XXXIV

57 11 76
                                    


El amanecer se acercaba. Syous permaneció sentado al borde de un acantilado con la mirada perdida. Mientras esperaba que todos despertaran, pensaba qué hacer.

Conseguir una pista sobre la siguiente reliquia no sería una tarea sencilla, en especial al no tener un medio que les ayudara aunque fuera un poco así como lo hace el mapa en el mundo de Rose.

Ahora era consciente de que Foltnner tenía una gran cantidad de seguidores, consideraba buscarlos y acabar con ellos antes de que pudieran organizarse a mayor escala, pues temía que se desatara una guerra similar a la del pasado, la cual provocó la desaparición de sus padres.

Pero a la vez sabía que eso lo llevaría a encontrarse con cientos de enemigos y pondría en riesgo a Rose incluso si no lo hacia él solo.

Tenía tanto en mente que no se podía decidir, en momentos como ese deseaba que algún evento extraño lo llevara hasta donde debía estar.

Hasta entonces era algo que jamás había considerado. ¿Qué era lo que sucedía para de repente ser transportado hacia el lugar en que aparecería otra reliquia?

Desplegó su árbol de habilidades dirigiéndolo al listado de las que han logrado recuperar.

<<Algunas de ustedes hablaron conmigo y dijeron que me ayudarían a encontrar al resto>>.

<<Supongo que fue obra suya llevarnos a encontrar por primera vez la reliquia de la muerte>>.

<<Desearía que lo hicieran de nuevo, haría todo más sencillo>>.

Un tanto resignado, lo hizo desaparecer y se acomodó con los brazos detrás de la cabeza para relajarse mientras la luz del sol comenzaba a asomarse por la cima de las montañas. El amanecer llegaría pronto.

Pasó cerca de una hora y al fin todos despertaron. Al escucharlos, Syous regresó con ellos y tanto él como Fasha notaron al instante un cambio en Astela.

Su sola presencia parecía tener un aura de confianza y seguridad nunca antes vista en ella. La ladrona se acercó al hechicero y discretamente le agradeció por lo que sea que hubiera hecho.

Él fingió arreglar los detalles de su hechizo y así poder regresar a la villa de Trintan.

Un halo de luz surgió desde sus pies y los cubrió hasta encerrarlos en una pequeña esfera que salió disparada a gran velocidad, llevándolos en cuestión de segundos de vuelta a casa.

Fueron directo al gremio y se plantaron en una mesa para ordenar algo de comida. Fue otro momento lleno de tranquilidad después de tanta acción.

Sin siquiera terminar de comer, Syous se puso de pie sin decir una sola palabra y fue hacia la pizarra que contenía los encargos disponibles.

Lo veía con tanta atención y se quedó ahí tanto tiempo que a todos les pareció extraño que no regresara, entonces Fasha fue a hablar con él.

– ¿Todo en orden? – Preguntó mientras se acercaba – No me digas que piensas aceptar un encargo.

– No – respondió con tranquilidad – es solo que... – añadió mientras veía la pizarra, pero se detuvo en seco.

– ¿Solo que...?

– ¿Escuchaste cuando esos goblins mencionaron haberme visto luchar en el pantano? – Preguntó en voz baja.

– Si, ¿Tiene algo que ver con lo que haces?

– Había un encargo que me pareció sospechoso en la capital de Vianttri, lo cancelaron por sucesos que me hicieron pensar en las reliquias... y justo así era.

Magical Chronicle : The Relics of CreationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora