensar en eso.

Entonces decidió enfocarse en decidir su siguiente objetivo, pues su compañera se estaba tomando su tiempo en volver, lo cual no era una muy buena señal.

Pero tan solo un momento después, Rose salió de casa con un evidente gesto de frustración.

– No pude localizar a mis padres – refunfuñó.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora